JUAN EL BAUTISTA GRITA MAS FUERTE QUE NUNCA

02.07.2023

Por Claudio Rojas 

"He aquí, yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparara tu camino. Voz del que clama en el desierto: 'Preparen el camino del Señor, hagan derechas sus sendas'"» (Marcos 1:2-3).

"Se presentó la pregunta por motivo de lo que dijo Jesús: Os digo que, entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista… [Lucas 7:28].

Le fue confiada una misión divina de preparar el camino delante de la presencia del Señor. ¿Quién ha recibido cargo semejante, antes? Si podemos decir que después sí…
Se le confió la inconmensurable misión de bautizar al Hijo del Hombre. ¿Quién tuvo el honor de hacer eso? ¿Quién tuvo tan grande privilegio y gloria? ¿Quién llevó al Hijo del Hombre a las aguas del bautismo y tuvo el privilegio de ver al Espíritu Santo descender en forma de paloma? Solamente él tuvo el privilegio de ser un testigo de la verdad.

Marcos presenta rápidamente a Juan el Bautista, la mentalidad profundamente israelita de Marcos no podía concebir saltarse este punto tan importante: establecer la referencia fundamental para el ministerio de Juan en las palabras de Dios habladas a través de los profetas de la antigüedad.

La cita en el versículo 2 no solo proviene de Isaías, sino también de Malaquías 3:1 (con posibles alusiones a Éxodo 23:20 también). Los manuscritos más antiguos de este Evangelio, según el modelo tradicional israelita, se refieren solo a los profetas mayores, en este caso, a Isaías. Sin embargo, los manuscritos medievales de este Evangelio muestran la incomodidad de los copistas escribas cristianos con esta práctica. Intercambiaron la referencia singular a «Isaías» con la referencia clarificadora a «los profetas».

En la primera parte de esta versión hebrea, esta cita se puede traducir como: «Una voz que llama en el desierto» o como «Una voz de uno que llama en el desierto».
Hoy, esa voz que clama en el desierto espiritual en que vivimos como civilización, sigue denunciando el mal, develando y apuntando con el dedo el rostro de los corruptos, gritando contra las injusticias contra los débiles y especialmente contra los niños; y sobre todo anunciando el retorno de Jesucristo con potencia y gloria, y la justicia del Padre antes de la instauración del reino prometido.

Claudio Rojas-
24-junio-2023