CARTA ABIERTA AL INTENDENTE DE SAN MARCOS SIERRAS

FUNAM INFORMA
17 de junio de 2021
SAN MARCOS SIERRAS: DONDE LA TORPEZA MUNICIPAL Y EL DESPRECIO POR LAS LEYES DESTROZA LA IDENTIDAD DE UN PUEBLO Y AHUYENTA TURISTAS
CARTA ABIERTA AL INTENDENTE DE SAN MARCOS SIERRAS,
CESAR ARMANDO BRIGERA
Acabo de ver la foto de la calle que era de tierra, y que bordea la plaza principal del pueblo. La foto todavía me duele e indigna. Su gestión la cubrió de cemento. En esa calle de tierra caminaron generaciones de pobladores y de turistas que encontraron en San Marcos Sierras una mezcla curiosa y única de sencillez, rusticidad, cultura sin mordazas, artesanías hechas con las manos y con el corazón, hosterías de puertas abiertas, eneros calientes, veredas irregulares y calles de tierra. Gracias a usted y a los concejales que acompañaron su despropósito, quienes la visiten encontrarán el mismo cemento del cual huyen los habitantes de ciudades como Buenos Aires, Rosario o Neuquén.
Hace casi dos años, en el verano del 2020, mi niña más pequeña observaba fascinada los movimientos de las chichinas y las huellas apenas perceptibles que esos insectos tan extraños dejaban en la calle de tierra junto a la plaza (*). También en esa calle de tierra y en la plaza mi hija perfeccionó su técnica para atrapar sapos con sus manos y devolverlos a los canteros de la plaza donde ellos tenían sus cuevas. Sapos que ya han desaparecido en la mayoría de las ciudades inundadas de cemento. En esa plaza y por esa calle de tierra hacíamos la senda ritual hacia el río, casi siempre bajo el sol ardiente de las siestas. A la noche era un placer único y un privilegio cenar a la luz de la luna o tomar un helado sentados, pero con los pies en la tierra. En la calle de tierra. Mi niña siempre recuerda sus paseos en burro por las calles de tierra alrededor de la plaza, donde el apoyar de los cascos y herraduras hacían sonidos sordos, tranquilos, sin agresiones. Sobre esa calle de tierra nacieron amores, caminaron amores de años, las niñas y los niños corrían hacia los juegos y juntaban los frutos rosados del aguaribay, de ese árbol con tronco ahuecado que parecía -según mi niña- una cueva de piratas.
De todas las singularidades singulares de San Marcos Sierras, la plaza y sus calles de tierra eran el sello, la raíz, la identidad, el certificado de haber resistido progresos mal entendidos. Esa plaza es mucho más que una plaza señor Intendente. Fue el territorio vivenciado de Comechingones originarios que convivían con el bosque seco, con el aire todavía libre, con los cantos que superponían las cigarras para protegerse de aves insectívoras, con noches llenas de agujeros luminosos que alguien bautizó con el nombre de estrellas. Fue y es tierra sagrada. Allí reposaron, en el regazo de la Pacha, los restos de los antiguos.
Lo más asombroso de ese mundo sanmarquiano era que allí, en ese lugar que usted no supo ni quiso respetar, siempre hubo más tierra expuesta que cemento. Allí la Pacha respiraba, y la lluvia entraba sin tutores ni permisos al submundo del suelo.
Como si se tratara de una ceremonia discontinua y bulliciosa, en este lugar del planeta y del sistema solar, la tierra de las calles y de la plaza, y el agua de las lluvias tibias del verano, formaban charcos y barro. Allí quedaban nuestras huellas y la marca de los caballos hasta que el barro volvía a ser tierra seca y polvorienta. Hasta la próxima lluvia. En el cemento el agua no infiltrará ni quedarán nuestras huellas.
Hace un rato volví a ver la foto de esa calle que usted, señor Intendente, cubrió de cemento. Sin el más mínimo recato, sin respeto y sin sensibilidad encerró a la Pacha en una cárcel de cemento. Donde antes había libertad, suelo, barro y huellas ancestrales usted colocó una anónima y desagradable lápida impermeable.
Las niñas y niños de San Marcos Sierras, y las niñas y niños de quienes pasan allí sus vacaciones no se merecían que usted les robara un futuro de calles de tierra.
