Gigantescos sumideros se abren en Turquía y reavivan temores por una “señal bíblica”

Enormes sumideros de cientos de pies de profundidad están apareciendo de forma acelerada en Turquía, un fenómeno que ha sorprendido a comunidades rurales y que algunos han vinculado con antiguas profecías bíblicas sobre la tierra "abriéndose y tragando a las personas".
Las imágenes de los colapsos en la llanura de Konya, una de las principales zonas agrícolas del país, han generado alarma. Sin embargo, mientras en redes sociales se habla de castigos divinos, los científicos apuntan a causas mucho más concretas: sequía extrema y sobreexplotación del agua subterránea.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía ha confirmado al menos 648 grandes sumideros solo en la llanura de Konya. Investigadores de la Universidad Técnica de Konya detectaron más de 20 nuevos colapsos en un solo año, que se suman a casi 1.900 zonas inestables ya mapeadas.
Antes del año 2000, estos eventos eran raros. Hoy, decenas de sumideros aparecen cada año, algunos con diámetros superiores a los 30 metros, devorando tierras de cultivo y poniendo en riesgo caminos y viviendas.
Los expertos explican que el problema se origina cuando los acuíferos se vacían. Durante años de sequía, agricultores y ciudades bombean grandes volúmenes de agua subterránea desde capas de roca caliza. Cuando el agua desaparece, las cavernas colapsan y el suelo se hunde de forma repentina.
El impacto ya es visible: pozos secos, cultivos dañados, ecosistemas alterados y campos agrícolas abandonados. La situación se agrava porque los agricultores extraen aún más agua para salvar cultivos como el maíz y la remolacha azucarera, acelerando el colapso del terreno.
Según la NASA, los reservorios de agua de Turquía alcanzaron en 2021 su nivel más bajo en 15 años, y los estudios geológicos muestran que el nivel freático en Konya ha descendido drásticamente en las últimas décadas.
Lo que ocurre en Turquía no es un caso aislado. Científicos advierten que riesgos similares existen en Estados Unidos, Asia, Medio Oriente, el Mediterráneo y Australia. En regiones como Texas, Arizona, Nuevo México y Florida, ya se han registrado grandes hundimientos asociados a sequías prolongadas y bombeo excesivo.
En el suroeste de Estados Unidos, los expertos hablan incluso de un "riesgo de sequía sin precedentes en el siglo XXI", con condiciones severas que podrían extenderse hasta finales de siglo si no se regula el uso del agua subterránea.
Mientras algunos ven estos eventos como señales apocalípticas, los científicos coinciden en una advertencia clara: la combinación de cambio climático, sequía y sobreexplotación del agua está haciendo que el suelo literalmente desaparezca bajo nuestros pies.
