EXILIADOS DEL PARAÍSO

29.11.2025

En la Argentina crepuscular de este tercer milenio cada vez más colonia de EE.UU., una estrella escondida en su bandera y mientras se repiten los cambios de ministros, pero todos ordenados de acuerdo a la ideología estadounidense de acusar al pobrerío de formar parte de las huestes del narcoterrorismo, en la ciudad de Rosario, el sur de la provincia de Santa Fe, siguen apareciendo testimonios de lo que significa para las pibas y los pibes no tener algo material de lo que agarrarse en la vida cotidiana y terminar siendo explotados por las bandas que siempre son narcopoliciales barriales.  























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Por Carlos del Frade

Nosotros escribimos en relación a este testimonio que apareció en los tribunales provinciales y que fuera reflejado en los diarios regionales. Esto queremos compartir con ustedes aquí en la Voz del Grillo para Humanidad ¿Adónde Vas?

Las pibas y los pibes hace rato que fueron expulsados de los paraísos prometidos desde el fondo de la historia argentina, algunas veces las palabras de las niñas y de los niños surgen en los grandes medios de comunicación y se convierte en una necesaria ocasión para por lo menos conocer algo de esas realidades profundas. Uno de esos pibes de solamente 14 años contó parte de su existencia tragada, en los tribunales rosarinos. El chico en cuestión fue reclutado por Instagram por una banda narcopolicial de Rosario.

Sus palabras fueron escuchadas en una de las tantas causas que se abren para desentrañar algo del mundo, de los últimos eslabones de la cadena de comercialización del cuarto flujo de dinero más importante del capitalismo como es el narcotráfico. De los eslabones superiores poco y nada se sabe.

Pero esas palabras de ese chico con edad de estar en segundo año de cualquier escuela secundaria forma parte de una realidad que supera los límites de la provincia de este lugar en el mundo que todavía lleva por nombre Argentina.

Yo acepté porque en ese tiempo estaba apartado de mi mamá y de mi papá porque estaba perdido en la droga" sostuvo el pibe.

El lúcido y sensible periodista Martín Stoianovich, apunta que el pibe estalló y habló de rencor, porque su madre hace 14 años que trabaja y nunca pudo progresar. Le ofrecieron, según recordó, dinero, zapatillas y un celular para que tenga los contactos de toda la zona -los que se drogan- que serían los clientes.

"Siempre me echaban de la escuela y me sentía solo, yo a los 12 años robaba celulares, el rencor que yo tenía era que mi mamá era re humilde y nunca pudo progresar, nosotros no tenemos para comer. Yo empecé a vender y empecé a hacer plata, empecé a agarrar clientes. En el bunker éramos dos personas por turno y trabajabamos 12 horas cada uno. Cuando yo vendía consumía más de lo que ganaba. En ese bunker vendían alrededor de 6 millones de pesos y a nosotros nos daban $ 150.000 por semana. Cuando yo tenía que pagar el remis, más lo que consumía, me movía con $ 30.000 por semana. A ellos les servía tener gente consumidora porque gastaban menos plata.

Me decían que si yo quedaba pegado me iban a pagar el abogado.

Hay personas que cuando ven a la policía empiezan a tocar silbatos para que se alerten, este punto de vista está hace como 15 años y sigue funcionando actualmente, varias veces se lo allanaron y entonces empezó a vender en la vereda, agregó el soldadito. 

En su momento le usurparon su casa debido a las deudas que había acumulado con los administradores del punto de vista. Pudo salir a tiempo por medio de su madre y una denuncia que de alguna manera pudo ponerlo a resguardo. Más allá del descenso abrupto del número de homicidios como consecuencia de las disputas por los espacios barriales de venta, la dinámica del negocio narcopolicial necesita como siempre la explotación de chicas y chicos menores de edad.

Pibas y pibes exiliados de los paraísos que siempre se prometen para ellos y que sin embargo, cada día están muy lejos de sus vidas cotidianas, consecuencia de los siempre renovados saqueos en esta semicolonia argentina.

La ex ministra de seguridad y ahora senadora por la Capital Federal, Patricia Bullrich, insiste en la necesidad de perseguir a niñas y a niños hasta los 14 años, como también lo hacen gobernadores e intendentes varios.

Estas palabras de uno de los muchos soldaditos que hoy juegan en el conurbano de cualquiera de los puntos de esta fenomenal geografía Argentina demuestran que las chicas y los chicos no solamente fueron exiliados del paraíso de muy pocos, sino que además, padecen estar condenados a palpables infiernos cotidianos que prometen multiplicar.

Estas postales hablan de la realidad profunda de un país saqueado y que todavía se llama Argentina..

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Programa N° 263, emitido el 28/11