TODO PERTENECE A MI ESPÍRITU

Por Juan Alberto Rambaldo

Poimandres puede ser identificado como un ser macrocósmico formado por 150 billones de universos, por darle una cuantificación, pero en realidad, es una expresión de lo que en la teología cristiana se llama Espíritu Santo, que es el creador de todo lo que existe.

En el mensaje, si bien no se dice en forma expresa, queda ínsito el tema de la resurrección. Todo aquel que llega a la vida tiene que cumplir un ciclo por el cual está trabajando para su propia evolución y en ese trabajo, se realizan cosas buenas o malas que luego traerán consecuencias también, buenas o malas.

Igualmente nos dice que Cristo es Su personificación humana, porque Él es Todo. La trilogía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es una formación explicativa: ¿de qué Padre estamos hablando? ¿es lo mismo el Padre que el Espíritu Santo? No, sin embargo, se dice tres personas distintas y un solo Dios verdadero ¿por qué? porque todo es emanación del Espíritu Santo. Cristo es la manifestación del Espíritu Santo, el Padre es la expresión de nuestro proceso, (como dice el Padre Nuestro: Padre Nuestro, Padre de los cielos) es decir, que no es lo mismo que la expresión magnificente del Espíritu Santo.

Es importante distinguir que nunca, Aquél que emanó de Su Ser, ya sea en forma directa o a través de proyecciones creativas, como es el caso del hombre que no emana directamente de Él sino, que emana del Padre que es también una emanación del Espíritu Santo.

Él le dice al hombre que puede ir hacia la dirección que quiera, pero que al final va a volver a Él, confirmando no solo la eternidad sino también, un hecho que es innegable, la Ley de la Evolución.

Todo es emanación del Padre

Nuestra especie fue diseñada para la existencia del libre albedrío como método de evolución, es decir que nosotros evolucionamos a través de las decisiones que tomamos en libertad, no lo hacemos a través de la obediencia simplemente, siendo del libre albedrío, un arma de doble filo, depende de nosotros cuál es el filo que vamos a utilizar.

Nunca debemos olvidar que Lucifer desarrolló su proyecto evolutivo en un planeta que se llamó Lucifer o Mallona y cuando el planeta explotó, gran parte de esa población vino a la Tierra -ángeles caídos- copulando con los seres autóctonos -sin una gran evolución- generando un desfasaje en el proceso de la conciencia evolutiva ya que se mezcló la genética primitiva con otra de un alto grado de evolución científica, más allá de que si fue bien o mal utilizada.

Ese defasaje fue lo que generó la leyenda -según la religión- de Adán y Eva cuando comen la manzana. Ellos estaban en el Jardín del Edén sin hacer otra cosa que funcionar de acuerdo a los parámetros que le dictaba el Padre, sin poder comer del árbol del Bien y del Mal, es decir que aquí, se puede establecer una diferenciación, porque no estaban evolutivamente en condición de poder discernir según los parámetros del fruto de ese árbol, y de una actividad espiritual álmica que no estaba dentro del proyecto lógico de desarrollo, es decir que se avanzó, cuando en realidad no se estaba en condiciones de discernir todo lo que allí se daba a conocer. Esa es la experiencia que introduce Satanás, que fue la de acelerar el proceso evolutivo. De ahí que la sanción del Padre a Lucifer es que debe pagar su desobediencia tentando a la población que él mismo había creado y que puede ser un instrumento -la tentación- de desarrollo o de retroceso evolutivo.

Por último, me gustaría dejarlos pensando en que la palabra discernimiento está formada por dos partes: DISCIERNO y MIENTO.