TECNOLOGÍA ALIENÍGENA Y EL PODER FINANCIERO: EL VÍDEO EXCLUSIVO DE UNA RECUPERACIÓN UAP
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Por Sante Pagano

Jacob Barber, ex aviador de las Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea de EE. UU., se declaró recientemente públicamente como denunciante en el campo de los fenómenos aéreos no identificados (UAP). Dijo que había servido durante años, incluso de manera extraoficial, en un programa secreto para la recuperación de aeronaves no humanas, trabajando tanto para el gobierno de Estados Unidos como en el ámbito de inteligencia.
News Nation, conocido canal de televisión y periódico estadounidense, publicó recientemente un artículo que contiene una entrevista exclusiva con Jake Barber, enriquecida por las investigaciones realizadas sobre su figura y por un vídeo que mostraría una recuperación de UAP nada menos que sorprendente.

Nos encontramos en un momento extraordinario de la historia de la humanidad, donde es evidente que hay objetos que surcan nuestros cielos y que aún no llegamos a comprender. Esta es solo una de las áreas sobre las que estoy proporcionando información exclusiva", dijo Barber.
Es evidente que las declaraciones y testimonios del ex aviador, que examinaremos en breve con más profundidad, contienen elementos de gran importancia, pero están acompañados de detalles que plantean importantes interrogantes y nos invitan a una atenta reflexión.
Con toda probabilidad, nos encontramos ante la habitual estrategia de divulgación controlada, en la que se mezclan hábilmente verdades auténticas con afirmaciones absurdas, con la intención de desorientar a la opinión pública y guiar sutilmente la percepción colectiva. Sin embargo, más allá de las manipulaciones y distorsiones, un hecho parece ahora incontrovertible. La realidad extraterrestre está emergiendo poco a poco como una posibilidad concreta y se va abriendo paso cada vez más en la conciencia de la gente.
LAS DECLARACIONES DE BARBER
Como decíamos, Jacob Barber es un ex aviador de las Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea de EE. UU., conocido por haber emergido recientemente como un denunciante en el campo de los fenómenos aéreos no identificados (UAP). Declaró que había servido durante años, incluso de manera extraoficial, en un programa secreto de recuperación de aeronaves de origen no humano y que participó en la recuperación de al menos dos aeronaves anómalas: una con forma de "huevo" blanco (de unos 6 metros, sin motor ni firma térmica) y otra definida como un "eightgon" (un disco con ocho secciones).
Sus credenciales militares fueron verificadas por la propia NewsNation. Barber habría trabajado como mecánico aeronáutico en la USAF a finales de los años 90, siendo reclutado luego en operaciones especiales (Combat Control). Más tarde, también actuaría en forma no oficial para el Departamento de Defensa y la Comunidad de Inteligencia.
En los últimos años, varias figuras prominentes ya han sostenido la existencia de un programa secreto del gobierno dedicado a la recuperación de UAP, una operación que se prolongaría durante décadas. Entre ellos, David Grusch, ex oficial de inteligencia estadounidense, quien testificó ante el Congreso de los Estados Unidos afirmando que, desde hace décadas, el gobierno posee y estudia materiales de origen no humano, procedentes de naves espaciales caídas. Sin embargo, Grusch dijo que nunca tuvo acceso directo a estos programas, pero recibió esta información de fuentes internas altamente confiables.
Del mismo modo, Luis Elizondo, ex director del programa del Pentágono conocido como "Advanced Aerospace Threat Identification Program"- Programa avanzado de identificación de amenazas aeroespaciales- (AATIP), ha confirmado públicamente, incluso ante el Congreso de Estados Unidos, la existencia de investigaciones gubernamentales sobre el fenómeno UAP.
También ha intervenido en numerosas entrevistas y apariciones públicas, entre las que se encuentran las de "60 Minutes" y el "New York Times", precisando sin embargo que nunca ha participado directamente en operaciones de recuperación de naves no convencionales.

Barber, sin embargo, es un caso distinto. A diferencia de Grusch y Elizondo, no se limitó a reportar información recibida de terceros, sino que afirmó haber sido parte activa en este tipo de programas. Según sus afirmaciones, lleva años trabajando directamente con vehículos espaciales de origen no terrestre, participando en operaciones de recuperación y estudio de estas tecnologías avanzadas.
¿Barber, un informante confiable?
NewsNation reportó haber llevado a cabo una auditoría exhaustiva de los registros de Jacob Barber, confirmando que en la década de 1990 sirvió como aviador en la Fuerza Aérea de los EE. UU., especializándose como mecánico aeroespacial Su carrera no se limitó a este rol. Gracias a sus habilidades, fue seleccionado para formar parte de las operaciones especiales de la Fuerza Aérea, en particular en la unidad de élite conocida como "Combat Control".

Esta unidad altamente selectiva es responsable de operaciones críticas en escenarios de guerra y misiones secretas, lo que requiere que sus miembros estén extremadamente bien entrenados en múltiples disciplinas operativas. Barber no fue una excepción. Después de su formación, se convirtió en piloto de helicópteros, paracaidista de caída libre, tirador experto y especialista en operaciones de infiltración y reconocimiento avanzado.
A lo largo de su carrera, fue asignado a misiones de alto perfil, incluyendo apoyo presidencial, operaciones que involucraban directamente protección y logística para el Comandante en Jefe. Su talento lo convirtió en un elemento valioso, tanto que fue empleado en escenarios internacionales de gran relevancia. Operó en los Balcanes durante la Guerra de Bosnia, período en el que llevó a cabo tareas clasificadas que le valieron una condecoración por heroísmo. Su participación en operaciones estratégicas le permitió obtener una habilitación de seguridad top-secret (de alto secreto) de la OTAN, un permiso que le daría acceso a información confidencial de alto nivel.
Sin embargo, su carrera dio un giro aún más interesante cuando abandonó el servicio oficial para continuar operando en las sombras. Según la información recopilada, Barber continuó su trabajo de manera no oficial para el Departamento de Defensa y la Comunidad de Inteligencia, trabajando en proyectos altamente clasificados. Es en este contexto que, según sus afirmaciones, pasó a formar parte de un programa secreto dedicado a la recuperación y estudio de tecnologías de origen no terrestre.