Pero claro, es mucho pedir que una persona como usted, que decide tamaño atropello, pueda entender la sutil necesidad de que la tierra siga en contacto con el aire que respiramos, con los pasos pequeños de las niñas y niñas, con los bastones de jubilados que encontraban apoyo amigable en esa tierra, con los pies desnudos de artistas danzando en noches perfumadas. Porque una cosa es caminar y danzar en calles de tierra, y otra muy distinta hacerlo sobre un cemento duro e insensible. Caerse sobre la calle de tierra no es lo mismo que golpearse contra el cemento.
Nueva York tiene calles de cemento. Paris tiene calles de cemento. La mayoría de las ciudades tienen calles de cemento con plazas rodeadas de cemento. San Marcos Sierras tenía una plaza rústica rodeada de calles de tierra. San Marcos Sierras tenía lo que otros lugares perdieron. Usted emparedó a la Pacha y nos condenó a que los más bonitos recuerdos de caminatas y siestas deliciosas en una plaza de pueblo solo existan ahora en fotografías.
Repaso con mis ojos la serie interminable de planos que hizo algún ingeniero de la municipalidad de San Marcos Sierras con líneas rectas y números precisos. Todo en ellos es duro y autoritario. Esos planos no tienen nada de colectivo ni de consulta. En lugar de corazón y respeto por el pasado delatan un desprecio matemático por el bien común.
Lo que planteaba ese proyecto de obras, del cual participó el Ingeniero Civil Jorge Actis, es desmesuradamente ofensivo para el pueblo de San Marcos Sierras. Con total desenfado y desprecio por la cultura local el señor Jorge Actis indicaba que se habían comprado "Pórfidos de la Patagonia" procedentes de Puerto Madryn, y que "este tipo de material, el Pórfido, se puede encontrar en lugares de Europa como el Vaticano, la plaza de San Marcos de Venecia, Roma y muchos otros lugares, en tanto en nuestro país, en el centro de Córdoba Capital y la Casa Rosada, por señalar algunos". Para el señor Jorge Actis y para usted señor Intendente las calles de tierra de San Marcos Sierras tienen menos valor que los pórfidos colocados en el Vaticano o la ciudad de Venecia en Italia.
En un razonamiento insisto ofensivo ustedes provocaron un doble agravio para los pobladores de San Marcos Sierras y para los descendientes de las comunidades indígenas: a los estragos que provocaron las invasiones europeas sobre los pueblos originarios con matanzas e introducción de enfermedades infecciosas (**) ustedes le agregaron una ignominia más. Intervinieron destructivamente un lugar sagrado de los Comechingones asociado a un cementerio previo a la conquista para colocar los mismos pórfidos sofisticados que lucen en el Vaticano y en Venecia. El señor Jorge Actis y usted señor Intendente parecen haber tenido una peligrosa confusión. En San Marcos Sierras lo más valioso y ancestral son sus calles de tierra como bien lo establece la ordenanza 777. Aquí no está la Plaza de San Marcos de Venecia sino el humilde, orgulloso y serrano pueblo de San Marcos Sierras.
En estos días las obras se aceleraron porque quizás la municipalidad sigue creyendo, equivocadamente, que una vez colocado el cemento las protestas dejarían de tener sentido. Grave error de apreciación señor Intendente. Veamos. El escándalo de violar un lugar sagrado para los Comechingones y el escándalo de destruir calles declaradas por ordenanza como patrimonio e identidad de San Marcos Sierra ya son noticias que corren como reguero de pólvora. Pero ya no solamente en San Marcos Sierras y el valle de Punilla. La noticia de estos escándalos ya circula en la provincia y en el resto del país que ve con asombro como un lugar tan bello, conocido y emblemático sucumbe vulnerable ante topadoras y cemento. Más aún, la noticia está llegando en inglés y francés a los colegas que también recibieron el premio Nobel Alternativo. Ese atropello moviliza además a los colectivos de pueblos indígenas en otros países. La municipalidad de San Marcos Sierras quizás pensó que "una placita" y "unas pocas calles de tierra" son demasiado insignificantes para generar protestas en Argentina y otros países. La amplia cobertura mediática nuestra lo contrario. Lo cierto es que esa "placita" y "esas pocas cuadras de tierra" pueden acallar el dañino rugido de las excavadoras.
