ARDE LA SELVA MISIONERA Y MUEREN GRAN CANTIDAD DE ANIMALES
Un yaguareté lucha por su vida entre las llamas que devoran el bosque nativo
Alejandra Paredes - 4 de febrero de 2022 - 4 minutos de lectura
DOLOROSO lo que sucede en Misiones por los incendios forestales.

«El ciclo hídrico está roto, no hay agua en la tierra como para que evapore y se generen nubes de lluvias. La única forma es quemando esa celulosa que son los pinos y eucaliptos, para que algo de agua llegue a los estratos superiores y vuelva a llover. No se esperan lluvias grandes por mucho tiempo y esto va a seguir ardiendo» asevera el bombero.
TRISTEZA COLECTIVA
Capaz que vos también pasaste un día de picnic en un arroyito, tomando un tereré a la sombra de los árboles y comiste alguna vez frutos de Pitanga, Cerella, Araticú o Guabiroba. Y también sabrás que esos árboles y montes que se tumbaron posiblemente pagaron la casita de tus abuelos, el auto de tus padres o tus estudios. Porque esa selva sacrificada valía mucho por su madera, y el suelo que ella protegió y nutrió, sirvió para sembrar mandioca, maíz, zapallo y cultivar té y yerba. ¿No te gustaría que también tus hijos y nietos puedan conocer, disfrutar y beneficiarse de todo eso que la selva ofrece?
Misiones dio todo: su selva y su suelo, pero no recibió nada a cambio. Al contrario, la llenamos de plantas traídas de otros lugares del mundo, despreciando u olvidando a las que eran de acá, como lapachos, alecrines, carobas, anchicos, cedros... En su lugar ahora crecen pinos de Norteamérica, eucaliptos de Australia, hovenias y té de Asia y un montón de plantas más que ahora viven en nuestros jardines y ocupan el suelo donde antes había una selva con una variedad enorme de árboles, arbustos, enredaderas, helechos y orquídeas. Donde no se sacó, la selva misionera se reemplazó. Y así fuimos perdiendo cada vez más plantas y animales silvestres, secando arroyos y, en definitiva, dejando de ser Misiones. Porque Misiones es más que un pedacito de la geografía argentina. Es una región única en nuestro país y de lo poco que queda de una selva gigante que se extendía por Argentina, Brasil y Paraguay.
Misiones necesita urgentemente recuperar, todo lo posible, la selva que le sacamos, para que el suelo no quede pobre, para que no falte la lluvia para los cultivos y para que los arroyos sigan corriendo entre las chacras y las ciudades. Y se lo digo a todos, al pueblo y a los gobernantes, a los misioneros de nacimiento y a los "de corazón", a los que amamos la naturaleza porque sí y a los que sólo ven en ella un negocio. Porque sea como sea, todo lo que hagamos por restituir la selva a Misiones será en beneficio de todos. Plantar un arbolito en la vereda ya no alcanza. Tener a las cataratas del Iguazú y un montón de saltos más en toda la provincia no es un logro, es una responsabilidad. Echarle la culpa del calor y la sequía al cambio climático, y no hacer nada, es de tontos. Dependerá de que tal vez algún político decida hacer algo bueno (alguna vez tendrá que suceder) y de que los demás asumamos también nuestra parte de responsabilidad. Porque estamos matando a la selva o, al menos, dejándola morir. Y eso nos está matando a nosotros. La tierra colorada nos necesita y necesita su cubierta verde. Es hora de devolvérsela». Opina Carmen Beatriz Hutmann de El dorado.-
Fuente:
https://infobaires24.com.ar/videos-arde-la-selva-misionera-y-mueren-gran-cantidad-de-animales/