Además de verificar sus registros oficiales, NewsNation contactó a tres ex operadores de fuerzas especiales, quienes supuestamente confirmaron las credenciales, la experiencia y la participación de Jacob Barber en operaciones altamente clasificadas.
Entre sus partidarios más fervientes se encuentra el coronel John Blitch, una figura legendaria en el mundo militar, a menudo llamado "guerrero renacentista" por su combinación única de experiencia de campo y conocimientos académicos. Veterano de operaciones especiales, científico e innovador con un doctorado en psicología y una larga carrera en investigación militar y tecnológica.

A lo largo de su carrera, Blitch ha servido como francotirador de élite en la Fuerza Delta, una de las unidades de fuerzas especiales más secretas y letales del mundo. Sin embargo, su papel iba mucho más allá de las operaciones de combate. Fue uno de los pocos hombres en la historia con poder para decidir sobre el destino de la humanidad, al mando de un batallón de armas nucleares, con autoridad y responsabilidad para activar ojivas estratégicas en escenarios de guerra.
Después de dejar el servicio activo, el coronel Blitch ha continuado trabajando en el campo de la investigación militar avanzada, trabajando en proyectos pioneros en robótica e inteligencia artificial para aplicaciones de defensa. Su participación directa en tecnología de vanguardia le ha permitido acceder a información clasificada sobre sistemas de armas experimentales y potenciales amenazas aéreas no convencionales.
Una voz, por tanto, de gran autoridad, que no sólo confirma las afirmaciones de Jacob Barber, sino que las refuerza aún más. Según Blitch, quien como se mencionó tenía acceso directo a información altamente clasificada, Estados Unidos ha recuperado vehículos de origen no terrestre y ha estudiado su tecnología durante décadas.
Y, como él mismo sostiene, todo ello envuelto en un silencio operativo impenetrable.
Y, a la vista, nada nuevo. Otro testimonio que habla del habitual sistema de compartimentación informativa, calibrado para evitar cualquier filtración no autorizada. Una máquina perfectamente lubricada, construida para proteger secretos estratégicos y mantener el control sobre información potencialmente desestabilizante.
Cualquiera que conozca los mecanismos del poder sabe bien que este patrón se viene repitiendo desde hace décadas. Verdades candentes, ocultas tras la seguridad nacional, confiadas a un pequeño círculo de individuos y alejadas de la conciencia pública con la complicidad de instituciones, medios de comunicación y aparatos industriales.
El primer encuentro de Barber con la inteligencia no humana
Para Jacob Barber, el punto de inflexión en su carrera y en su vida tuvo lugar alrededor del 11 de septiembre de 2001, un acontecimiento que conmocionó profundamente no solo a los Estados Unidos sino también a su propio camino profesional y humano, marcándolo de manera irreversible.
"Todo cambió para mí en ese período", dice Barber. Dejé la Fuerza Aérea y me enviaron a California para establecer una base de cobertura como contratista independiente. Esto me permitiría seguir sirviendo, pero en una función completamente diferente. Lo que sucedió después marcó mi entrada en un mundo que me confrontaría directamente con la realidad de los UAP."
Según Barber, esta nueva fase de su carrera no fue simplemente un cambio de asignación, sino un paso a un entorno altamente clasificado, donde las operaciones ya no estaban bajo el control directo de la cadena de mando militar convencional. Se unió a una red de especialistas, ingenieros y operadores entrenados para manejar misiones de recuperación de naves caídas en instalaciones de pruebas secretas ubicadas en el desierto.
Según él, muchas de las operaciones relacionadas con los UAP no fueron gestionadas directamente por el gobierno, sino delegadas a empresas privadas y contratistas de defensa, que habrían desempeñado un papel central en la salvaguardia, el estudio y el desarrollo de las tecnologías recuperadas. Un esquema operativo, según él, que habría permitido burlar los mecanismos de transparencia y control democrático, haciendo extremadamente limitado el acceso a la información, incluso a funcionarios de alto nivel.
"Gran parte de las operaciones que realizamos se llevaron a cabo en lo que yo llamo el campo de tiro, una zona donde el gobierno estadounidense, junto con sus socios privados, realizó pruebas avanzadas de sistemas de armas y evaluó la resistencia de ciertas aeronaves a dichos sistemas".

"Trabajando allí, vi muchas cosas que desafiaban la lógica y la tecnología humanas. Nos vimos obligados a recuperar y analizar objetos que simplemente no encajaban con nuestro conocimiento aeroespacial tradicional. Objetos con propiedades anómalas, materiales de origen desconocido y tecnologías que parecían pertenecer a otra civilización."
UAP, contratistas privados, gobierno estadounidense e ingeniería inversa
En resumen, como ya se ha mencionado, se trata de una práctica lejos de ser nueva, y que ya ha sido confirmada por numerosas otras voces autorizadas en el panorama de la divulgación de UAP, además de los conocidos casos de Luis Elizondo y David Grusch. Entre ellos se destaca el Dr. Steven Greer, fundador del Disclosure Project-Proyecto de Divulgación-, quien ha recogido cientos de testimonios de ex militares y contratistas de defensa, según los cuales algunas empresas privadas han tenido acceso a tecnologías no terrestres desde la década de 1950.
Este panorama se ve reforzado por el coronel John Alexander, ex oficial de las fuerzas especiales y miembro interno del Pentágono, que ha hablado reiteradamente de la existencia de grupos restringidos y compartimentados, que operan de forma encubierta y son capaces de gestionar información altamente clasificada, completamente fuera del control de las instituciones oficiales.

Sin mencionar que, como informé en mi penúltimo artículo, en febrero de 2025 la empresa Tuttle Capital Management presentó una solicitud ante la Securities and Exchange Commission- Comisión de Bosas y Valores- (SEC), para lanzar un fondo de inversión llamado "Tuttle Capital UFO Disclosure AI Powered ETF". Se trata de un fondo destinado a invertir en empresas potencialmente involucradas en el desarrollo de tecnologías avanzadas relacionadas con los ovnis, con un enfoque particular en grupos aeroespaciales y contratistas de defensa que gestionan programas de investigación y desarrollo asociados con tecnologías clasificadas.
