La Infancia en peligro: La niñez migrante en América Latina y el Caribe

23.09.2023

Millones de niños, niñas, adolescentes y familias de América Latina y el Caribe se encuentran en tránsito debido a que han tenido que abandonar sus hogares y comunidades obligados por las condiciones que afrontan en sus países de origen. Algunos emprenden el viaje a causa de la pobreza o el colapso de los servicios esenciales; otros, debido a las devastadoras consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos o a la amenaza de la violencia armada. Cualquiera que sea la razón, estos viajes conllevan frecuentemente riesgos para los niños, las niñas, los adolescentes y las familias en movimiento.

Millones de migrantes no pueden acceder a las vías de migración regulares y seguras porque carecen de documentación oficial, no disponen de medios para pagar el alto costo de la migración regular o no tienen un patrocinador en el país de destino. Esto puede convertir sus viajes en una experiencia peligrosa a través de terrenos traicioneros plagados de traficantes y otros delincuentes. Las familias migrantes también pueden ser detenidas en tránsito o al llegar a su destino, y corren el peligro de que los devuelvan a sus países de origen o al último país de tránsito.

Los niños, niñas y adolescentes refugiados y migrantes de la región también afrontan considerables obstáculos para acceder a los servicios esenciales en los países de tránsito y destino. Al mismo tiempo, muchas comunidades de acogida tratan de satisfacer las necesidades de servicios y protección tanto de la población migrante como de la población nacional, un esfuerzo que ejerce una presión adicional sobre los recursos y la cohesión social.

En este informe de la serie La Infancia en Peligro se examina la dinámica cambiante de la migración infantil en América Latina y el Caribe a través de la lente de tres flujos migratorios clave: el norte de Centroamérica y México, Haití y Venezuela.

Panorama general del problema

¿Cuántos niños, niñas y adolescentes se encuentran en movimiento?

El número de niños, niñas y adolescentes en movimiento en ALC ha alcanzado máximos históricos y ahora representan una mayor proporción de la población migrante que cualquier otra región. Mundialmente, los niños, niñas y adolescentes representan menos del 15% de la población migrante; sin embargo, constituyen el 25% de las personas en movimiento en América Latina y el Caribe. En 2022, cerca de 250.000 migrantes, de los cuales unos 40.000 eran niños, niñas y adolescentes, cruzaron la peligrosa selva del Darién. En los primeros seis meses de 2023, más de 196.000 inmigrantes han cruzado, entre ellos más de 40.000 niños, niñas y adolescentes.

¿Qué factores contribuyen a esta crisis?

Las raíces de la migración en la región son muy diversas: desde factores socioeconómicos −como la pobreza generalizada, las escasas oportunidades de subsistencia, la desigualdad estructural, la inseguridad alimentaria y los obstáculos para acceder a los servicios esenciales− hasta el deseo de las familias de que sus hijos tengan un mejor futuro. La gente también deja sus países para escapar de la violencia doméstica, política, de género y relacionada con las bandas. Los desastres provocados por fenómenos como los huracanes y los terremotos también han generado un importante desplazamiento interno en la región, y tanto el cambio climático como las repercusiones de la pandemia de COVID-19 han agravado estos factores.

Los viajes son largos y peligrosos… 

Los riesgos físicos que corren especialmente los niños, niñas y adolescentes migrantes a lo largo de estas rutas irregulares son innumerables. En 2022, al menos 92 niños, niñas y adolescentes migrantes perdieron la vida o desaparecieron mientras se desplazaban por la región, una cifra superior a la de cualquier otro año desde 2014. La falta casi total de acceso a servicios esenciales de salud, nutrición, agua potable, saneamiento o protección acrecientan estos riesgos. Mientras están en tránsito, los niños, niñas y adolescentes migrantes pueden verse obligados a trabajar, una situación que les expone a ser víctimas de la explotación y el abuso.

La travesía de 100 kilómetros por la selva del Darién, también conocida como Tapón del Darién, es particularmente peligrosa y está plagada de amenazas naturales a las que los niños y niñas pequeños son especialmente vulnerables. Los niños, niñas y adolescentes también corren el riesgo de contraer diarrea, enfermedades respiratorias, deshidratación por la falta de agua potable, enfermedades transmitidas por insectos y ataques de animales salvajes.

…y se caracterizan por una creciente diversidad 

Cada vez hay más niños y niñas en movimiento, a edades cada vez más tempranas, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia. El aumento de la migración infantil, y de la migración en general, se concentra en gran medida en el movimiento dentro y a través del norte de América Central y México, el movimiento de haitianos desde Haití y entre otros países de la región, y el movimiento de migrantes de Venezuela. Pero también hay movimientos de personas más reducidos, aunque significativos, dentro de la región, como las que se desplazan desde Cuba y Nicaragua, las que se desplazan dentro y fuera de los países andinos de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, y los flujos extracontinentales de migrantes que llegan a la región procedentes de África y Asia.

En la actualidad, el grupo más numeroso de niños, niñas y adolescentes migrantes está conformado por menores de 11 años, que representan hasta el 91% de los niños y niñas desplazados en algunos puntos de tránsito clave. Esta nueva realidad plantea retos a las políticas nacionales de migración y a las respuestas humanitarias en la región.

Algunos grupos son particularmente vulnerables

Aunque probablemente todos los niños, niñas y adolescentes refugiados y migrantes no disponen de un acceso adecuado a los servicios mientras se encuentran en tránsito o cuando llegan a su destino, algunos grupos son particularmente vulnerables. Entre ellos se encuentran los niños, niñas y adolescentes con discapacidades, los que se identifican como LGBTQI+ y los que pertenecen a grupos indígenas. Múltiples estudios han revelado que los niños, niñas y adolescentes indígenas carecen de un acceso adecuado a los servicios de protección tanto en los países de tránsito como en los de acogida, y que los niños, niñas y adolescentes indígenas migrantes y refugiados corren un mayor riesgo de ser víctimas de la trata de personas con fines de explotación sexual. 

Fuente y fotos:

https://www.unicef.org/es/infancia-peligro/ninez-migrante-america-latina-caribe