"Hagan un monumento en un terreno privado y accesible a todos los turistas para recordar y atestiguar que el Intendente Armando César Brigera y cada uno de los Concejales que acompañaron su proyecto fueron quienes ayudaron a matar la identidad de San Marcos Sierras, y a violar los derechos del pueblo Comechingón". Estas y otras sugerencias llegadas desde afuera se suman. El movimiento generado apenas comienza.
Señor Intendente: yo no vivo en San Marcos Sierras. Pero he estado tantas veces que ni siquiera puedo recordar cuántas. En verano, en invierno, con lluvia, en días secos.
Cuando la llevé a mi niña por primera vez a San Marcos Sierras fue como regalarle un trozo de civilización rústica, un lugar donde lo urbano y la simplicidad sin exceso de cemento crean un lugar amigable. San Marcos Sierras forma parte de mi vida y de mi historia, y de la vida de mi hija también. Una de las muchas cosas que usted indudablemente no entendió es que San Marcos Sierras nunca fue solamente de quienes la habitan y cuidan, sino también de quienes la visitamos. Usted quizás no lo sepa, pero muchos de los que llegan como visitantes dejan de ser solamente turistas para volverse pobladores por unos días o unas semanas. Es curioso como se crean lazos inmateriales entre quienes viven en San Marcos Sierras y quienes la visitan. Las pequeñas estadías y las pequeñas compras de los turistas contribuyen a movilizar la economía local, tan alejada de las ciudades turísticas con palmeras plantadas, hoteles de cinco estrellas y cemento por todas partes. San Marcos Sierras ofrece cultura diversificada, tierra desnuda y cubierta de árboles nativos, una concentración increíble de sabidurías naturales, y sobre todo, escala humana. Sus obras en cambio, señor Intendente, instalan la escala cemento.
Todo sugiere, lo cual es extremadamente grave, que usted nunca entendió que San Marcos Sierras -la San Marcos de las siestas calientes y las noches con cantos y teatro callejero- son territorio ancestral del pueblo Comechingón. Ellos habitaron estas tierras, y sus descendientes orgullosos la siguen caminando ahora, y muchos de quienes visitamos el pueblo seguramente tenemos algo de sangre originaria. Desconocer como usted hizo la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y tomar decisiones sin haber consultado formalmente a todas las comunidades indígenas representan una violación legal incomprensible y un gesto de desprecio por lo más sagrado que puede tener un pueblo, sus raíces indígenas. Pareciera olvidar que las convenciones y acuerdos internacionales tienen una jerarquía legal situada por encima de las leyes de Argentina.
Sus actitudes son incompatibles con un país declarado multiétnico y multicultural. Usted sabía perfectamente que la zona de la plaza es "lugar sagrado" y está asociada con un cementerio indígena anterior a la invasión europea. Peor aún, usted ignoró deliberadamente que la zona del proyecto de intervención destructiva es un Área Protegida de la Reserva Arqueológica Provincial Quilpo creada por Ley 10.308 (Articulo 1°).
Le recordamos que el Artículo 6° de la ley provincial 10.308 establece claramente y sin ambigüedades lo siguiente:
"En las áreas comprendidas en la Reservas Arqueológicas creadas por la presente Ley, todo trabajo de excavación, construcción, edificación, actividad agrícola, trabajos de minería en cualquiera de sus fases, industriales u otros de índole semejante no podrán iniciarse sin la previa autorización de la Autoridad de Aplicación, quien deberá evaluar -en el plazo que por reglamentación se establezca- el estudio sobre la existencia de 'bienes arqueológicos' en el lugar donde pretenda realizar dicha actividad a cargo del proponente".
Correspondía por lo tanto la intervención -nunca requerida por su gestión municipal- del Área de Patrimonio Cultural del gobierno de Córdoba, Autoridad de Aplicación de la Ley Nacional 25.743. Omisiones deliberadas como la descrita implica claramente Violación de los Deberes de Funcionario Público (Artículo 248 del Código Penal).
A corto y mediano plazo seguramente se iniciarán acciones judiciales contra su gestión. Las obras ya produjeron daños irreparables -prima facie a nivel arqueológico, destrucción de un lugar sagrado y afectación de la identidad de San Marcos Sierras- además de violar normas vigentes. La justicia deberá investigar aquellos actos que eliminaron poderosos mecanismos participativos de control. El Concejo Deliberante no solo derogó previo a las obras la ordenanza urbanística 775 -que había sido redactada durante un proceso impecable de consulta y participación asesorado por la Universidad Nacional de Córdoba: también derogó al organismo participativo creado por esa norma.