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Por supuesto, no podemos saber exactamente qué empresas están involucradas. Sin embargo, se sabe que varias empresas del sector aeroespacial y de defensa han sido asociadas frecuentemente con tales actividades por figuras prominentes del ámbito militar y gubernamental. Entre ellas se encuentran Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon.
Lo que surge claramente de este panorama es que la gestión del fenómeno UAP no es sólo una cuestión de seguridad nacional, sino un factor estratégico que involucra intereses económicos privados, redes de poder paralelas y un sistema de secretismo institucionalizado que elude deliberadamente los mecanismos democráticos. Esto hace que la relación entre verdad y narrativa pública sea particularmente problemática, en un contexto donde la información se filtra, se selecciona o se oculta en función de lógicas que no responden al bien común, sino a objetivos de control, desarrollo tecnológico y dominio geopolítico.
El comienzo de la anomalía por Barber
Según sus propias declaraciones, Barber fue reclutado como piloto de helicópteros y formó parte de un equipo altamente especializado encargado de recuperar naves caídas, en una instalación de pruebas secreta en una remota zona desértica.
"Gran parte de nuestro trabajo se desarrollaba en lo que yo llamo 'el polígono'", explicó. "Un área reservada donde el gobierno de los Estados Unidos, en colaboración con empresas privadas, estaba experimentando con tecnologías de vanguardia. Aquí se probaban nuevos sistemas de armas y se evaluaba la resistencia de ciertas naves a dichos sistemas. Era un entorno extremadamente dinámico, y se podían observar fenómenos realmente insólitos."
Fue en ese contexto que Barber comenzó a notar eventos inexplicables
"Ahí fuera, siempre suceden cosas interesantes", dijo. "Objetos que aparecen y desaparecen de repente de la vista. Estructuras que parecen disolverse y reaparecer. Naves que se mueven a velocidades increíbles, sin producir ningún ruido o desplazamiento de aire. Cosas que cambian de color, forma, tamaño ante nuestros ojos."
"Sabíamos que se trataba de aviones clasificados", dijo. "Nuestro trabajo era recuperarlos y llevarlos a los sitios designados para su estudio".
Pero lo que más le impresionó fue la naturaleza de estos objetos. "Bastaba con mirarlos para darse cuenta de que eran algo extraordinario, algo que no pertenecía a nuestra tecnología humana", dijo.
Barber también dijo que recordaba vívidamente su primer encuentro cercano con un objeto que desafiaba toda explicación lógica.
"Estaba en vuelo, piloteando un helicóptero, y operaba una larga línea de unos 45 a 60 metros (150 a 200 pies). En un momento dado, estuve a menos de 45 metros de un objeto en tierra," dijo.
"Delante de mí había un huevo. Un huevo blanco", reveló. "No tenía motores visibles, ninguna abertura, ninguna estructura aerodinámica convencional. Y lo más importante, no emanaba ninguna firma térmica."
Lo miré a través de las gafas infrarrojas, luego me saqué las gafas y lo miré directamente. Lo examiné de diferentes maneras. Y no me cabía duda: lo que veía no era algo hecho por manos humanas.
"Todos sabíamos que estábamos ante algo extraordinario", dijo Barber. "No se parecía a nada que hubiéramos visto antes".

Según Barber, el objeto también parecía completamente intacto, sin signos de impacto o daños estructurales, y parecía "metálico y blanco perlado", con dimensiones comparables a las de un SUV. Pero, como él mismo afirmó, no era sólo su apariencia lo que lo hacía inusual. La peculiaridad fue la ausencia total de signos distintivos típicos de la tecnología aeroespacial humana. No había motores, ni aberturas visibles, ni fuente aparente de propulsión y, lo más importante, no respondía a las leyes de la física tal como las conocemos.
La similitud con el OVNI "Tic Tac"
El objeto descripto por Jacob Barber recuerda efectivamente al célebre OVNI con forma de "Tic Tac" observado el 14 de noviembre de 2004 en la costa meridional de California. En esa ocasión, el comandante David Fravor y otros pilotos de la Marina de Estados Unidos informaron haber avistado un objeto blanco, ovalado, sin alas, sin superficies de control ni tomas de aire, que volaba en modo errático sobre el mar. Según sus estimaciones, la nave tenía unos 12 metros de largo y parecía desafiar toda lógica aerodinámica conocida.
El encuentro fue documentado en un video capturado por un avión militar, conocido como "FLIR1", que se hizo público el 16 de diciembre de 2017. Las imágenes muestran un objeto no identificado realizando maniobras increíbles que no pueden explicarse según las leyes de la física tradicional.
Según un análisis forense realizado por la Coalición Científica para la Ufología (SCU), el objeto tendría entre 15 y 18 metros de largo y estaría completamente desprovisto de componentes atribuibles a una aeronave convencional. Pero lo más desconcertante es el rendimiento técnico del objeto. Según las estimaciones, el Tic Tac habría alcanzado una velocidad de unas 105.000 millas por hora, o sea más de 200.000 km/h, con aceleraciones superiores a los 12.000 g, o doce mil veces la fuerza de la gravedad de la Tierra. A modo de comparación, un ser humano puede soportar un máximo de 9 g durante unos instantes antes de perder el conocimiento o morir.
Valores como estos no son sólo increíbles, sino que están fuera de escala. Para producir una aceleración tan extrema, se necesitaría una energía comparable a la de una pequeña explosión nuclear táctica. Sin embargo, el objeto no mostró signos de estrés mecánico, no produjo explosiones sónicas, no dejó rastros de calor ni de vapor y parecía moverse sin ninguna resistencia aerodinámica. Como si actuara más allá de las leyes de la física tal como las entendemos hoy.
Un acontecimiento que aún permanece sin una explicación oficial creíble, cuya respuesta hay que buscarla precisamente en los intentos sistemáticos de reducir, desviar o distorsionar el debate público sobre estos fenómenos.
