¿VAMOS HACIA UNA DICTADURA MUNDIAL O A LA NUEVA ERA?

06.11.2020

(Exposición en el programa radial "Humanidad a dónde vas")

Buenas tardes Patricia, buenas tardes Horacio, buenas tardes a la audiencia de ¿Humanidad adónde vas?

Que la Luz del Padre nos ilumine.

Hace unos días hablábamos respecto de las consecuencias que trajo y traerá la pandemia y cómo afloraron las deficiencias del sistema económico-social y surgieron los interrogantes sobre la posibilidad de que se produzcan cambios profundos al respecto. Algunos afirman que vamos hacia una dictadura mundial, mientras que otros vislumbran el nacimiento de una nueva era.

Analicemos esto.

Como cuestión previa quiero decir que -a mi entender- dictadura y democracia son los dos aspectos de una misma unidad dialéctica, no existe la una sin la otra. Lo realmente importante es responder a la pregunta ¿democracia y dictadura de quién y para quién? La respuesta nos vincula con quién ejerce el poder y con quien lo padece.

Atento el tema y para poner blanco sobre negro en este punto, tengo que decir que no vamos a una dictadura mundial sino que la estamos viviendo... estamos viviendo la dictadura del capital financiero internacional; la dictadura de los Bildelberg, de la Trilateral Comission, del Council Foreing Relation, del The Fellowship... de los dueños del mundo.

Ahora bien, no debemos confundirnos, la dictadura adopta formas diversas según los momentos, no sólo la de la violencia explícita sino también la de la democracia burguesa, que de democracia no tiene nada más que la forma, porque esconde una violencia implícita cual es la exclusión social, explotación del hombre y de la naturaleza, o la más sutil de la implantación de un consumismo perverso y alienante al que todos estamos sometidos de alguna u otra manera.

Lo que es posible es que el desequilibrio económico generado por la pandemia, el desplazamiento social y la necesidad de transferir ingresos al sector servicios, traigan aparejado un incremento de las políticas públicas, mayor intervención del Estado y una mayor rigidez en el orden social; pero teniendo en cuenta el desarrollo desigual existente entre los países centrales y los del llamado tercer mundo, esto repercutirá de distinta manera en unos países y en otros.

El interrogante es si ¿los pueblos de Europa y EE.UU. tomarán real noción de que lo que les está sucediendo es fruto de encontrarse inmersos en una ficción de prosperidad que debe ser modificada o continuarán en la ilusión del consumismo?, y con relación a los pueblos más pobres ¿esta situación los llevará a sacudirse del yugo que supone la dependencia financiera y a lograr autonomía de desarrollo? y en todo caso ¿podrán hacerlo o serán cercados por hambre y/o militarmente?

Si nos atenemos a la historia, vemos que ella nos muestra que, aun cuando los pueblos aprovecharon las crisis para producir cambios (la 1ra. guerra mundial trajo el constitucionalismo social, la revolución mejicana y la revolución rusa; la 2da. guerra mundial, la expansión del campo socialista y la independencia de los pueblos africanos; la guerra de Vietnam la formación de grupos revolucionarios en casi todo el mundo) el capitalismo siempre encontró una forma de reacomodamiento y de concentración económica, política y militar, logrando que todos los cambios que mencionamos se fueran retrotrayendo hasta el punto de la desaparición del bloque socialista.

¿A qué se debió este reflujo? A que los cambios en el orden político y social no fueron acompañados por un cambio en el estado de conciencia de la población que se dejó seducir por el mentiroso "Estado de bienestar" como se la dio en llamar a la sociedad del consumo y del despilfarro.

Entonces, volviendo a las preguntas anteriores podemos decir que existen condiciones objetivas para la producción de cambios, pero que se debe impulsar en cada lugar la toma de conciencia necesaria para que esos cambios se puedan llegar a producir efectivamente, resistiendo los embates económicos, políticos, psicológicos, culturales e incluso militares de quienes siempre querrán mantener el control de los destinos del mundo.

Por otro lado, debemos ser conscientes que "la nueva era" no es una entelequia discursiva, sino que es el resultado de un inexorable proceso evolutivo que conduce al hombre nuevo como habitante de un reino de igualdad, armonía y solidaridad.

Un abrazo fraterno para todos.

28/05/20