VIVIR PARA ADONIESIS

Por Luigi Benedetti
Desde tiempos inmemoriales, el Padre ha acompañado la vida y las obras de los grandes personajes proféticos del Antiguo Testamento.
Por citar solo algunos, por ejemplo, las figuras prediluvianas como Set, Enoc y Noé, u otras figuras postdiluvianas como Abraham, Moisés, Elías, Isaías y Daniel, hasta el Nuevo Testamento con Juan el Bautista y la perfecta encarnación del Padre con la venida de Jesucristo.
Desde siempre esta figura divina, que a veces aparece como una voz del cielo, otras como un fuego ardiente y otras como una figura de carne y hueso, ha guiado el destino de un pueblo con una cierta genética, ha dado mandamientos y preceptos, ha protegido a sus fieles con amor y ha destruido a sus enemigos con justicia.
El Padre Adonai, o Adoniesis, está entre nosotros. Nos lo repite continuamente en sus mensajes, hoy como ayer. Porque el tiempo pasa y los personajes regresan.
El Padre, además de ser nuestro Dios, es también un Amigo. Y como Amigo, nos da eso que necesitamos. A cambio, exige fidelidad. Encomendémonos a él, haciendo su voluntad. Hoy tenemos la inmensa fortuna de reconocer su voz a través de su instrumento, que ofrece su sangre para la redención de muchos.
Anularse a la voluntad del Padre
Entregarse por completo a Su voluntad significa ser elegido para la misión del cielo. Este es el camino más rápido hacia Dios. Escuchemos la llama que arde en nuestro interior, no con la mente, sino con el corazón, y alimentémosla con acciones: actos de justicia y actos de amor. El amor y la justicia están unidos por un hilo indisoluble, de modo que uno no puede existir sin el otro. La verdadera justicia no es la que se ejerce con la espada, cuyo efecto es temporal. El arma más poderosa de la justicia es el amor, el más grande de todos los amores, que destruye los corazones y los conquista.
Seguimos nuestra verdadera personalidad, la del Espíritu, renunciando a la materia para seguir a Cristo. Él nos dio prueba del amor supremo del Padre, quien se hizo hombre, cargó con nuestros pecados y se hizo miserable en la cruz para mostrarnos que está cerca de nuestro dolor y nuestras debilidades.
Vencer Nuestros Miedos
El miedo es nuestro mayor enemigo: es el miedo que, a pesar de las pruebas que el Padre nos ha dado, nos impide de ceder completamente a nuestro libre albedrío y confiarnos a Él. Pero ¿cuáles son nuestros mayores miedos? El sufrimiento, la muerte y la soledad. La fe es lo que debemos buscar para poder confiar, algo que está a nuestro alcance si podemos ver la coherencia del Padre en sus acciones. La perla más preciosa, eso que obtendremos a cambio, es el Conocimiento.
Estos y otros conceptos se abordaron en el encuentro "Vivir para Adoniesis", donde el estigmatizado Giorgio Bongiovanni fue objeto de una maravillosa entrevista realizada por Anna Venturini y Annalisa Buttera.
Con amor y devoción,
Luigi Benedetti
21 de julio de 2025
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