RESISTENCIA A LOS EMBATES Y A LOS ENEMIGOS DE LA VIDA

Hoy vamos a tener con nosotros a Enzo Culasso, un referente importante de la Multisectorial por los humedales y de la zona sobre todo del Paraná.
J A R:
Enzo, vos nos podrías contar un poco que es lo que están haciendo, y cuál es la repercusión que todo eso está tomando en la lucha por la defensa de los humedales y, la importancia de esa lucha.
E C:
Los humedales son ecosistemas muy valiosos pero que han venido siendo desprotegidos y también, vistos de alguna manera como territorios improductivos - con esta visión productivista que tiene el humano -, se le quitan el gran valor que tienen por sus funciones ecosistémicas, sobre todo, la realidad que estamos atravesando que es una realidad de cambio climático. Los humedales en este sentido cumplen un rol esencial para mitigar los efectos del cambio climático porque en épocas de crecientes o de muchas lluvias, los humedales absorben agua y, en épocas de bajantes las libera atenuando estas dos situaciones, pero además, almacenan muchísimo carbono, por lo tanto, son esenciales para esto que venía mencionando del cambio climático.
También cumplen la función de retener contaminantes y de purificar el agua y muchas veces,
están puestos arriba de los acuíferos, por lo tanto, purifican el agua que después va a ser "reservada" en los acuíferos que son la gran reserva que tiene la humanidad de agua dulce. Esta es su la importancia.
En cuanto a lo que venimos haciendo, las organizaciones a lo largo de todo el país venimos reclamando una ley de humedales, pero aun sin que esa ley salga, -que se ha caído por tercera vez- entendemos que lo que tiene que haber es un cambio de conciencia respecto a la manera de producir y de intervenir en la naturaleza.
No podemos seguir creyendo que cualquier ecosistema es modificable, apropiable por el ser humano para satisfacer nuestras necesidades porque hay ecosistemas que cumplen otras funciones y que ahí, viven un sin número de especies que también cumplen funciones importantísimas.
En ese sentido, las organizaciones venimos poniendo en agenda a los humedales, sobre todo, porque desde que comenzó la pandemia, los humedales no pararon de quemarse. Los humedales del Delta del Paraná que son los más representativos de la región, pero también hay humedales a todo lo largo de la Argentina, humedales de altura, humedales en Tierra del Fuego que son las "Turberas", que también están siendo extraídas, - las salinas - en este famoso "triángulo del litio" adonde pareciera que nuevamente vamos a financiar la transición energética, pero a costa de saquear o extraer nuestros ecosistemas.
En ese sentido, creo que la comunidad entiende mucho más, está mucho más informada sobre el rol que cumplen los humedales y lo importantes que son para hacerle frente al cambio climático.
Allí, es donde hay que poner de relieve nuestro activismo que no solo se reduce a informar, o a reclamar una ley de humedales, sino también, a mostrar nuestro vinculo social, cultural y económico que tenemos con los humedales, porque ahí habitan muchas personas que en su mayoría logran vivir en armonía con los ecosistemas y que entienden, que los humedales marcan una manera determinada de habitar que no se puede habitar como cualquier otro lugar.
Entonces, poder detectar estas amenazas y comunicarlas, es también un paso a entender el valor que tienen.
J A R:
Enzo, evidentemente los humedales son un punto muy importante en el mantenimiento de la biodiversidad, pero hay algo que se enfrenta a la necesidad de mantener estos lugares tan importantes para la vida, que son los intereses económicos. Evidentemente, esta "destrucción" de los humedales, ya sea por el fuego o por la contaminación, -es porque hay intereses económicos- según mi pensamiento. ¿Vos qué opinas?
E C:
Sin duda. Lo que está imperando sobre estos ecosistemas como en otros ecosistemas que ya han sido destruidos, como nuestros bosques nativos o la selva del Amazonas, es una razón productivista que se posiciona como hegemónica, como la única manera de producir, cuando sabemos que existen otras maneras que respetan el ecosistema, pero sobre todo, lo que se viene diciendo desde quienes intervienen en estos ecosistemas, es que las leyes ambientales, las leyes que protegen el medio ambiente son restrictivas para la producción, y es por eso que la ley se ha caído por tercera vez.
