EL VALOR DEL AMOR Y LA ENTREGA

21.02.2025

Para mi segunda mamá

Por Claudia Jacue 

Pocas veces uno se encuentra en la vida con personas tan pero tan luminosas, etéreas y que son capaces de con solo una mirada o palabra, escudriñar, iluminar, comprender, acompañar y motivar como lo ha hecho este ser de luz, como lo es Anubis.

Qué nombre tan grandioso enmarca tu figura delicada, tus ojos color cielo llenos de luz siempre, y tu voz apacible pero contundente, tu palabra certera y esa paciencia infinita que te caracteriza.
Podría escribir hojas enteras describiendote y serían pocas, pero este no es el objetivo de este escrito.
Creo haberte presentado bien, para los que no te han conocido personalmente o por cartas.
Tus vivencias, conocimientos y consejos compartidos en la obra desde los tiempos de Eugenio hasta hoy al lado de Giorgio, son realmente apasionantes y llenos de una entrega al cielo sin medida, de lo cual llevas adelante con mucho amor y devoción.

El cielo sabe bien porqué hace las cosas y el momento justo para desarrollarlas.
Tu pista de partida esta señalada y lentamente pero con firme tranquilidad la vas transitando, sabiéndote en paz y eso es lo más importante.
Como quisiera saber que ven esos ojitos color cielo en este momento que aunque cerrados se mueven inquietos y tu boca que por momentos esboza una sonrisa, demostrando así que tu viaje ya ha comenzado…. Vas segura y confiada no me cabe duda.

Agradecer al cielo el haberte conocido ya lo hice infinitas veces a lo largo de estos 35 años que llevo de conocerte, por que me has demostrado con acciones concretas tu amor incondicional, tus consejos acertados, tu silente compañia y tu inmensa sabiduría a la hora de resolver los problemas y circunstancias de este camino terrenal transitado juntas.

En este final de recorrido que fortuitamente el cielo asi lo quiso, estoy a tu lado y aprendi en estas circunstancias muchisimas mas cosas que quedarán grabadas a fuego en mi corazon, en mi alma y en mi vida.
Un gran honor para mí es y será para siempre el haberte conocido y el que me permitieras compartir un poquito de tu tiempo.
Tu nombre siempre me supuso una caricia suave y dulce a mis oidos al nombrarlo y hacen perfecta armonia con tu amorosa presencia.

Gracias y mil veces gracias Anubis por todo el legado de amor, valor, entrega, de enseñanzas que dejas a tu paso y de millones de momentos compartidos.
El cielo te recibe una vez mas , para encomendarte quizás una nueva misión, la cual sé que estarás orgullosa de llevar adelante. Soldados como vos hay pocos, amor y entrega como el tuyo difícilmente también sea de encontrar en este mundo.

Con infinito amor, una servidora que te ama con el amor mas grande de todos los amores y con todo su corazón

Claudia Jacue.
21 de febrero 2025

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