LAS ADVERTENCIAS DEL PASADO

EL AISLAMIENTO DEL HOMBRE DEL UNIVERSO - CUARTA PARTE

Por Andrea Macchiarini 

Ahora quisiera informar de lo que ocurrió a partir de junio de 1961 en Garabandal, en la región de Cantabria, España. Este escrito es el último de una serie de cuatro artículos en los que se abordó el tema de los problemas derivados de la puesta en órbita de decenas y decenas de miles de satélites de telecomunicaciones, de la tipología del proyecto Starlink.

Para hacer frente a los acontecimientos ocurridos en Garabandal, se publicará íntegralmente un texto escrito por Eugenio Siragusa el 23 de agosto de 1985, divulgado públicamente en el sito thebongiovannifamily.it, en el que se lanza una "alarma" sobre el peligro extremo de los asteroides hace más de 39 años. 

Artículo periodístico publicado en el diario "LA PROVINCIA" de Cremona el 26 de julio de 1985

El texto escrito y divulgado por Eugenio Siragusa hace referencia a una parte del mensaje que la Madre Celeste le dio a la pequeña vidente Conchita González durante las apariciones que ocurrieron a partir de 1961.

Del 18 de junio de 1961 al 13 de noviembre de 1965 en San Sebastián de Garabandal, un pequeño pueblo situado al norte de España, según los testimonios de las jóvenes directamente implicadas, la Madre Celeste y el Arcángel Miguel se aparecieron repetidas veces. Las jóvenes "videntes" eran en ese momento cuatro jóvenes de entre once y doce años: Conchita González, María Dolores Mazón (Mari Loli), Jacinta González y María Cruz González Barrido (Mari Cruz).
Estos acontecimientos milagrosos nunca fueron confirmados ni desmentidos por las autoridades eclesiásticas encargadas en ese momento de investigar la autenticidad del fenómeno. En este video se creó una reconstrucción detallada de los hechos ocurridos a partir de junio de 1961.

En el artículo periodístico adjunto al comunicado de prensa publicado por Eugenio Siragusa se menciona el descubrimiento en su momento por científicos de la Universidad de Ucrania de Kharkov de:

"... asteroides con un comportamiento extraño, que giran alrededor del Sol en el lado opuesto respecto a los otros planetas".

Hoy, como ya se mencionó, después de 39 años, la humanidad en la Tierra ha dado unos pequeños pasos más con respecto al conocimiento del Sistema Solar y los asteroides presentes en su interior. Hoy en día esos "asteroides de comportamiento extraño", al menos todos los que se han descubierto hasta ahora, se denominan asteroides de órbita retrógrada.
Su número ha aumentado ahora a 172 unidades y sus respectivas características son de dominio público, accesibles desde Internet.

LA ELEVADÍSIMA PELIGROSIDAD DE LOS OBJETOS CON ORBITA RETRÓGRADA

En nuestro Sistema Solar, las órbitas alrededor del Sol de todos los planetas y de la mayor parte de los demás objetos, excepto muchos cometas, son directos (o prógradas). Esto significa que orbitan alrededor del Sol en la misma dirección en la que el Sol gira alrededor de su eje. A excepción de los planetas Venus y Urano, las rotaciones individuales de los planetas alrededor de su eje también son prógradas, es decir, se producen en la misma dirección. La mayoría de los satélites naturales también tienen órbitas prógradas alrededor de sus respectivos planetas, con la excepción de las "lunas" de Urano.

Esta uniformidad de rotación se produce de forma espontánea: cuando se forma un sistema planetario alrededor de una estrella, la materia que lo compone adquiere una forma similar a la de un disco. En el momento en que la nube de gas y polvo que conforma este disco protoplanetario comienza a contraerse y condensarse bajo la acción de su propia fuerza gravitacional, comienza a girar homogéneamente cada vez más rápido, en una única dirección. Por tanto, en general podemos resumir que el sentido de rotación de los planetas alrededor de la estrella alrededor de la cual orbitan y el sentido de rotación de éstos alrededor de su eje está determinado en el momento de su formación.
En cambio, los objetos del Sistema Solar que orbitan alrededor del centro gravitacional, que es el Sol, de manera opuesta a su rotación y de manera opuesta a la mayor parte de los planetas son llamados retrógrados

Pero ¿Por qué era necesaria esta premisa?
Porque en caso que un asteroide impacte contra nuestro planeta, su movimiento orbital hace una enorme diferencia en cuanto al daño que puede causar.
Utilizando un simple paralelismo automovilístico, el impacto directo de un asteroide puede compararse metafóricamente con un accidente automovilístico en el que otro coche nos golpea por detrás. Ambos autos tienen la misma dirección.