"Nuestro objeto tenía muchas de esas mismas características", dijo Barber, refiriéndose al llamado OVNI 'Tic Tac'. "Estaba flotando, parecía moverse sin resistencia aerodinámica, y la forma en que cambiaba de posición era algo que no podíamos explicar con nuestros conocimientos".
Al respecto, NewsNation ha obtenido un vídeo que, según fuentes, fue grabado durante una de las operaciones de recuperación, cuyo contexto oficial y el destino final del objeto siguen siendo desconocidos por ahora.
Las imágenes, filtradas por fuentes anónimas, habrían sido filmadas por una cámara montada en la parte inferior de un helicóptero militar. Se puede ver claramente un objeto con forma de "huevo", cuya longitud se estima en unos seis metros, envuelto en una estructura de contención, mientras es bajado a tierra mediante una cuerda especial.
Rodada en visión nocturna, la filmación muestra un objeto con una superficie lisa y uniforme, completamente desprovisto de marcas de identificación, aberturas, ventanas o sistemas de propulsión visibles. A medida que asciende, el objeto gira ligeramente, reflejando luz infrarroja.
Las imágenes, consideradas entre las más nítidas jamás documentadas, habrían sido obtenidas de fuentes militares anónimas y podrían representar una de las pruebas más concretas jamás hechas públicas respecto a la recuperación de un UAP.
De momento no ha habido ninguna confirmación oficial por parte del gobierno, pero por ahora el contenido del vídeo parece sin duda sorprendente. De demostrarse su autenticidad, las imágenes constituirían documentación extremadamente relevante en el contexto de la cuestión de los UAP.
Les reportamos a continuación el video que acabamos de comentar, y esperamos atentos cualquier desarrollo futuro.
La confirmación de la Inteligencia No Humana (NHI) y el marco legal
Barber continuó enfatizando que la respuesta de su cadena de mando y su experiencia de campo dejaron poco espacio para dudas sobre la verdadera naturaleza de los objetos con los que interactuó su equipo.
Les diré que, debido a la reacción de mi estructura de liderazgo y a mi experiencia de trabajo en ese puesto, todas las personas involucradas estaban convencidas de que lo que estábamos viendo y con lo que estábamos tratando era, de hecho, exótico en su origen", dijo.
"Se transferiría a una instalación segura, como ocurre con todos los materiales clasificados. Pero mi función termina al entregar la carga. A partir de entonces, el destino del objeto pasa a otras manos", explicó.
Pero el punto más significativo de sus revelaciones se refiere a una confirmación recibida directamente de miembros de alto rango del grupo de trabajo UAP.
También les diré que, durante este proceso, a lo largo de los últimos dos años, miembros de alto rango del Grupo de Trabajo UAP me han confirmado que lo que estábamos trabajando esa noche era, de hecho, NHI (Inteligencia No Humana)".
Esta declaración de Jacob Barber es especialmente significativa si se sitúa en el contexto legislativo actual, ya que es el propio Congreso de Estados Unidos el que ha oficializado la existencia del acrónimo NHI, o sea Inteligencia No Humana, dentro de una ley federal, aprobada en 2023 con la National Defense Authorization Act. –Ley de Defensa Nacional- En ese texto, el término se utiliza explícitamente para referirse a entidades o tecnologías no atribuibles al origen humano, consagrando de hecho un giro histórico en la terminología institucional sobre el fenómeno UAP.
Sin embargo, casi nadie ha hablado de todo esto. Los grandes medios de comunicación lo ignoraron, los debates públicos lo evitaron y la mayor parte de la población permaneció completamente inconsciente.
Obviamente, no es un descuido, sino una estrategia de comunicación precisa. Se hace pública una información incómoda a través de un canal oficial, como una ley federal, para notificar técnicamente la verdad al pueblo, pero sin iniciar ninguna discusión, sin contextualizarla y sobre todo sin amplificarla mediáticamente.
Se trata de un modelo de revelación pasiva, que tiene la ventaja de poder decir "ya se lo dijimos" si un día la verdad sale plenamente a la luz.
Un patrón que demuestra inexorablemente cómo ciertas verdades incómodas se comunican sin realmente darse a conocer, y que es parte de un plan mucho más amplio, es decir, preparar al público, pero sin provocar pánico ni comprometer el orden geopolítico y económico actual. La verdad se dosifica, se dirige y se encasilla dentro de una narrativa compatible con los intereses del poder dominante.
El objeto octogonal
Además del objeto con forma de "huevo de color blanco perlado", Barber dijo que se encontró con otra aeronave de naturaleza anómala.
"Había otro objeto. Uno era el huevo, el otro era lo que yo llamaba «el octógono".
Según su descripción, el objeto octogonal (al que él mismo llama "eightgon") tenía el aspecto de un disco volante dividido en ocho secciones, claramente delineadas cuando se observa desde arriba.
"Y lo puedo describir tan bien porque lo vi principalmente desde arriba, ya que estaba al mando de un helicóptero", dijo. "Hemos realizado varias recuperaciones con estos octógonos. En esta operación en particular, más de uno logró llegar a tierra".

En resumen, según Barber, se trata de operaciones de recuperación repetidas, realizadas en gran medida por unidades especializadas vinculadas al gobierno y contratistas privados, llevadas a cabo a través de un programa estructurado y continuo.
Una experiencia impactante e inexplicable
Pero lo que sucedió después, según contó, marcaría uno de los momentos más intensos y profundos de su vida.
"Al acercarme al lugar de recuperación, empecé a sentirme extraño. Había algo diferente en el aire", dijo.
El acercarse al objeto parecía generar un efecto emocional abrumador, algo completamente inesperado.
"Cuanto más me acercaba, más la emoción crecía en mi interior. Me embargaba una mezcla de sentimientos contrapuestos: tristeza, alegría, asombro. Era como si la belleza misma se manifestara de una forma que nunca antes había experimentado. Y entonces... escuché melodías. Canciones. Todo era tan intenso y abrumador".
