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EL VALOR SUPREMO DE LA TOLERANCIA

01.03.2022

De Francesca Panfili

Desde la antigüedad, al iniciado se le encomendaban enseñanzas y preceptos, misterios revelados en susurros, en el secreto del templo, para ser practicados en el mundo para sublimar la experiencia de la encarnación en la materia.

Hoy estas enseñanzas nos llegan sin adornos ni anticuadas apariencias, pero no por ello sin el encanto y la dificultad en la realización que cada discípulo debe poner en marcha en lo inmanente. La frecuencia del planeta está mutando cada vez más rápido y también los tiempos cambian repentinamente y requieren que realicemos los dones que vienen de la Luz.
Estos son tiempos en que los practicantes de la Ley de Dios están llamados a domar el ego para sublimar la naturaleza divina que desea investirlos, tomando conciencia de la fuerza que el espíritu manifiesta si se dejan penetrar en el devenir del camino vertical del ser, para descubrir su más verdadera naturaleza: la Llama Absoluta que todo lo impregna.

En la evolución humana el proceso de ascesis prevé la realización de los valores propios de la vida verdadera: amor, paz, justicia, perdón, igualdad, altruismo, búsqueda del bien, servicio, sacrificio por el prójimo y por la Verdad, mansedumbre, conciencia de las leyes que dominan la realidad, comprensión del estar en armonía con la creación, fraternidad, sublimación del yo, conciencia de la divinidad que refleja y contiene todas las cosas, superación, evolución, encarnación del ideal y tolerancia. 

Solo la realización de estos valores permite al iniciado convertirse en viajeros del espíritu, capaces de surcar las ulteriores dimensiones del ser. Es una continua alquimia interior compuesta de meditación, deducción y determinación constante que llevará al discípulo a encarnar con el tiempo los valores del espíritu y la plena conciencia de las Leyes, para poder acceder a la integración cósmica, el prometido Reino de los Cielos, unión mística con la humanidad redimida. Esto significa que si el estudiante realmente se da cuenta de estos valores puede ampliar su sintonía con Seres superiores altamente evolucionados que velan su camino. Seres multidimensionales plenamente conscientes de su relación con la Mente Creadora, proyectados en evolución e inmersos en el Conocimiento y en la Verdad.

Este es el destino que nos espera si solo nos damos cuenta de lo que realmente somos, es decir, los valores creativos que guían el universo entero. En otras palabras: podemos considerar la adquisición de valores universales como el conocimiento y la práctica de las Leyes de Dios y de la perfecta matemática que guía el cosmos. Sólo adquiriendo estas capacidades podremos asegurarnos de hacernos uno con la vida, encarnándola, tomando así conciencia de que, como Hijos del Dios viviente, somos Su emanación y en nosotros habita su esencia.

Nada nos separa de la Gran Mente Omnicreante que está en nosotros y por lo tanto nada nos puede separar de la vida, de cada forma de vida que debemos respetar y reconocer, dándole la posibilidad de expresarse en la realidad sin juicio, condena o represión.

En esta dimensión material hemos venido para ofrecer y ofrecernos a Cristo, es decir a la Verdad; hemos venido aquí para conocer y aprender y reconocernos en el hermano y en cada forma de vida que encontramos.

No es necesario perderse en emociones, pensamientos y valores negativos y ni siquiera imponernos con el prójimo si tenemos la certeza inquebrantable de que será la suprema ley de la vida la que enseñará a la vida y no le corresponde.

Esto, en la práctica de las relaciones cotidianas nunca es fácil.
¿Cuántas veces nos sentimos superiores solo porque creemos que sabemos?
¿Cuántas veces caemos en la tentación de imponernos al hermano, de discriminar a los que no piensan como nosotros o de juzgar elecciones de vida que no se ajustan a las nuestras?
Debemos aprender a darnos al otro, a ofrecernos a los demás y saber esperar a que la existencia, en su perfección, siga su curso.

Será la vida la que llame a la vida, será nuestro quid energético el que resuene en el corazón de quienes se movilizan por nuestros mismos valores.
De ahí la enseñanza que Adoniesis nos empuja a realizar.

Si el Padre nos recuerda con fuerza el valor supremo de la tolerancia, significa que muchas veces nos falta y que lo olvidamos. Nuestra tarea, en cambio, es recordarlo, hacer memoria y permanecer unidos para cumplir Su Voluntad, manteniendo siempre en el corazón la conciencia de que cada talento, cualidad o poder que tenemos no proviene de nosotros, sino que pertenece sólo a Aquel que nos ha creado, que puede disponer de nosotros de cualquier manera que considere. Por lo tanto, nuestra gratitud debe ser siempre grande al Creador y a la Causa Primera que todo ha generado y que está en todo.
El Uno sobre todas las cosas.