Una de las mayores conquistas de la comunidad fue el "Consejo Ciudadano para la Planeación y el Ordenamiento Territorial", órgano conocido por su sigla COT (Artículos 67 y 68 de la derogada ordenanza 775). Contrariando temerariamente los contenidos y espíritu de esa ordenanza, básicamente participativa, el ejecutivo Municipal y una parte del Concejo Deliberante prefirieron eliminar el COT para poder así tomar decisiones sin obstáculos.
Sugestivamente coincidieron en el tiempo la derogación de la ordenanza 775, la finalización de un detallado proyecto de ingeniería con las intervenciones urbanas (sin ningún tipo de Evaluación de Impacto Ambiental ni encuadre jurídico), y se realizaron trámites para obtener financiamiento de la Nación sin advertirle que el proyecto violaba normas en forma flagrante. Estas irregularidades denunciadas por vecinos e instituciones parecen explicar porque la Municipalidad viene acelerando la realización de las obras.
Nosotros consideramos que debe alertarse a la Nación, quien financia las obras, sobre los incumplimientos normativos del proyecto de ingeniería presentado por la Municipalidad de San Marcos Sierras al gobierno federal.
Resulta evidente que para Usted -y para los Concejales que avalaron su plan de obras de pavimentación- parecieran no existir ni el Acuerdo de Escazú ni la Convención de Aarhus, ambas con plena vigencia en Argentina. Le recuerdo señor Intendente que tanto la derogación de la ordenanza 775 y la eliminación del COT, como el inconsulto e ilegal plan de pavimentación en el área de la plaza de San Marcos Sierras, fueron cuestionadas documental y fundadamente por vecinos y miembros de comunidades indígenas sin que usted reaccionara en forma fehaciente.
Su falta de memoria es llamativa señor Intendente.
¿No recuerda lo que sucedió en octubre de 2018, cuando durante su propia gestión municipal vecinos de San Marcos Sierras se enfrentaron con la policía, funcionarios y operarios en protesta por la obra de asfalto que avanzaba sobre las calles del pueblo a la altura de la terminal de ómnibus?
¿Ha olvidado usted el contenido de la ordenanza vigente 777? Veamos algunos de sus considerandos:
Que el trazado de calles de San Marcos Sierras, según su constitución actual, es decir, realizadas sobre tierra o arena, constituyen una herencia histórica que forman parte de nuestra identidad.
Que el perfil de pueblo turístico de San Marcos Sierras debe ser sostenido con medidas concretas que nos diferencien como Pueblo serrano, tranquilo y con oferta cultural, tal como viene demandando actualmente la afluencia turística.
Que el costo de mantenimiento de las calles no debería primar sobre el valor patrimonial histórico, gasto que sin lugar a dudas volverá a la población en la medida que se sostenga la actividad turística.
Que una intervención sobre el trazado de calles, llámese asfalto, adoquinado o cualquier cobertura similar, podrían atentar contra el perfil sanmarqueño y de esta manera incidir negativamente sobre una de las principales actividades económicas como es el turismo.
Que una cobertura en las calles diferente a la actual dificultaría la tracción a sangre (caballos, sulkis, etc.), en detrimento de la cultura tradicional.
Que el asfalto o adoquinado elevarían la velocidad de la circulación vehicular, con el correspondiente peligro sobre niños y adultos que acostumbran a caminar o circular en bicicleta por el trazado del pueblo.
Tras lo cual el Concejo Deliberante aprobó con fuerza de ordenanza el Artículo 1 que dice textualmente:
Agréguese al Anexo de la ordenanza 271/2001, de interés municipal, como bienes del componente del Patrimonial Arquitectónico y Paisajístico.
"De la composición de las calles considerando a las calles en su estado actual, cobertura de arena o tierra, como significativo en el ámbito histórico, arquitectónico y paisajístico".
Señor Intendente Brigera: ¿Qué parte no entendió de esta ordenanza vigente? ¿Sabe usted diferenciar entre aquello que la ordenanza 777 privilegia claramente -como calles de arena y tierra- y excluye sin titubeos las calles de asfalto y cemento? ¿Porqué contrariando esta ordenanza, y la protección de la herencia histórica e identidad de San Marcos Sierras, usted prefirió llenar de cemento calles naturales y con historia?