Sin embargo, en el caso de un asteroide con movimiento retrógrado, comparando siempre el impacto con un accidente de carretera, es como si otro coche nos golpease frontalmente; los dos coches implicados van en direcciones opuestas y además ninguno de los dos puede frenar ni cambiar de dirección. La diferencia, por tanto, radica en la altísima velocidad con la que el asteroide con órbita retrógrada puede hipotéticamente impactar contra nuestro planeta, o quizás hipotéticamente pueda entrar en contacto (en fricción) con las capas de la atmósfera planetaria.

Un detalle técnico pero fundamental para comprender la diferencia energética del hipotético impacto de un asteroide en función de su velocidad relativa respecto a nuestro planeta.

Esta es la fórmula general para calcular la energía cinética que posee un cuerpo, la energía de movimiento. Con la misma masa "m", la única otra variable que influye en el resultado es exclusivamente la velocidad "v".
De ello se deduce que para una misma masa, la energía cinética varía en función del cuadrado de la velocidad que posee un cuerpo.

Volviendo a nuestro ámbito interplanetario interno del Sistema Solar, podemos por lo tanto fácilmente deducir que, dada la misma masa y velocidad de un asteroide, el hipotético impacto con la Tierra de un objeto con movimiento orbital retrógrado es más devastador que el de un objeto con movimiento orbital directo, del cuadrado de su velocidad.
Me doy cuenta de que estas simples palabras no pueden transmitir inmediatamente la idea de la diferencia, pero al menos son necesarias. 

COMETAS Y ASTEROIDES CON ÓRBITA RETRÓGRADA

Me gusta recordar cómo los datos relatados en este artículo derivan de descubrimientos y mediciones astronómicas realizadas 39 años después del escrito divulgado por Eugenio Siragusa. ¿Quién inspiraba a este último a efectuar consideraciones y a interrogarse sobre temas que hoy, en cambio, son cuestiones de primer plano?
Brevemente, la principal diferencia entre un cometa y un asteroide radica en su constitución interna: generalmente un cometa está compuesto principalmente de hielo de agua, mientras que un asteroide está compuesto principalmente de roca. Esta es la razón por la que cuando un cometa se acerca al Sol, la energía emitida por nuestra estrella hace que el agua y otros elementos volátiles que lo componen se evaporen, haciendo visible, incluso a grandes distancias ese fenómeno natural que llamamos cabellera o cola.
• 2139 comete
• 172 asteroidi
A la fecha de publicación de este artículo, los astrónomos e investigadores que conforman la comunidad científica de nuestra actual civilización humana han logrado descubrir y catalogar 2311 objetos dentro de nuestro Sistema Solar con órbita retrógrada.
• 2139 cometas
• 172 asteroides
El peligro intrínseco de un objeto interplanetario con órbita retrógrada, especialmente un asteroide dado que no es fácilmente visible, es que podría chocar contra nuestro planeta o "deslizarse" por la atmósfera terrestre a muy alta velocidad. Esto conduciría cataclismos a nivel planetario actualmente impensables, dado que las velocidades involucradas son elevadísimas.
Además, como ya hemos visto en las declaraciones de los astrónomos "cazadores de asteroides", los NEO (Objetos Cercanos a la Tierra) más insidiosos son precisamente aquellos que, desde nuestro punto de vista, provienen de regiones cercanas al Sol, por lo que son observables inmediatamente después de la puesta del sol. o poco antes del amanecer. Son pequeños, muy rápidos e identificables en las franjas del cielo donde los futuros cien mil satélites de telecomunicaciones que se pondrán en órbita en los próximos años provocarán las mayores perturbaciones. Precisamente a causa de su elevada velocidad angular, mientras realizan un recorrido orbital alrededor del Sol, desde nuestro punto de vista permanecen casi inmóviles sobre el fondo del cielo, cuando en realidad se mueven a varios kilómetros por segundo.
El objetivo de estos artículos es intentar aportar datos al lector para que se dé cuenta de que por un lado la sociedad humana actual intenta estudiar el Sistema Solar para prevenir cualquier desastre a nivel local o planetario, mientras que otra parte de la sociedad humana intenta exclusivamente el domino sobre otras naciones (me refiero al proyecto Starlink-Starshield) y el beneficio económico en detrimento de todo lo demás. Nuestro objetivo es denunciar todo esto para concientizar y abrir los ojos sobre el "cortocircuito" ético y social que estamos viviendo hoy todos nosotros.
La identificación temprana de un asteroide pequeño y muy rápido podría permitirnos estudiar sus órbitas futuras y prevenir futuros impactos mediante la modificación de su órbita. Hoy contamos con los instrumentos necesarios y el aterrizaje de una sonda automatizada sobre la superficie de un asteroide no sólo es posible sino que ya se ha efectuado. Esto, sin embargo, requiere el tiempo necesario para la preparación y realización material de la posible misión.
La vigilancia constante y generalizada de los espacios del Sistema Solar es nuestra forma de defensa más eficaz: no es casualidad que este proyecto internacional se llame "Planetary Defence" y en español (Defensa planetaria)