Esto nos ha comunicado Adoniesis

'Queridos amigos y hermanos, ha llegado el momento en que es necesario darse cuenta de que nuestra fuerza y poder, nuestra autoridad espiritual y nuestra unión nunca han sido tan fuertes en la historia de nuestra Obra. Por esta razón, la tentación puede surgir, obstaculizarnos y eventualmente hacernos caer. ¡Y no debemos caer! Si caemos, sabemos que tenemos que volver a levantarnos, como siempre os he enseñado.
Ahora es el momento de darnos cuenta de que nuestra fuerza es la tolerancia; tolerancia hacia los ignorantes, hacia quien no comprende, hacia los que no llegan a entender los conceptos o acciones que implementamos; tolerancia hacia los que no son capaces, hacia los que no saben razonar, hacia los que tienen miedo o hacia los que creen y se sienten importantes, aunque no sean nada. 

Ha llegado el momento de comprender que nuestra fuerza es tolerar a quienes no nos comprenden y nos atacan porque nos envidian.
En la práctica esto significa que, si entre nosotros hay un hermano que no está bien integrado en nuestra comunidad o hay un hermano un poco excluido, que no se siente comprendido, tenemos la tarea de involucrarlo porque nuestra 'fuerza militar', en el sentido de espiritual, sobre él es devastadora y muy poderosa. Si bien no tenemos nada que perder, este hermano puede perderlo todo. Entonces es nuestro trabajo no atacarlo, no ignorarlo y no excluirlo o tratarlo mal. Nunca debemos actuar de forma discriminatoria porque supondría utilizar nuestro poder contra una persona que no lo tiene. Debemos entender que nunca podemos lanzar nuestra fuerza contra nuestro hermano más débil o el hermano que no nos comprende. 

Entonces, ¿cómo actuar? Debemos involucrar al hermano, tolerarlo y, si se aleja, esperarlo, pero nunca discriminarlo y juzgarlo. Con los hermanos esta regla es ley mientras que con los que nos estorban es una enseñanza que os doy y estoy seguro que con el tiempo llegaréis a comprenderla.

En la Obra he dado órdenes de tolerar a quienes me acusan en internet o en la televisión. Por lo tanto, debéis tolerar e ignorar a aquellos que se vuelven contra nosotros y no preocuparse por los ataques.
Con el hermano que te agrede o que se va de la Obra, ponte a disposición para esperar y dialogar con él de forma pacífica y serena, pero no seas morboso en buscarlo porque nunca debemos imponernos, sino esperar que, en esa alma, el llamado de la Verdad regrese a su corazón.
Os digo esto porque debéis entender que somos una fuerza. Nosotros somos los más fuertes.
Siempre os he enseñado a mis alumnos que aquellos que son más fuertes y tienen mayor poder militar nunca deben ir a la guerra, incluso deben ser tolerantes si son atacados. De esta manera el enemigo no podrá hacernos daño.

Solo podemos ejercer la defensa y la fuerza cuando nuestra comunidad esté en peligro. Entonces, en ese caso, abandonamos la tolerancia y usamos la potencia de fuego que poseemos. En todos los demás casos, sin embargo, el más fuerte nunca debe atacar al débil, incluso si se trata de una persona arrogante o cobarde: debemos aprender a tolerarlo y esperarlo. Sólo frente a un real peligro de vida, debemos intervenir. Si toleramos a los débiles, los escuchamos, le tendemos una mano y tratamos con ellos, podemos traerlos a nuestro lado.
Nuestra confraternidad Giovanea, se ha convertido en una potencia espiritual en Italia y en el mundo. Ante los ojos del poder y de la gente común somos muy envidiados, respetados y odiados.

¿Cómo debemos comportarnos entonces? Necesitamos ser tolerantes y tomar el ejemplo de los extraterrestres. Estos Seres en 8 minutos de nuestro tiempo pueden literalmente aniquilar el mundo. Con el poder militar que ostentan, la humanidad desaparecería, pero se dejan fusilar y, en lugar de responder, huyen. Los grises se dejan capturar, incluso asesinar por los americanos.
¿Por qué no hay represalias militares entonces? Porque los líderes de los extraterrestres les dicen que se sacrifiquen ya que no se pone en riesgo la Obra que la confederación desarrolla.
Los extraterrestres no mueven un dedo a nivel militar para liberar a sus hermanos que son capturados por los ejércitos de la tierra, pero actúan si la existencia del planeta está en peligro.