Hay intereses muy fuertes, sobre todo intereses del agro que plantean esto y que piensan que las leyes son un obstáculo para su producción, cuando en realidad, lo que decimos es que no existe producción posible sin ecosistemas saludables.
Parece que estamos como en un camino suicida en donde acumulamos divisas, atracciones monetarias a cambio de explotar la naturaleza, la misma naturaleza que sustenta nuestra calidad de vida -y en ese sentido- vemos que no hay grietas en el extractivismo, en esta manera de entender la naturaleza, de intervenirla.
Por más que los medios de comunicación muestren que hay un lado y otro, en cuando se tiene que decidir de conservar un ecosistema, están todos de acuerdo. Lo que quieren es extraer para convertirlo en divisas, parece que estamos en una carrera por pagar la deuda con el FMI y para ello, tenemos que intensificar la extracción sobre los ecosistemas cuando eso, nos viene condenando hace muchísimos años, - sobre todo - cuando se aprobó la soja transgénica que ha generado los mayores impactos en el cono sur, en la Cuenca del Plata modificando vastos territorios y generando procesos de expulsión del campesino y también, de degradación de los ecosistemas y desertificación de la tierra.
Pensemos que todas nuestras economías, se apoyan en su mayoría en su vínculo con la tierra, debemos ver esto y cuidarla. Este modelo económico tiene su fin, pero eso no va a suceder de un momento para otro, y ahí, es donde tenemos que entender que esto del cambio climático no es un apocalipsis, no es que de un momento para otro la tierra se va a desarmar, todo esto es algo paulatino pero acelerado.
La expresión más cercana que hemos tenido es la ola de calor que tuvimos acá en Argentina que por algunos momentos, la región centro del país -justamente- donde está más deforestado, fue uno de los lugares más calientes del planeta.
El cambio climático es la perdida de la calidad de vida y, en ese sentido quienes peor están, son quienes están más vulnerables, porque son personas a las que se les va a cortar el agua y la luz durante una ola de calor y para ellos, significaría la muerte.
Sin embargo, parece que queremos ir por el camino de las soluciones tecnológicas, que nos vamos a salvar si tenemos un aire acondicionado cuando en realidad, salva a muy pocos y contribuye mucho más a calentar el planeta.
J A R:
Evidentemente vos tocaste un tema que es trascendente, que es el de la soja transgénica y la expansión de la frontera agropecuaria que no solamente genero un desastre, en cuanto a la desaparición de los bosques nativos, sino también la desaparición de animales de todo tipo, le sacaron el hábitat a todos esos pobres seres vivientes, que dependían de la existencia de un ambiente que fuera apto para su vida, en el cual también, se incluyen a los pueblos originarios que cada vez, están más expulsados de sus lugares para dar satisfacción a intereses económicos de las grandes multinacionales.
El otro día estaba escuchando por la radio que el gobierno batía parches por el tema de los faros. ¿Qué opinas sobre este tema?
E C:
Los faros de conservación que se han inaugurado en distintos puntos del Delta, creemos que son una medida que no solucionan el tema. El problema de fondo es poder definir los usos del suelo en el humedal.
Si queremos que, los humedales sean reservorios de biodiversidad y que cumplan funciones ante el cambio climático, o si queremos, que los humedales sean tierras para engordar ganado o para desarrollos inmobiliarios o, para extracciones de minería como por ejemplo, es la arena de sílice que se está llevando hacia vaca muerta - el 80% de la arena se extrae de acá de Entre Ríos - algunas se extraen desde el río y otras, se extraen directamente desde tierra firme dejando un paisaje totalmente desolador y cambiando la geomorfología.