Barber sabía que tenía que mantener la mente lúcida, ya que estaba volando un helicóptero de noche, en una zona montañosa y en condiciones operativas difíciles.
Y sin embargo, en ese momento, empecé a preguntarme: ¿Qué me pasa? ¿Por qué siento todo esto?
"La experiencia no se sintió como un simple colapso emocional ni como un ataque de pánico".
"No fue una reacción psicológica común y corriente. Fue algo diferente. Algo inexplicable. No era miedo ni confusión. Era como si algo, algo más grande que yo, intentara comunicarse conmigo a un nivel que iba más allá de las palabras."

"Sentí que había algo que me unía", dijo. Como si una inteligencia invisible hubiera sintonizado conmigo, con mi alma, y me ofreciera una especie de guía, haciéndome comprender la importancia y la profundidad de lo que estaba experimentando. Fue tan intenso que no pude contenerme y empecé a llorar."
Según Barber, esta sensación nunca había ocurrido antes en su vida, y lo que la hizo aún más extraña fue la naturaleza de la energía percibida.
"Era una energía muy femenina", explicó. Les diré que parecía el espíritu de Dios, pero no en un sentido masculino. No era un alma en el sentido religioso, era más como una frecuencia, un campo de energía al que estaba conectado".
Pero lo más sorprendente de su testimonio es el hecho de que esta fuerza, fuera cual fuese, nunca lo abandonó.
"Cualquiera se la fuerza que me impactó esa noche, se ha quedado conmigo. Sé que puede parecer una locura, pero es lo que me impulsa ahora, es lo que me protege".
Bueno, en este sentido es importante entender que la idea de que la presencia de estos objetos puede influir en el estado emocional o la percepción humana ya ha sido discutida en diversos campos relacionados con los UAP. Algunos informes militares y civiles hablan de hecho de "efectos psicofísicos inexplicables" asociados a estos fenómenos, sugiriendo que pueden interactuar con la mente de maneras que aún eluden a la ciencia convencional.
Las declaraciones de Barber parecen por tanto una prueba más que refuerza una hipótesis cada vez más fundada: que los objetos voladores no identificados no sólo son aeronaves tecnológicamente avanzadas, sino que poseen sorprendentes capacidades para interactuar directamente con la conciencia humana. Esta perspectiva, todavía poco aceptada en los círculos académicos, está en cambio apoyada por un creciente cuerpo de experiencias y reflexiones maduradas en el campo del contactismo y la investigación psíquica, donde el fenómeno OVNI es interpretado como un evento que afecta no sólo a la física, sino también a la dimensión espiritual y evolutiva del ser humano.
Entre los pioneros que investigaron científicamente esta conexión se encuentra el psiquiatra John Edward Mack, profesor de la Escuela de Medicina de Harvard y ganador del Premio Pulitzer, quien realizó un riguroso estudio sobre numerosos individuos que afirmaron haber sido abducidos por entidades extraterrestres. Más allá del evento en sí, lo que Mack observó fue el profundo impacto transformador que tales experiencias tuvieron en los sujetos: cambios en la percepción del mundo, en su identidad, su espiritualidad y en el propio significado de la vida.
Mack concluyó que, aunque estas experiencias escapaban a los parámetros de la lógica ordinaria, los sujetos involucrados las percibían como absolutamente reales y sus efectos eran todo menos imaginarios. Cambiaban radicalmente la forma de ver el mundo, la identidad personal y la relación con la dimensión espiritual. Fue como si el encuentro con la entidad protagonista de la experiencia de contacto ocurriera principalmente en el plano interior más que en el físico, dejando una impronta profunda y duradera en la conciencia.

Uno de los primeros en apoyar firmemente esta visión fue Eugenio Siragusa, figura central del contactismo italiano del siglo XX. Activo desde la década del ´50, Siragusa afirmaba estar en contacto telepático con entidades extraterrestres de naturaleza espiritual, a las que llamaba los "Hermanos del Espacio".
Según sus testimonios, estos seres provienen de civilizaciones avanzadas, no sólo desde el punto de vista tecnológico, sino sobre todo a nivel ético y conciencial, y se comunican a través de frecuencias psíquicas y vibraciones sutiles, capaces de entrar en resonancia con el alma humana.
El contacto, explicaba Siragusa, no ocurre principalmente a nivel material, sino a través de un proceso interno que involucra la mente, el corazón y el espíritu. El mensaje central de estas inteligencias fue siempre el mismo: justicia, paz, fraternidad y preparación para el cambio planetario.
Siragusa argumentó que la humanidad estaba en una fase crítica de transición, y que estos seres estaban interviniendo, discreta pero firmemente, para despertar las conciencias y dirigir la evolución colectiva hacia un nuevo paradigma. El verdadero contacto, decía, no es con el alienígena externo, sino con la parte divina del ser humano, capaz de comprender y aceptar realidades superiores.
Esta visión, en parte mística, en parte cosmológica, ha encontrado continuidad en figuras como Giorgio Bongiovanni, místico, contactado y heredero espiritual de Siragusa, quien hoy lleva adelante el mismo mensaje, ampliándolo a la luz de los acontecimientos actuales.

En numerosos escritos y conferencias, Giorgio Bongiovanni ha reiterado que el verdadero contacto con estas inteligencias no se produce a través de la tecnología o la observación física, sino a través del espíritu, la conciencia y el pensamiento. Los UAP visibles, según su visión, no son el fin, sino sólo los medios, instrumentos funcionales para un diseño evolutivo global que apunta al despertar de la humanidad y su acercamiento a las leyes cósmicas universales basadas en la justicia, el amor y la verdad.
Bongiovanni subraya que estos seres están en contacto con la humanidad desde hace siglos y que, como ya afirmó Siragusa, estas entidades no se limitan a observar: comunican, transforman, guían. Quienes los conocen a menudo relatan experiencias imborrables, cambios profundos en su forma de percibir la realidad y una nueva conciencia de su papel en el Cosmos.