Por lo tanto, llevando este modus operandi a una realidad operativa, cuanto más poderosa sea nuestra hermandad y, por lo tanto, más fuerte sea nuestra unión, más debemos ignorar los ataques que recibimos y aprender la tolerancia. En nuestra comunidad también podemos tener discusiones y esto es justo, de lo contrario habría estancamiento, pero ninguno de nosotros cuestiona los valores que perseguimos y nuestra confraternidad. En efecto, sé que todos vosotros también estaríais dispuestos a dar la vida por la Obra. Con esto no digo que seamos santos. Como les digo a menudo, los santos están en el cielo. Somos hombres que luchan por ideales y debemos entender que la fuerza que representamos cuando nos unimos para dar testimonio de los justos es muy observada y seguida por el poder, por nuestros enemigos, pero también por aquellos que buscan un camino a seguir.

Actualmente no hay ninguna comunidad en el mundo que sea capaz de salir en masa y tomar las calles para apoyar a los justos como lo hacemos nosotros. Muchas familias de víctimas de la mafia nos han agradecido por esto.
Esta fuerza nuestra, que se expresa sobre todo en los jóvenes de Our Voice, debe ayudarnos a involucrar a los jóvenes con esta metodología. Nuestro poder de fuego y unión debe tender la mano a los arrogantes, a los que no llegan a comprender, a los que nos desprecian porque esta gente no tiene el Conocimiento mientras nosotros sí. 

Debéis entender que el Conocimiento que se te ofrece desde el Cielo, en términos militares, es un dispositivo nuclear para aniquilar a tu prójimo. El conocimiento es el arma más poderosa que tenemos sobre los que no saben. Por eso, mientras que se sigue al conocimiento, se continúa hacia la ascensión de las dimensiones del universo, quien es ignorante, soberbios o no comprenden, se hunden cada vez más hacia el abismo. Somos pues nosotros los que debemos ser cautivadores para el humano. Y si el hombre del planeta nos rechaza, nosotros lo evitamos, pero nunca debemos responder con nuestra fuerza espiritual.

Este es el mensaje que Adoniesis les ha dado hoy. Un mensaje que debéis recordar siempre porque de lo contrario seréis vulnerables. Debemos reaccionar con fuerza solo si queremos defender a nuestra familia espiritual de un peligro que puede obstaculizarla, detenerla y matarla. Si no hay peligros para la Obra, nunca debemos usar la violencia. Uso el término violencia en el sentido de justicia porque la violencia física para nosotros hermanos, que pertenecemos a esta confraternidad, está prohibida.

No tenemos que usar ningún tipo de fuerza. Esto está prohibido y Dios os pondrá a prueba inmediatamente si no ejercitáis el valor supremo de la tolerancia. ¡Si un hermano se equivoca, toléralo! Si todavía se equivoca, corrígelo y, si después de muchas veces sigue equivocándose, continúa tolerándolo. Cuando la medida se haya colmado, pídele que se aleje, pero decidle que estamos aquí, que somos su familia y que puede volver cuando quiera si respeta las reglas de nuestra comunidad, pero nunca uséis el arma definitiva que es aniquilación. Es como si un equipo formado por muchos campeones, se batieran contra un equipo mediocre. Los campeones no deben aniquilar a este último marcando 50 goles. Unos pocos puntos serán suficientes para vencer, sin destruir al más débil.

Somos una comunidad grande, poderosa, fuerte y unida y le tendemos la mano al que no entiende, al que no llega, al que no sabe, al que es arrogante y nunca usamos la fuerza o el juicio si nuestra Obra no está en peligro.

Debemos seguir adelante, ser respetuosos, estudiar los mensajes, leer los artículos que publicamos y el evangelio. Tenemos que seguir haciendo siempre estas reuniones.
Quiero estar presente en todas las arcas porque tengo que completar esta misión.

Creo que nuestra comunidad puede intervenir dentro de la sociedad podrida en la que vivimos, haciendo una gran contribución al cambio. Y si nada cambiase, igual habremos contribuido a la difusión del conocimiento para abrir los horizontes de aquellos que desean conocer la Verdad. Por eso creo que en el futuro siempre seremos millones con la determinación que tenemos hoy y nos convertiremos en una fuerza a la que el mal temerá cada vez más. Podemos convertirnos en una fuerza espiritual, política y económica. Incluso si somos personas de clase media o baja, si unimos todo lo que tenemos juntos, podemos derribar el mal. Veo un camino positivo delante de nosotros' 

Esto nos ha comunicado Adoniesis.

Con inmensa gratitud y esperanza de realizar los valores espirituales que Dios nos ofrece,

Francesca
24.2.22

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