LA ENSEÑANZA DE UN ÁNGEL EN LA TIERRA

28.02.2025

Por Claudia Jacue

Como versan las estrofas de una canción famosa: 

"...si me dieran a elegir una vez más, te elegiría sin pensarlo, es que no hay nada que pensar, que no existe motivo ni razón para dudarlo ni un segundo, porque tú has sido lo mejor que tocó este corazón..."

Te elegiría una vez más para seguir aprendiendo un día más así como en un momento de mi juventud, descubrí las verdades y respuestas que llenaban todas mis expectativas y acallaban mis dudas, sí, así es mi experiencia contigo Anubis.

Aquí estamos un día más, juntas, acompañándote de la mano, secando tus lágrimas que sé que son de amor y no de dolor.
"Tranquila, vamos bien. Lo estás haciendo muy bien", te digo al oído.

Sin dudas que, en todos estos días, hemos traído a la memoria anécdotas y vivencias junto a ella. Algunas más recientes, otras desde hace más tiempo, pero sin duda alguna tenemos todos, o al menos casi todos en común: el acercamiento para el despertar al conocimiento de la obra giovannea, fue sin dudas por ella, por Anubis.

Su llegada al país hace más de 40 años junto a su esposo Eduardo, con maletas llenas de conocimiento y vivencias espirituales intactas para ser compartidas en estas tierras sudamericanas, con certeza han brindado muchísimos frutos.
La cuidadosa forma de transmitir el verbo en cada encuentro así fuera con una persona o dos, o así en improvisadas conferencias, fue el sello que marcó el comienzo por estas latitudes. No dudo que también las vías de conocer el mensaje hayan sido también por otros medios, pero creo que el más ha marcado un antes y después, es el que llevó adelante Anubis.

Difícil dejar pasar el nivel altísimo de compromiso que desempeñaba y desempeña aún, mostrando una fortaleza y entrega inigualable hasta el final.
Su figura única, comparable al de un ser celestial bajado a la Tierra en misión, era más que evidente. Su voz suave y pausada, el color de sus ojos transparentes que calaba hondo al mirarla, su pelo claro y el color de su energía que emanaba toda ella, estuviera en el lugar que estuviera, marcaba presencia.

Hasta en estas horas de reflexión y en este lugar, sin dudas que ella tocó aquí, muchos corazones, sin que pudiera al día de hoy y en la magnitud del legado de amor y dedicación que dejó en este lugar, un centro de salud.

Estarás ya abocada a la tarea de prepararte para tu nuevo camino y sabes que todo por acá seguirá su curso y sus acontecimientos.
Nos diste la enseñanza más importante que todos pudimos haber recibido como lección de vida en este plano, el valor de la paciencia, la serenidad y raciocinio al momento de hacer juicio sobre algo o alguien, y esto solo es posible y si esas dos acciones están basadas en el más puro amor, ese del qué tanto nos habló Eugenio y Giorgio, persiste hoy. Ese inmenso amor que mueve universos y galaxias... y que es el más sencillo y puro de los amores.

Gracias Anubis, por enseñarnos a más de dos generaciones el valor de ese amor y demostrarlo siempre con tu vida día a día.

Una servidora, con amor infinito...
Claudia Jacue
28 de febrero 2025