Datos sensoriales ilegales y vídeos clasificados
Jacob Barber informó que no sólo el gobierno de Estados Unidos, sino también las empresas privadas involucradas en programas secretos estaban interesadas en la fenomenología de los llamados UAP. Una de las misiones asignadas a su equipo fue la recuperación de "HVT" (high value targets- objetos de alto target-), o sea que eran computadoras portátiles "Toughbook" que contenían material sensible. "El material presente se refería a datos de sensores y vídeos grabados ilegalmente durante algunas operaciones. Algunos de estos archivos podrían considerarse clasificados o incriminatorios", explicó.
Después de la recuperación, el equipo descubrió que los discos duros habían sido eliminados.
Una información los llevó a un lago aislado, donde encontraron los discos escondidos en un contenedor de acero a 25 pies (8 metros) de profundidad. "Alguien se tomó muchas molestias para ocultar estas cosas", dijo Barber. Pero fue la siguiente misión la que marcó un punto de inflexión inquietante. "Nuestro contacto de inteligencia había cambiado, la información seguía cambiando. Eso me preocup", dijo. "Estaba claro que los habían matado".

Barber empezó a sospechar que le habían tendido una trampa. "Tenía la fuerte sensación de que corríamos un grave peligro… estábamos a punto de convertirnos en la «mano oculta», lista para ser cortada."
Convencido de que alguien quería matarlo, Barber decidió reaccionar. "El camino me llevó a los niveles más altos." En la primavera, él y su equipo fueron a Washington D.C. para enfrentarse a un alto funcionario implicado en el asunto, alguien que, según Barber, tenía un papel directo en las operaciones encubiertas. Según su relato, ese funcionario no dio nombres, pero dio a entender que detrás de todo esto había una figura muy poderosa. Barber también intentó una confrontación con el jefe de seguridad de su antigua compañía aeroespacial. " Básicamente me dijo que lo olvidara," explicó. "Estaba claro que quería distanciarse de él.
Sin embargo, antes de irse, el hombre le dejó un consejo, una señal sobre dónde seguir buscando. Como si dentro de esas mismas estructuras hubiera gente que sabe la verdad, pero tiene demasiado miedo de exponerse.
Barber se da cuenta que necesita un cambio de estrategia
Jacob Barber, como él mismo afirmaría, se daría cuenta más tarde de que su misión ya no era la de defender la seguridad nacional, sino que se había convertido en parte de un sistema oscuro, dominado por intereses privados, militares y geopolíticos, alejados del bien colectivo. Lo que debía haber hecho, en ese momento, era ya no servir en silencio, sino exponerse, cambiar completamente su enfoque y llevar el tema fuera del perímetro de la Inteligencia, hacia la opinión pública y las instituciones.
"Necesitaría del Congreso, financiación y cotizar en bolsa", dijo Barber.
Fue así que habría decidido entonces involucrar directamente al Congreso de Estados Unidos, buscando protección legal, financiamiento y visibilidad política para dar legitimidad a su testimonio.
Revelaciones calibradas para reforzar el sistema
Sin embargo, parece repetirse la habitual dinámica del héroe construido con arte, como en el caso de Luis Elizondo, que con el tiempo se ha revelado claramente no como un verdadero outsider, sino un funcionario estratégicamente encargado de "revelar" verdades seleccionadas y empaquetadas dentro de una narrativa funcional a los intereses institucionales.
Elizondo ha hablado abiertamente sobre UAP, pero siempre bajo la égida de la "amenaza alienígena", enfatizando el riesgo más que la oportunidad, alimentando la percepción de un peligro externo al que hay que enfrentar con más tecnología, más control, más inversión militar. En la práctica, no desmanteló el sistema, lo fortaleció, disfrazando el control de transparencia.
Del mismo modo, el testimonio de Jacob Barber, aunque detallado e impactante, plantea preguntas similares. Una historia suya que, como veremos en el próximo capítulo, parece seguir un patrón probado, hecha de verdades a medias, detalles emotivos expertamente calibrados, elementos técnicos, todo ello enmarcado en una narrativa que fascina, pero sobre todo confunde y desorienta.
Incluso la decisión de llevar el asunto ante el Congreso podría no ser un acto revolucionario, sino un paso estratégico, útil para dar legitimidad a la historia misma. No para romper el velo del secreto, sino para hacerlo "aceptable" a los ojos del público, simulando un debate democrático que, en realidad, permanece confinado dentro de los límites de un guion ya escrito.
"Guerra entre UAP": una tesis ridícula pero funcional a la narración
En agosto de 2024, Jacob Barber confirmó que él y su equipo "Skywatcher" llevarían a cabo una operación utilizando un término llamado "recurso psiónico", o sea una persona que se cree capaz de interactuar con fenómenos no ordinarios a través de habilidades mentales extrasensoriales particulares. El objetivo habría sido evocar un UAP.
Sin embargo, Barber dijo que la misión tomó un giro completamente inesperado. Durante la operación, se habría producido un verdadero enfrentamiento en el cielo entre dos UAP, una especie de batalla entre el objeto convocado por el equipo y una segunda aeronave, descripta como un "UAP rebelde", presumiblemente controlado por una entidad desconocida con intenciones hostiles.
"Creemos que el UAP que nuestro equipo convocó se encontró en guerra con un UAP rebelde", dijo Barber. Según su relato, el suceso ocurrió a los pocos minutos de iniciada la operación, cuando el «recurso psiónico» involucrado en el intento de contacto mostró repentinamente agitación, exclamando: «Algo está pasando, algo anda mal. ¡Sáquenme de aquí!".
No hace falta decir que la idea de que dos UAP, teóricamente controlados por inteligencias superiores no humanas, pudieran participar en un enfrentamiento aéreo, parece no sólo altamente ilógico, sino incluso grotesco. Los objetos descritos en los avistamientos más confiables, especialmente aquellos documentados en contextos militares oficiales, nunca han mostrado un comportamiento abiertamente hostil o agresivo. Por el contrario, su conducta siempre ha mostrado una lógica evasiva, alejada de la dinámica bélica propia de la mentalidad humana.