Creo que estos faros de conservación son una medida que, -si se implementan bien- puede ser efectiva. Ya tenemos la tecnología suficiente para poder detectar estos focos de calores, estas columnas de humo, existen satélites de la Nasa que dan cuatro vueltas al planeta y que tienen sensores de calor, nosotros mismos hemos ido viendo a estos satélites y hemos detectado un montón de focos de calor, también hemos detectado que después de las lluvias vuelven a aparecer esos focos de calor, esos puntos - por lo tanto - sabemos que son todos intencionales.
En esto, la provincia de Entre Ríos tiene un rol esencial porque el 80 % del Delta del Paraná, está dentro de la provincia de Entre Ríos. Pareciera que son tierras liberadas, acá nadie sabe quién está ahí, ¿Cómo produce?, ¿Quién le pone límite a esa producción?.
Muchos de los humedales son áreas protegidas, pero como decimos nosotros, están protegidas en los papeles porque en realidad en el territorio no hay ninguna protección, no hay guardaparques, no hay ordenamiento del territorio, no hay planes de gestión, vemos que hay un "dejar hacer", liberar territorio que es producto de esta expansión de la soja transgenica y de los cultivos transgenicos, de los monocultivos que han ido desplazando al ganado y que en época de bajantes, -como es la que estamos atravesando ahora- que también es un signo del cambio climático, esta bajante extrema, extraordinaria.
Permiten que los humedales se sequen y que ahí, puedan prenderlos fuego por la baja humedad que tienen y que se renueven las pasturas para introducir el ganado.
Ahí, es donde nosotros nos preguntamos ¿De quién son estas vacas? ¿Quién les dio el permiso para que las ingresen?
¿Por qué como sociedad no nos damos este debate de para que usar los ecosistemas? ¿Hay que usarlos?, tampoco puede ser, que a todo lo tengamos que intervenir y que todo tenga que estar a disposición del ser humano, -que tampoco somos todos-, es un pequeño porcentaje de la sociedad que tiene un poder enorme y un poder histórico, con la capacidad de influenciar a los gobiernos con políticas que nunca se terminan de cumplir. Ese porcentaje está representado por la sociedad rural, la mesa de enlace, esas mismas personas que producen alimentos cuando acá, en nuestro país tenemos casos de malnutrición y desnutrición infantil que fueron las más altas de la región.
Entonces, ¿A quién enorgullece producir tantas toneladas de alimentos que abastece a 4 veces la población argentina y mientras tanto, aquí nuestros niños se nos mueren de hambre?
J A R:
¿Sabes a quien enorgullecen? A las grandes exportadoras, los que hacen negocios con todo lo que son productos originarios de esta tierra, los que destruyen las montañas en Catamarca, Mendoza, en el sur con la minería a cielo abierto. Los que destruyen La Pampa a través de la expansión de la frontera agropecuaria.
Los grandes exportadores son los que se enorgullecen de todo lo que se esta haciendo en desmedro de la mayoría de la población de nuestro pueblo.
El cuatro de febrero tengo entendido que hay una convocatoria.
E C:
Acá en Paraná vamos a hacer una movilización desde casa de gobierno, le vamos a volver a tocar la puerta a nuestros representantes que no sabemos muy bien a quienes representan, - y en este sentido - sabemos que representan al poder concentrado, recordarles, que hay un montón de leyes que no se están cumpliendo, por empezar, la Constitución Nacional y la Constitución Provincial. La provincia de Entre Ríos protege explícitamente a los ecosistemas asociados a los grandes ríos que son los humedales, y sobre todo a lo que son las áreas naturales "desprotegidas" queremos que se cumplan las leyes y que se de un debate abierto, porque estos problemas de la democracia se resuelven con MÁS democracia, y en eso la ciudadanía tiene que tener un rol protagónico, poder decidir para que usar los ecosistemas.
A este debate lo tenemos que poder abrir y a empezar a plantear soluciones que realmente piensen en el largo plazo y no solamente salir de la coyuntura, buscando dolares para pagar una deuda que el pueblo no contrajo.