Precisamente por eso se ha asignado a los artículos relacionados con este tema un subtítulo provocador: "El aislamiento del hombre del Universo". Sí, porque es paradojal que una civilización planetaria anteponga el dominio y la economía a su propia seguridad y su potencial supervivencia.

Si consideramos los últimos 120 años de la historia aproximadamente en comparación con los últimos 3000 años, esta época ha tenido un aumento vertiginoso en el progreso técnico, los descubrimientos tecnológicos y el conocimiento detallado del sistema solar y el Cosmos. 

Por primera vez en la historia de la humanidad contemporánea nos estamos cegando a lo que existe fuera de la atmósfera terrestre.
La locura de los grupos de poder que dirigen los Gobiernos de las naciones más poderosas de la Tierra es tal, que dan prioridad a su propio dominio sobre otras naciones por encima de la seguridad planetaria común: vemos este desequilibrio en varios niveles, todos los días. El abuso personal de poder sobre otros y los intereses económicos anteponen absolutamente las necesidades y el bienestar públicos. Un día cruzaremos ciega y estúpidamente la línea sin retorno y nos daremos cuenta de que será demasiado tarde para remediarlo. 

UN HECHO DE EXTREMA ACTUALIDAD

Un ejemplo muy actual. El famoso cometa C/2023 A3 Tsuchinshan-ATLAS inmediatamente después de la puesta del sol en octubre de 2024 se hizo visible a simple vista en el cielo. Tiene todas las características peligrosas enumeradas anteriormente:

• Descubrimiento reciente: primera observación el 9 de enero de 2023, se confirma el 22 de febrero de 2023. Antes no conocíamos su existencia. Fue descubierto apenas un año y nueve meses antes de que alcanzara su punto más cercano a nuestro planeta.

• Descubrimiento realizado precisamente gracias a la exploración sistemática del cielo del Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System que, aún lejos del Sol y por tanto sin cola, lo clasificó como objeto asteroidal.
Cometa no periódico: según datos orbitales, nunca se ha observado ningún otro paso alrededor del Sol de este cometa. Al estudiar su órbita hiperbólica no se sabe si este cometa será expulsado del sistema solar o volverá a orbitar alrededor del Sol nuevamente.

• Posee un movimiento orbital retrógrado: gira alrededor del Sol en dirección opuesta respecto a como giran los planetas.

• Velocidad relativa elevada: la velocidad estimada del cometa con respecto al Sol, que se encuentra "estacionario" en el centro del Sistema Solar, se ha estimado en 56,5 kilómetros por segundo. En escalas que nos resultan más familiares, significa 203.000 kilómetros por hora.
Precisamente por tener una órbita opuesta a la de la Tierra, retrógrada, su velocidad relativa estimada respecto a nuestro planeta de 80,5 km por segundo. En escalas que nos resultan más familiares, equivale a unos 290.000 kilómetros por hora.

Ya se han destacado algunos ejemplos de impactos contemporáneos, dejando de lado deliberadamente los catastróficos impactos de asteroides a nivel planetario han sido ya reportados en evidencias
En la hipótesis de que el cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan–ATLAS) hubiera seguido un raro rumbo de colisión directa con nuestro planeta, las consecuencias habrían sido catastróficas: el tamaño de su núcleo se estimaba en aproximadamente 3,2 km (con una velocidad de 290.000 km/h). Iríamos mucho más allá de las consecuencias del suceso de Tunguska de 1908; cuatro modelos informáticos diferentes han producido resultados similares sobre las características del objeto que chocó contra Rusia a principios del siglo pasado: el candidato más probable parece haber sido un cuerpo de piedra de entre 50 y 80 m de diámetro que entró en la atmósfera a aproximadamente 55.000 km/h.

Noticias, datos y consideraciones
Andrea Macchiarini
28 de noviembre de 2024