Esa propuesta es una narrativa que huele a ciencia ficción, una construcción que levanta la legítima sospecha de estar ante otra historia orquestada, diseñada para nublar la comprensión pública, alimentar la ambigüedad y mantener el fenómeno
UAP relegado a una zona gris, suspendido entre la realidad y la ficción
De ese modo, el público queda confundido, desestabilizado y se vuelve incapaz de distinguir entre lo auténtico y lo manipulado, mientras que la información verdaderamente comprometedora y los verdaderos autores permanecen a salvo, protegidos por un laberinto de especulaciones, hábilmente construido para desviar la atención.
Estamos pues asistiendo al habitual y sofisticado juego de revelar la existencia de extraterrestres, pero al mismo tiempo sembrando dudas, sembrando la idea de que podrían representar una amenaza. Una estrategia bien probada que, como ahora está claro, sirve para justificar el aumento del gasto militar, fortalecer el control institucional e incluso legitimar nuevas políticas de vigilancia global, todo ello enmascarado por una aparente necesidad de seguridad planetaria. Y así los extraterrestres se convierten en la herramienta perfecta para alimentar el miedo, desviar la atención de la dinámica real del poder y consolidar una narrativa que sirva a los intereses dominantes.
El rostro invisible del poder mediático
A la luz de las declaraciones de Jacob Barber y la financiación de Tuttle Capital, que muestran cómo la "revelación oficial" está impulsada por agendas económicas, de poder y geopolíticas, y considerando la creciente legitimidad institucional del fenómeno extraterrestre, es evidente la necesidad de una reflexión amplia, lúcida y estructurada.
Un análisis que no se limita al contenido de las declaraciones, sino que indaga en el contexto que las genera, las filtra y las amplifica. Comprender el fenómeno UAP hoy en día significa preguntarse quién impulsa la narrativa, con qué intenciones y en beneficio de quién.
Se necesita una mirada lúcida, apoyada por rigurosas verificaciones técnicas, capaz no solo de profundizar el "caso Barber", sino de situarlo dentro de un cuadro más amplio, que implique el papel de los medios, de la información y de los poderes que los controlan.
Es esencial darse cuenta, de hecho, de que la información verdaderamente libre e independiente pertenece hoy a un horizonte casi utópico. Hoy en día, todo flujo de información, más o menos indirecto, está sujeto al dinero y a los intereses de quienes están en el poder. Esto es particularmente cierto en el caso de los grandes medios de comunicación, que no son en absoluto herramientas neutrales, sino sofisticados aparatos de gestión del consenso, funcionales a las estrategias del poder económico, político y geopolítico global.
Fue con esto en mente que decidí investigar más profundamente la estructura y la financiación de NewsNation. Y, como era de esperar, las conclusiones a las que llegué confirman plenamente esta dinámica. Un análisis cuidadoso revela que detrás de la aparente neutralidad del emisor se esconde un sistema mediático perfectamente integrado en la lógica del poder y del control de la información, un modelo replicable y repetido en gran parte del panorama mainstream.
Sí, soy plenamente consciente de que hoy en día cualquiera que se atreva a plantear estas preguntas es tildado con demasiada frecuencia de «conspiranoico». Pero descartar tales reflexiones a la ligera es un signo de una grave falta de herramientas críticas y cognoscitivas. Bastaría con profundizar un poco más, con un mínimo de honestidad intelectual y espíritu de investigación, para empezar a vislumbrar un cuadro mucho más complejo y articulado que el que se propone diariamente a la opinión pública.
Vivimos en una época dominada por preconceptos construidos ingeniosamente por quienes controlan los principales canales de información. Y cuando incluso el pensamiento ya no es libre, sino dirigido, distorsionado, canalizado hacia patrones preestablecidos, termina convirtiéndose en un instrumento del propio poder, al servicio de lógicas que nada tienen que ver con la verdad.
NewsNation, Vanguard, BlackRock y el control silencioso de la información
NewsNation es un canal de televisión estadounidense propiedad de Nexstar Media Group, una importante empresa de medios de comunicación de Estados Unidos. Nexstar es una empresa pública, que cotiza en el Nasdaq bajo el símbolo "NXST" y, según la información disponible online, no recibe financiación directa del gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, sus ingresos provienen en gran parte de capital privado, procedente de grupos financieros de enorme importancia que poseen participaciones significativas en la empresa.
Este hecho plantea interrogantes legítimos sobre la independencia editorial real del emitente, que se presenta públicamente como neutral e imparcial, pero que en realidad está claramente sujeto a la influencia de intereses económicos y estratégicos particulares. De hecho, aunque Perry A. Sook, fundador, presidente y CEO de Nexstar, posee aproximadamente el 5,64% de las acciones de la compañía, los verdaderos centros de poder residen en los gigantes financieros globales, en particular The Vanguard Group y BlackRock Advisors LLC.
Esta es la lista de los principales accionistas de Nexstar:
• The Vanguard Group: 10,03% de las acciones (3.110.185 acciones)
• BlackRock Advisors LLC: 8,52% de las acciones (2.642.156 acciones)
• Perry A. Sook: 5,64% de las acciones (1.749.151 acciones)
• LB Hercules Holdings LLC: 4,79% de las acciones (1.484.299 acciones)
• DFA Australia Ltd.: 4,07% de las acciones (1.261.565 acciones)
BlackRock, con más de 10,5 billones de dólares en activos bajo gestión, es actualmente el mayor gestor de activos del planeta. Sus vínculos directos con gobiernos, bancos centrales, fondos soberanos de riqueza e instituciones globales lo convierten en un actor clave no sólo en la esfera financiera, sino también en la configuración de las narrativas de los medios de comunicación y las agendas políticas internacionales.
El Vanguard Group, que gestiona más de 8 billones de dólares, es el otro gigante de las finanzas globales. No sólo es un accionista importante de BlackRock, lo que le otorga un doble nivel de influencia, sino que también tiene participaciones significativas en todas las principales redes de medios y plataformas digitales del mundo.