Tenemos que poder decidir una transición agroecológica que contemple a las personas en el campo, porque hoy en día, ir a vivir al campo es una cuestión hasta suicida ya que tenes vecinos que te están fumigando al lado, ¿Quién va a querer vivir en un lugar fumigado?
Yo no tengo dudas de que la ciudadanía está despertando, de que hay un recambio generacional, estos dinosaurios que nos gobiernan, de apoco van desapareciendo -o queremos que vayan desapareciendo- y allí, tenemos que tener un rol protagónico como ciudadanos, como seres que entendemos lo que esta pasando y que no queremos seguir en la miseria,
Vemos la cantidad de riqueza que tiene nuestro país y las posibilidades que tenemos de desarrollarnos acá, nos da un tremendo dolor ver a tantas hermanas y hermanos que se van a otro lugar porque acá, pareciera que no hay salida.
Sí hay salida, sí hay posibilidades, se requiere una reforma agroecológica y una transición hacia una democracia participativa y una democracia ambiental, lo que nos trae el Acuerdo de Escazú.
J A R:
Enzo, yo no puedo menos que felicitarlos por este trabajo que llamo, - La Resistencia - a los embates, a los enemigos de la vida. Lo que sí me interesaría, es de alguna manera, tratar de ayudar a que esto que ustedes están haciendo en Paraná, tome un cariz mas nacional y que sigamos empujando todos por la defensa de la madre tierra. Gracias.
E C:
Muchas gracias a ustedes por acompañarnos y levantar estos temas para toda la audiencia.
ENTREVISTADOR: JUAN ALBERTO RAMBALDO
Programa N° 71
¿Qué es el Acuerdo Escazú?
La Ley de Humedales que el Congreso argentino finalmente no trató pese a los constantes incendios: ¿y ahora qué?
Más allá de las promesas políticas, es la tercera vez consecutiva que el proyecto pierde estado parlamentario, mientras el Ministerio de Ambiente promete impulsar una nueva legislación.
No alcanzaron los discursos ni el entusiasmo expresado por algunos legisladores. Tampoco fueron suficientes las innovadoras manifestaciones sociales, que incluyeron desde caravanas de kayaks por ríos, hasta protestas frente al Congreso, con expresiones artísticas de todo tipo. Definitivamente, el tema se instaló en la agenda pública y mediática de Argentina. Sin embargo, una vez más, el Poder Legislativo no trató la Ley de Humedales, y estos ecosistemas desprotegidos continúan siendo dañados.
En efecto, es la tercera vez consecutiva que un proyecto para cuidar estos espacios naturales pierde su estado parlamentario, al no tratarse en las sesiones extraordinarias. Esta inacción se produce mientras la provincia norteña de Corrientes registra importantes incendios: solo en enero se perdieron 335.000 hectáreas -17 veces la Ciudad de Buenos Aires-, de las cuales el 58 % se corresponde a humedales, "como esteros, bañados, malezales y vegetación de valles aluviales", alertó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Frente a la indignación causada en los ecologistas, el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, expresó que se trabajará en un nuevo proyecto "con perspectiva federal y en diálogo con las ONG y los sectores productivos, científicos y académicos". Sin embargo, la iniciativa que no fue votada por el Legislativo se estuvo elaborando durante al menos diez años, y en esta última oportunidad había obtenido consensos que nucleaban una decena de propuestas diferentes. Por eso, desde la Multisectorial Humedales exclaman que la sanción de la ley "no debe partir de cero ni dilatarse más".
La quinta parte del territorio nacional en riesgo
El anuncio del Ministerio fue realizado el pasado 2 de febrero, el Día Mundial de los Humedales. Esa misma fecha, Naciones Unidas señaló que estos espacios naturales, basados en la acumulación de agua, son "los grandes olvidados en la crisis del cambio climático".
Las oficinas de Medio Ambiente de la ONU advierten: "Pese a solo cubrir cerca del 6 % de la superficie terrestre, el 40 % de todas las especies vegetales y animales viven o se reproducen en ellos. A su vez, son unos de los hábitats más amenazados de la Tierra. Alrededor del 85 % de los humedales presentes en 1700 se habían perdido en el año 2000". Gran parte de ese deterioro se produjo desde 1970, con un 35 % de destrucción, expone la Perspectiva Mundial de los Humedales.