"Su" cemento señor Intendente es mucho más que una insensata frontera impermeable entre la Pacha y la gente. Es una lápida disfrazada de progreso.
Por todo lo descrito anteriormente llegamos a las siguientes conclusiones:
1) Usted está contribuyendo a la destrucción de la identidad e imagen nacional e internacional de San Marcos Sierras, identidad que generaciones de pobladores y turistas construyeron. En el mismo lugar sagrado de la comunidad Comechingón las obras que usted decidió, llenas de cemento, contribuyen a matar la sencillez, la rusticidad y el buen vivir de un pueblo.
2) Cuesta comprender señor Intendente tanto capricho destructivo cuando su gestión viene descuidando temas muy groseros relacionados con ambiente, salud y arqueología local. Las obras cargadas de cemento e incomprensión que usted impulsó coinciden con inacciones incomprensibles, algunas de las cuales podrían dar lugar a denuncias penales por Incumplimiento de los Deberes de Funcionario Público: a) cuando sigue sin ser remediado el depósito clandestino de escombros de asfalto en plena zona ribereña entre el puente nuevo y la pasarela; b) cuando el basural abierto de San Marcos Sierras sigue expandiéndose con nuevas excavaciones hechas sin Evaluación de Impacto Ambiental, amenazando la cuenca del arroyo del Gato; c) cuando ese basural descarga Compuestos Orgánicos No Metánicos (CONM) que afectan la salud; d) cuando ese basural es una fuente potencial de incendios, en particular porque por degradación anaerobia de sus partes más profundas genera el gas combustible metano; e) cuando la Municipalidad ni siquiera se ha molestado en implementar junto a la comunidad un programa de Basura Cero; f) cuando usted y su gestión no promueven la construcción de composteras familiares y colectivas para darle un destino concreto a los residuos orgánicos putrescibles; g) cuando el área arqueológica con restos de vasijas indígenas ubicada en la zona del basural abierto sigue sin protección alguna; h) cuando no hay ningún plan Municipal de ecosucesión secundaria para lograr que la biodiversidad nativa remanente logre reconquistar ambientes degradados que hoy tienen baja biodiversidad, e i) cuando está claro que usted y los integrantes de su gestión necesitan capacitarse en ambiente con urgencia en el marco de la Ley Yolanda 27.592, plenamente vigente.
3) Consideramos que las obras sobre la plaza y sus calles laterales deben ser inmediata e indefinidamente suspendidas aunque ya se hayan pavimentado tramos importantes.
4) Sin perjuicio de las acciones judiciales que se inicien y sus resultados, todas las obras de pavimentación ya realizadas deben ser levantadas, y reconstituirse las condiciones previas, es decir calles de tierra. El destino y depósito final del pavimento extraído debe respetar a rajatabla normas vigentes para que no generen, a su vez, un nuevo problema ambiental.
5) Urge reinstalar la ordenanza 775 derogando su norma sustitutiva.
6) Al reinstalarse el COT deberían diseñarse y debatirse participativamente políticas y obras de mejoramiento del ambiente, la educación y la salud, que protejan los derechos de los pueblos originarios, preserven la riqueza arqueológica y protejan la identidad de San Marcos Sierras.
7) Consideramos que la justicia debe investigar si existe delito en la derogación de normas que obstaculizaban el proyecto impulsado desde la Municipalidad. El reemplazo de la ordenanza 775 y la eliminación del Consejo participativo COT contradicen la no regresividad prevista en el Artículo 4 de la Ley Nacional de Ambiente 25.675.
8) También debería auditarse la realización del proyecto, quienes fueron sus autores y en qué contexto se hizo, y la forma en que se eligieron las empresas proveedoras de materiales, y la o las constructoras a cargo de las obras.
9) En el contexto de lo anterior deberá informarse al organismo de la Nación que financió las obras el detalle de las irregularidades e ilegalidades del proyecto presentad para que los tramos de financiamiento faltantes no sean girados a la Municipalidad de San Marcos Sierras. También deberá solicitarse a la Nación y eventualmente a la Defensoría del Pueblo de la Nación que se investigue cuidadosamente dentro del organismo nacional de Obras Públicas que financió las obras cómo se aprobó el proyecto presentado y quienes lo avalaron desde el gobierno federal a fin de deslindar responsabilidades.
Lo que no aceptamos es la forma autoritaria e inconsulta de gobernar, el desprecio por los pueblos originales y el flagrante incumplimiento de normas vigentes.
