Jóvenes, redes digitales y sectores sensibles: nuevas formas de influencia criminal

27.11.2025

Por Roberto Delli Carri* 

Los análisis institucionales más recientes destacan un cambio estructural en la forma en que las organizaciones criminales interceptan, observan y orientan a las nuevas generaciones. El reclutamiento ya no se limita a territorios históricamente controlados, sino que se está trasladando a espacios digitales fluidos, donde lenguajes identitarios, estéticas desviadas y modelos de afirmación se difunden con una rapidez que trasciende fronteras geográficas y culturales.

Los informes oficiales indican claramente cómo las plataformas de redes sociales se han convertido en entornos privilegiados para la construcción de narrativas seductoras: vídeos, música, contenido iconográfico y mensajes implícitos que celebran el poder, el desafío a las reglas, el dinero instantáneo y la percepción de impunidad. No se trata de un fenómeno musical ni generacional, sino de un uso instrumental del medio como vector de fascinación y de normalización de la ilegalidad. Es una forma de comunicación que no expone directamente, sino que orienta; no incita abiertamente, sino que sugiere. Y es precisamente en esta sugerencia donde reside su poder.

Según las agencias de investigación, este ecosistema digital representa hoy en día una importante área de vulnerabilidad: grupos criminales vigilan a jóvenes sin perspectivas, estudiantes que abandonan la escuela o adolescentes atraídos por la ilusión de dinero fácil. A través de chats privados, grupos cerrados, plataformas de juegos y canales encriptados, ofrecen microtareas remuneradas: transporte a pequeña escala, entregas, almacenamiento temporal de materiales, observación o apoyo logístico. Se trata de una mano de obra "líquida" y no ritualizada, compatible con la naturaleza efímera de la comunicación digital y diseñada para permanecer oculta.

Al mismo tiempo, están surgiendo problemas críticos en sectores económicos particularmente sensibles. Entre ellos se encuentra el sector funerario, que durante mucho tiempo ha sido objeto de informes institucionales nacionales. En varias regiones italianas, se han detectado intentos —generales y no específicos de áreas específicas— de ejercer una presión indebida a lo largo del ciclo de administración de defunciones: acceso indebido a la información, intermediaciones anómalas y concentraciones inexplicables de servicios. La vulnerabilidad emocional de las familias, los plazos limitados para la toma de decisiones, el desconocimiento de los procedimientos y el valor económico del sector son factores de riesgo que exigen un control riguroso, una trazabilidad total de las comunicaciones y un seguimiento sistemático de las actividades relacionadas con la cadena de duelo.

El panorama emergente es el de una criminalidad que hoy opera según una lógica basada en la discreción, no en la exhibición. La fuerza descarada está siendo reemplazada por la capacidad de infiltrarse en sectores vulnerables, la violencia tradicional por la manipulación de la identidad y la coerción física por la influencia cultural. Las mafias no están cediendo el control: lo están redefiniendo. Operan a través de redes económicas, modelos simbólicos, flujos financieros, vulnerabilidades administrativas y herramientas digitales que amplifican su presencia sin hacerla evidente.

La respuesta institucional, según los informes públicos más recientes, no puede limitarse a la represión. Es necesario mejorar la alfabetización digital, fortalecer la supervisión administrativa, identificar tempranamente los indicadores débiles y prevenir la propagación del delito a zonas grises. Proteger a los jóvenes no es una obligación formal: es una salvaguardia de la legalidad sustantiva.

La lucha contra las mafias no puede delegarse exclusivamente en los tribunales; requiere una comunidad informada, lista para reconocer lo que intenta permanecer invisible.

"El crimen prospera allí donde la mirada se distrae: es el rigor cotidiano, no la excepción, lo que marca la frontera entre la fuerza del Estado y la arbitrariedad de los criminales."

*Inspector de Policía Local, Oficial de Policía Judicial

Fuente:

https://www.antimafiaduemila.com/home/di-la-tua/238-senti/107096-giovani-reti-digitali-e-settori-sensibili-le-nuove-forme-del-condizionamento-criminale.html