LLEGA A LAS CALLES DEL MUNDO EL HOMBRE CRISTO

El hombre Cristo llega a los caminos del mundo. Proclamará el amor al prójimo. Cultivará ese amor y se entregará. Buscará pureza en cantidad. Dejará el hábito del crimen. Se le acusará de extravagante, de burla, de holgazán, de ladrón. Él aceptará y será verdaderamente cierto. El papado será suyo y será llamado. El éxtasis será suyo sin drogas. (1967)
En este caso pasamos a otra psicografía que alude directamente a Giorgio Bongiovanni, en este caso ya no en relación con el "hombre del Evangelio", sino con un "hombre-Cristo" que llega a los caminos del mundo.
Cuando Benjamin Solari Parravicini suele hablar de Jesús, siempre lo menciona en relación a su venida y nunca se refiere a un período en el que debe predicar o de cualquier otra forma que justifique la idea de caminar por las calles del mundo.
Quien juega este papel y lo hace por mandato divino es Giorgio, quien ha llevado el peso de la cruz en muchos lugares y países donde a través de charlas, conferencias y reuniones predicó a millones de personas. Lo hizo y sigue haciéndolo con el enorme sacrificio de tener su cuerpo martirizado, traspasado por las llagas de Cristo. Su caminar es simplemente la expresión de un Amor que no entendemos. Sin embargo, algunos han reaccionado negativamente acusándolo innecesariamente con las peores definiciones.
Entiendo que este es el reflejo de la propia miseria que se opone a la luz del espíritu de Cristo. Sí, porque Giorgio no es un mensajero más, es un Cristo-hombre, como dice la psicografía, y su purificación en la pasión de nuestro Señor debe exponerse al libre albedrío para que las almas se definan a sí mismas. En cuanto a la expresión "escapar del vicio del crimen" obviamente se refiere a la amenaza de la mafia italiana que lo persigue permanentemente. De hecho, no hay otra personalidad Crística en el mundo que pueda asociarse con ser "perseguido" y por lo tanto "escapar". La metodología, o "vicio" criminal, de la Cosa Nostra o de cualquier otra organización mafiosa.
Cuando se refiere al hecho de que "el papado será suyo" no significa que se convertirá en el próximo Papa. Es la ofrenda redentora que trae consigo, lo que lo convierte en un faro de luz para todo el cristianismo en el sentido más amplio y universal de la palabra. Pero además, la psicografía reconoce la dinámica espiritual de los "éxtasis" místicos o derramamiento de sangre que ocurren con mucha frecuencia y que son característicos de la misión que desempeña como persona estigmatizada. En cuanto al dibujo está claro que es la escena de 1989 en Fátima, donde la Santa Madre, que manda la misión de la iglesia de Juan (con su cetro), le da la señal de su Hijo,