En Argentina, la importancia de estos ecosistemas es superlativa. Según el Inventario Nacional de Humedales, se calcula que hay unos 600.000 kilómetros cuadrados cubiertos por este tipo de espacios, representando el 21,5 % del territorio nacional. "Contribuyen de modo decisivo al bienestar humano", dicen en el Ministerio de Ambiente. "Por ejemplo, son fuentes de agua, mitigan sequías e inundaciones, suministran alimentos, albergan una rica biodiversidad y almacenan carbono". Entonces, ¿por qué no se cuidan? "No hay voluntad política", le dice a este medio Julieta Bernabé, miembro de la Multisectorial.
La necesidad de priorizar "el cuidado por sobre la ganancia"
Argentina forma parte de la Convención de Ramsar (Irán) sobre los humedales, ratificada por el Congreso en 1991. Tras la reforma constitucional de 1994, todos los tratados internacionales firmados por el país sudamericano tienen la misma jerarquía que la propia Constitución. Sin embargo, los ecologistas advierten que esto no es suficiente.
"Da un gran marco general, pero lo que se requiere para la protección, el cuidado y la preservación de los humedales, es una regulación más precisa, que una ley nacional debe definir", le explica a RT Blanca Osuna, diputada del Frente de Todos. "Eso tiene que ver con el relevamiento, la clasificación de los humedales y la regulación entre la preservación y el formato productivo", agrega la legisladora oficialista.
Argentina es un país sojero y ganadero por excelencia, causando una enorme tensión entre ambientalistas y empresarios por el uso y la disposición de tierras. Una de las clásicas prácticas para mejorar el rendimiento de los terrenos es la quema de pastizales, cuya acción puede ocasionar incendios devastadores si se realizan sin el debido control. Frente al avance de las denominadas fronteras agrícolo-ganaderas, Osuna opina que una ley debería controlarlas, aunque esa legislación "no debe ser anti productivista". Igualmente, una normativa ideal tendría que priorizar "el cuidado del humedal por sobre la ganancia en la producción".
La entrevistada fue intendenta de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, entre los años 2011 y 2015. Conoce en primera persona el flagelo de la desprotección ambiental: "Recorrer el delta y ver los incendios, genera dolor, bronca e indignación", lamenta. "La política debe utilizar todas las herramientas para contribuir a que la vida y la preservación estén vinculadas a acciones donde el Estado regule, intervenga y cuide", agrega. Además del fuego y sus impactos en el aire y la salud de las personas, Osuna subraya que "el agua es un factor fundamental para el bienestar, sobre todo de los que menos tienen". Y enfatiza: "No es un tema que nos es indiferente".
A nivel burocrático, la congresista detalla que el cambio depende de "un fuerte compromiso de las provincias", ya que la Constitución estipula que estos bienes naturales son propiedad de las distintas jurisdicciones. Por ello, se requiere una normativa que fomente un convenio entre el Estado nacional y los diversos territorios para desarrollar políticas conjuntas, más allá de la determinación de cada provincia. Para Osuna, es la mejor forma de resolver "posiciones en pugna", en la eterna discusión sobre economía y medio ambiente.
Así, aunque se hayan producido cambios con la Ley del Manejo del Fuego -prohíbe la venta de tierras incendiadas por al menos 30 años, para evitar especulaciones- y la Ley de Educación Ambiental Integral, la legisladora señala que "la Cámara de Diputados tiene una deuda pendiente en relación a la Ley de Humedales". Al respecto, adelanta que la cartera de Ambiente y diversos congresistas ya están trabajando de manera conjunta para impulsar una nueva propuesta. Y promete: "Tengo muchísima expectativa de que en este año legislativo podamos hacerla".
Fuente:
https://actualidad.rt.com/actualidad/419271-ley-humedales-congreso-argentino-constantes-incendios