La destrucción ya concretada es profunda y dolorosa. ¿Imagina Usted, señor Intendente, lo que significa para muchos pobladores, y para los turistas que vendrán con la imagen de la "otra" San Marcos Sierras observar esas capas de cemento? ¿Porqué el proyecto de ingeniería omitió considerar los efectos de la impermeabilización salvaje, y que la temperatura del cemento en verano es mucho mas alta que la temperatura de un suelo sin cemento? ¿Es razonable crear estas "barreras de calor" en un lugar donde los veranos ya son de por sí muy calientes?
Señor Intendente: es agotador para las comunidades desplegar tanto esfuerzo a fin de revertir las malas decisiones que ustedes toman.
Al final de esta carta abierta pienso inevitablemente en lo que significa para un pueblo que tapen impunemente con cemento su identidad, su historia y su naturaleza
Pienso en hechos pequeños, en percepciones sin grandilocuencia y desprovistas de espectacularidad. Hechos que traducen la sensibilidad y el amor por el terruño, por la Pacha, por la ancestralidad, por las generaciones que vendrán, por un desarrollo urbano más natural.
Todo indica que las chichinas ya no dejarán huellas en las calles de tierra al desplazarse. Ya no habrá contacto sensible entre la Pacha y quienes caminan la zona de la plaza y sus calles laterales. Ya no sentiremos olor a tierra mojada cuando llueve. Ya no se escucharán los sonidos naturales que hacen los cascos de burros y caballos al pasear niñas y niños alrededor de la plaza. Todo será muy distinto. Las calles serán más calientes e insoportables en verano, impermeables y parecidas a las calles pavimentadas de cualquier ciudad. Ahora las herraduras de los caballos al rodear la plaza harán sonidos metálicos e insensibles.
Señor Intendente: ¿Cómo le explico a mi niña pequeña que ese San Marcos Sierras que ella conoce ya no existirá?
No sé si usted responderá esta carta abierta, que dejo disponible para ser presentada en todas las instancias administrativas y judiciales que correspondan, dentro de Argentina y también en instancias internacionales.
Pero tengo la firma convicción que la Asamblea Ambiental por el Monte de San Marcos Sierras, los sanmarquenses, la comunidad Tay Pichín, FUNAM, el Campus Córdoba del Colegio de los Premiados con el Nobel Alternativo, Right Livelihood College (*) y otras instituciones, mas el creciente movimiento nacional e internacional con sus apoyos, lograremos, finalmente, que el pavimento sea desmantelado y resurjan las calles de tierra. Resurja la identidad de San Marcos Sierras.
Prof. Dr. Raúl Montenegro, Biólogo
Profesor Titular Plenario de Biología Evolutiva Humana
(Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba)
Director del Campus Córdoba de los Premiados con el Nobel Alternativo
(Right Livelihood College)
Presidente de FUNAM (Fundación para la defensa del ambiente), ONG con status Consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC, Nueva York).
Premio Nobel Alternativo 2004 (Right Livelihood Award, Estocolmo, Suecia)
Teléfono celular y WhatsApp: +54 9 351 5 125637
Teléfono fijo: 03543 422236
Email: biologomontenegro@gmail.com
REFERENCIAS
(*) La chinchina, también conocida como chinchemolle, es un insecto que habita la región patagónica y centro-norte de Argentina. Es conocida por la sustancia olorosa que segrega para defenderse. Pertenece al Orden Phasmatodea, Familia Agathemeridae, género Agathemera.
(**) Montenegro, R.A. y C. Stephens. 2006. "Indigenous Health in Latin America and the Caribbean". Revista "The Lancet", Reino Unido, Vol. 367, pp. 1859-1869.
Este review con referato de la revista médica The Lancet tiene acceso libre. Ver el link: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(06)68808-9/fulltext
(*) El Campus Córdoba del Right Livelihood College que dirige Raúl Montenegro es una de las 9 sedes del College distribuidas en el mundo. Los restantes 8 campus están ubicados en la Universidad de Lund (Suecia), la Universidad de Bonn (Alemania), la Universidad de Addis Ababa (Etiopía), la Universidad de Port Harcourt (Nigeria), la Universidad de California Santa Cruz (Estados Unidos), la Universidad Austral de Chile en Valdivia, el Instituto Tata de Ciencias Sociales de Mumbai (India) y la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok (Tailandia).