EL SOL, LA TIERRA, NOSOTROS

El mensaje compartido más abajo, es originado por un video publicado por científicos en donde muestran y revelan, que nuestra Madre Tierra emite latidos de la misma manera que lo hacemos nosotros que tenemos un corazón que los emite. 

Por Juan Alberto Rambaldo

Lo dicho por Adoniesis en este mensaje es algo que los iniciados en materia esotérica venían diciendo desde hace tiempo. En el universo no existe nada que no tenga vida -primer pauta- todo lo que se ve y lo que no se ve, todo lo que está y todo lo que estará tiene vida, entonces, a partir de eso, tenemos que ver qué lugar ocupa cada sentido de la vida así como nosotros ocupamos un espacio en determinado lugar.

La Tierra es un planeta y como tal está dentro de un régimen que tiene un sistema -el sistema solar- tal como lo decía Hermes Trismegisto, los géneros son masculinos y femeninos, el Sol es el elemento masculino y la Tierra es el elemento femenino.

Recuerdo que muchos años atrás, estando acompañado de Jaime Maussan y de Eugenio Siragusa durante una charla, Eugenio lo animaba a Jaime a mirar a su alrededor  mientras le hacía notar que todo lo que veía -árboles, las flores, la gente, etc.- había sido generado por la inseminación del Sol a la Tierra. Ese momento quedó guardado en mi corazón como una expresión hermosa de como poner en claro que la vida es una permanente reproducción y que nuestra Madre Tierra es Madre porque nos genera. Es un espíritu que está en un marco evolutivo de una aspiración mucho más alta que la nuestra y que como tal, tiene la posibilidad en determinados momentos que son importantes para la evolución de los seres de la superficie de aparecer o de manifestarse.

Como dijo en el mensaje Adoniesis, así se manifestó en la Madre Miryan, María que fue la portadora de la genética que traería al ser capaz de incorporar a Cristo. Obviamente, que ella estando incorporada por el espíritu de la Madre Tierra no se daba cuenta de eso, es el Arcángel Gabriel el que le dice cuál es su misión y su estado de conciencia era tal, que lo asimiló y aceptó dando su consentimiento en forma inmediata. Ella misma era consciente de que ese mismo Arcángel se le había presentado a su prima Isabel anunciándole el nacimiento de quien sería el precursor y seguidor de Jesús, Juan el Bautista que además, era la reencarnación de Elías.

Más allá de las cuestiones religiosas lo importante, es tener la claridad de apreciar que existe un órden en el cosmos y que ese órden cósmico, se manifiesta en todos los aspectos de la vida y uno de esos aspectos es en el que nosotros estamos viviendo.

El Sol, la Tierra, nosotros

Al final, el mensaje habla del dolor y de las tribulaciones que vendrán y sobre eso debemos considerar que existe la Ley de la Evolución y que si nosotros con nuestros actos lo que hacemos es frenarla o destruir lo existente, vamos a sufrir las consecuencias porque no podemos frenar lo que el Padre ha dado para su desarrollo. Nosotros con nuestros actos estamos destruyendo a la Madre Tierra y cuando el mensaje dice, que gime de dolor esto es realmente así. Nosotros no somos capaces de sentirlo porque estamos viviendo en una especie de nebulosa ajena a la realidad, sin darnos cuenta del daño que estamos haciendo no solo a la Madre Tierra sino a las generaciones futuras. Existe algo en el mecanismo coloquial cuando nosotros hablamos de LA naturaleza como si fuera algo ajeno a nosotros sin darnos cuenta de que nosotros SOMOS naturaleza y que todo lo que hagamos no solamente afecta a lo que  es aparentemente  ajeno a nosotros, sino a nosotros mismos, porque lo que es afuera es adentro.

Programa N° 239, emitido el 13/6