YUCA FILAMENTOSA
La yuca (o mandioca) es originaria de América del Sur, específicamente de la región tropical amazónica, con evidencias de su cultivo desde hace más de 10000 años en zonas como el actual Brasil (El Cerrado es una región de sabana arbolada que hoy ocupa alrededor del 20 % de este país, alberga casi el 5 % de la biodiversidad mundial y es uno de los sumideros de carbono más importantes del planeta), también la encontramos en Perú, extendiéndose luego por Mesoamérica y el Caribe antes de ser llevada al resto del mundo.

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Por Mirtha Susana Rodríguez y Estela Casado
Llamada aguja e hilo de Adán pertenece a la familia Asparagacea. Si bien es una especie bastante compacta, presenta una apariencia llamativa con sus hojas en forma de espada y sus espectaculares inflorescencias; se distingue fácilmente de otras especies de yuca por sus filamentos blancos y filiformes a lo largo de los márgenes de las hojas Los tallos florales de hasta 3 metros (10 pies) de altura presentan masas de flores colgantes de color crema a principios del verano.
Los pueblos Caribeños y diversas etnias amazónicas utilizaban la yuca no solo para comer, sino también por sus fibras para herramientas y tejidos, destacando el uso de la yuca brava para fabricar el sebucán (colador) con el que hacían el casabe, además de otros implementos culinarios.
USOS
Una vez extraídas las semillas los frutos pueden cocinarse y comer, los grandes pétalos de las flores se consumen en ensalada. Las hojas, tallos y raíces se utilizan para aturdir a los peces, los cherokee los usaban para cumplir ese propósito.
LA MAGIA DE LA POLINIZACION DE ESTA PLANTA
Despertar a la historia de la yuca y su polinización es una de las más bellas alianzas de la naturaleza. La yuca no puede reproducirse sin la ayuda de una pequeña polilla, la Tegeticula yuccasella.
Cada año sus flores se abren y esperan a un socio específico: su polinizador, las yucas solo son polinizadas por polillas de esta planta, y las larvas de estas polillas solo se alimentan de sus semillas.
La polilla es blanquecina, pequeña y anodina que se mimetiza con el color de las flores, donde pasa la mayor parte de su breve vida adulta. Una característica distintiva de la Tegeticula es la ausencia de la lengua larga, presente en la mayoría de las polillas y mariposas. Ella en cambio, posee tentáculos alrededor de la boca que cumplen una función muy importante y le permiten cumplir con su cometido.
Machos y hembras emergen de sus capullos en primavera, coincidiendo con la floración de la especie de yuca con la que se asocian. Se encuentran y se aparean en las flores de la planta, y entonces comienza la tarea de las hembras.
Esta diminuta mariposa nocturna recoge el polen de una flor, lo enrolla cuidadosamente usando las piezas bucales que mencionamos y lo lleva hasta otra flor, donde deposita los granos de polen en su estigma, luego hace algo que parece una traición desciende al ovario de la misma y deposita sus huevos justo al lado de las semillas que acaba de ayudar a crear asegurando la fecundación y el alimento para su descendencia en desarrollo. Cuando nacen las larvas, se alimentan de una parte de las semillas.
Así, ambas especies se sostienen en un equilibrio perfecto, una danza milenaria de confianza y reciprocidad en una interacción mutualista y además la forma más inteligente de supervivencia de dos linajes atados por un destino común.
Es un contrato ancestral donde la vida se paga con la vida. La polilla es cuidadosa no pone todos los huevos en una flor pues sabe que si destruye a toda la descendencia de la planta su propia especie desaparecerá con ella.
Es importante destacar que la pérdida de hábitat o el uso de pesticidas pueden afectar gravemente a ambas especies. Situación que como decimos siempre es solamente responsabilidad nuestra.
La yuca y su polilla nos enseñan que en la vida, toda relación verdadera nace de la entrega mutua y del respeto por el ciclo del otro.