Entre ellas:
• Google, Meta (Facebook e Instagram)
• Amazon
• Disney
• Comcast (un gigante del entretenimiento que incluye la cadena de televisión NBC)
• Zorro
• Warner Bros
• Descubrimiento
• Paramount
• New York Times
Lo importante es entender que inversores como BlackRock y Vanguard no gestionan directamente las operaciones diarias de Nexstar (la empresa propietaria de NewsNation), sino que tienen una enorme influencia sobre sus decisiones estratégicas, incluidas las relacionadas con las líneas editoriales. De hecho, al estar entre los principales accionistas, tienen la posibilidad de influir en la elección del management, consiguiendo que en la cima de la empresa haya figuras alineadas con sus visiones y sus intereses económicos y geopolíticos.
Al hacerlo, deciden esencialmente qué se publica y qué se omite, a quién se promueve o se deja de lado, qué cuestiones se enfatizan y cuáles se ridiculizan o ignoran
Y si consideramos que la influencia de Vanguard y BlackRock no se limita al ámbito de la información, sino que se extiende también al mundo político, institucional y económico, gracias a su capacidad de mover capitales entre empresas, sectores o países enteros, queda claro lo real y sistémico que es su poder, capaz de influir en las decisiones gubernamentales, las elecciones legislativas y las estrategias geopolíticas a escala global.
En este escenario, parece claro que las altas finanzas, además de tener influencia directa en el plano político e institucional, pueden servirse de los medios de comunicación para consolidar su dominio cultural, dirigir la opinión pública y moldear la narrativa global según agendas que sirvan a sus propios intereses de poder.
En resumen, NewsNation, como muchas otras cadenas, es sólo una de las muchas piezas de un mosaico mucho más grande, en el que las finanzas globales dictan el ritmo, seleccionan verdades aceptables y dan forma al pensamiento colectivo según lógicas que sirven a intereses específicos, a menudo a años luz de los del bien común.
Una censura, por tanto, que no se manifiesta con una mordaza explícita, sino a través de una gestión muy refinada del consentimiento, basada en mecanismos económicos y en la manipulación selectiva del relato.
En un contexto similar, la información libre e independiente queda relegada a los márgenes, mientras la opinión pública es educada lentamente para aceptar como "realidad" lo que es funcional a los intereses de quienes controlan los flujos financieros y mediáticos del mundo.
Por eso, hoy en día, hablar de independencia de la información corre el riesgo de ser una ilusión piadosa.
La red invisible entre los medios, defensa y tecnologías alienígenas
Pero hay más. BlackRock, y en gran medida Vanguard, tienen participaciones importantes en algunos de los gigantes militares y aeroespaciales más importantes del mundo. Estos incluyen:
• Lockheed Martin
• Northrop Grumman
• Raytheon Technologies (ora RTX Corporation)
• General Dynamics
• Boeing
• Leidos
Así es, estas son exactamente las mismas empresas nombradas repetidamente por los denunciantes como involucradas directamente en programas de ingeniería inversa de UAP y el manejo clasificado de tecnologías no terrestres.
Una superposición preocupante, que muestra cómo los mismos gigantes financieros que controlan los medios y las principales plataformas de información también están profundamente integrados en los sectores de defensa, investigación militar avanzada y estudios de UAP.
Es obvio, por tanto, que la narrativa oficial sobre el fenómeno UAP no puede considerarse espontánea o imparcial, sino que debe leerse como el resultado de un proyecto de comunicación estratégico, orquestado por quienes simultáneamente detentan el control de la información, la tecnología y las finanzas.
¿Por qué todo esto es relevante para la narración UAP?
Entender quién controla los medios de comunicación y qué intereses los financian es esencial para interpretar de forma lúcida y crítica el aumento actual de la atención pública hacia el fenómeno UAP. La narrativa sobre los UAP y los alienígenas no surge de forma espontánea y transparente, sino que aparece cada vez más como una construcción gradual y guiada, orquestada para preparar a la opinión pública para una "revelación", pero según una versión filtrada y distorsionada de la realidad.
Como hemos visto, las altas finanzas en general, gracias a su participación en las principales empresas mundiales de medios y tecnología, poseen un poder sistémico capaz de moldear la narrativa global. Dentro de este esquema, se vuelven no solo plausibles, sino perfectamente funcionales, escenarios como la militarización del espacio, la construcción de una nueva amenaza "no humana", o incluso la preparación psicológica de las masas para un potencial conflicto artificial con entidades extraterrestres.
La historia sobre los UAP, por tanto, no es sólo información, sino una operación de ingeniería narrativa, en la que verdades seleccionadas, omisiones estratégicas y desinformación se entrelazan con el objetivo de limitar el pensamiento crítico, desorientar al público y canalizar la conciencia colectiva hacia una visión funcional al poder establecido.
En este contexto, saber quién controla la información no sólo es relevante, sino absolutamente necesario. Porque si realmente se está produciendo una "revelación", es igualmente fundamental preguntarse quién la guía, con qué fines y bajo qué condiciones. Sólo así podremos distinguir lo auténtico de lo construido. Sólo de esta manera podremos empezar a comprender realmente qué se esconde detrás del fenómeno UAP.
Si queremos leer con claridad lo que está sucediendo, debemos mirar más allá de los comunicados oficiales de prensa y los titulares sensacionalistas, y seguir el flujo de dinero, analizando quién controla la información y quién financia a las empresas involucradas en los sectores estratégicos de defensa y aeroespacial.
La presencia masiva de accionistas importantes tanto en los grandes conglomerados de medios de comunicación como entre los grandes contratistas de defensa nos proporciona una clave fundamental para la comprensión. No se trata de una difusión libre, sino de una gestión controlada de la narrativa. Una estrategia sofisticada en la que la información, la tecnología y las finanzas se entrelazan para dirigir la percepción pública y consolidar un consenso construido desde arriba.
Es por ello que la actual "divulgación alienígena" no puede ser recibida ingenuamente como un gesto de transparencia. Por el contrario, es necesario analizarlo críticamente en sus dimensiones económica, mediática y geopolítica. Sólo así podremos reconocer lo que se necesita para despertar la conciencia colectiva, distinguiéndola de aquello que más bien pretende condicionarla, guiarla y controlarla.
Sante Pagano, 14 de abril de 2025
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