EL VALOR EMANCIPADOR DE LA PALABRA

31.08.2024

Estamos complicados, porque estamos atravesados por una época, que si bien no es de ahora, se ha visto enriquecida y empoderada por el tema de las pantallas, de las redes sociales y que tiene que ver con la construcción de una verdad que es absoluta para el poder dominante, para los sectores económicos en donde claramente la mayoría no encaja. 

Por Juan Alberto Rambaldo

Con motivo de haberse cumplido el día de la radio, entrevistamos a nuestro colega y amigo Alejandro Maidana que es una forma de reivindicar a los verdaderos periodistas. Él demuestra con sus actos que la claridad de su pensamiento no es simplemente positiva sino, activa. 


AM

Hace un poco más de tres años nació la Asociación Civil Sacar la Voz, elegimos ese nombre porque consideramos que la palabra es emancipadora y transformadora ya que si no podemos sacar lo que tenemos dentro en palabras no podemos decir aquello que nos sucede y es muy difícil poder abordar los dolores.

Sacar La Voz nace de la necesidad de dejar la ropa de fajina del periodismo, el laburo encapsulado, que para nosotros, nunca lo fue porque nuestro trabajo, es llevar  aquellos relatos que por ahí no trascienden los medios masivos de comunicación, buscamos romper siempre el cerco.

Eso nos llevó a constituirnos como ONG para poder tener esa posibilidad jurídica que nos permite ingresar al trabajo intramuros, al trabajo carcelario que nos convidamos lunes y miércoles, también llevando la comunicación a los barrios.

Escuchar al otro, fortalecer los vínculos

Claramente el sistema incide en romper vínculos haciendo que se vayan construyendo islas, las barriadas populares por un lado, los barrios céntricos por el otro. Aquel que ingresa a una cárcel queda aislado completamente de todo, a pesar de que existan derechos constitucionales que generalmente sabemos cómo funcionan, la Constitución se desempolva cuando hay que dársela por el lomo a aquellos que salen a pelear y a reivindicar la misma que después, es violada en un sinfín de artículos.

Básicamente lo que hacemos son talleres de comunicación, de radio, de redacción, de audiovisuales, cómo comunicar, cómo tratar de hacerle entender a la pibada de los barrios y a aquellos que están no solamente privados de su libertad, sino de un montón de cuestiones, que no deben pedir permiso para poder opinar, para poder hablar, para poder refutar, para poder interpelar.

Eso es lo que venimos haciendo hace más de tres años, los lunes, en el Centro Cultural de la Toma en donde recibimos pibes de distintos lugares de la ciudad, - Alvear, Acindar, Tablada, Vice Gobernador Galvez – los miércoles, en la intersección de Villa Banana y Bella Vista, en la escuela popular Corazón de Barrio en donde recibimos a todos los barrios cercanos también, los jueves, en lo que fue conocido como el Irar, -instituto de menores, el Centro Especializado de Responsabilidad Penal Juvenil- y los martes por la mañana, estamos en la Unidad Penitenciaria N° 3 de adultos.

En los cuatro lugares el trabajo es el mismo, notamos que prácticamente la médula que atraviesan los barrios es la que atraviesan los pibes que están presos, esa juventud que está vulnerada en todos sus derechos. Buscamos fortalecer vínculos como prioridad absoluta y después de a poquito, ir reconstruyendo ese tejido subjetivo que está roto. Si la mayoría pudiera conocer la historia de cada pibe que trabaja con nosotros en los barrios, se va a dar cuenta que para generar primero un juicio de valor, lo ideal sería poder conocer el transitar de las pibas y los pibes.


JAR

A mí me interesa mucho escucharte porque es un paso adelante, casi te diría un salto epistemológico de cuanto es la tarea del periodista, es salir y traer los lugares a donde nadie llega y  de donde nadie obtiene información, quizás ni les interesa. Para todos los que estamos intentando llevar algo diferente a la mayoría de la gente realmente nos llena de emoción.

Me interesa saber qué opinas con respecto a la situación actual de las comunicaciones.


AM

Estamos complicados, porque estamos atravesados por una época, que si bien no es de ahora,  se ha visto enriquecida y empoderada por el tema de las pantallas, de las redes sociales y que tiene que ver con la construcción de una verdad que es absoluta para el poder dominante, para los sectores económicos en donde claramente la mayoría no encaja.

Comunicar en tiempos de redes sociales y en tiempos de "Me Gusta", en tiempo de viralizaciones y visualizaciones nos plantea una discusión cotidiana para todos aquellos que transitamos el medio y con los colegas que compartimos el diario digital Conclusión, que celebramos y saludamos por la libertad que tenemos a la hora de poder expresarnos y de poder trabajar y que tiene que ver con que perseguimos o que vamos a perseguir.

Muchas veces la agenda busca imponerse desde el lado de hacer una nota que sea de impacto y que por lo general no tiene que ver con la realidad de las cosas sino, que tiene que ver con personajes, por ahí de la farándula que tal vez, por su histrionismo, lo que generan es que aquel que ingresa a You Tube o en algún corto de Instagram o de donde fuese, sabe que se va a encontrar con algo que le puede causar risa o sorpresa por las cosas que dice.

Es una batalla nueva y renovada que tiene que ver no solamente con qué comunicar, sino con romper los cercos que los medios dominantes no imponen en su agenda, flaco favor le hacen a este dolor profundo que nos atraviesa, sino que ahora tenemos que debatir qué artículo vamos a escribir, qué programa de televisión vamos a hacer y a quién vamos a entrevistar. Es una lucha interna con uno mismo, un debate siempre en buenos términos, necesario, con editores, con compañeros de trabajo de prensa para preguntarnos en qué lugar va a quedar el periodismo. Yo siempre busqué diferenciar, siempre me costó llamar colegas a quienes son operadores de prensa, que están más ligados a sectores de poder y son difusores del mismo, que los laburantes de prensa que se juegan el pellejo.

La ética no está en debate

Lo nuestro tiene que ver decididamente con la ética que es irrenunciable, no ponemos en discusión que cosa podemos hacer o no hacer. Estamos marcados por la inmediatez de ver si las redes sociales nos reflejan ese impacto. Entre ellos están los denominados influencers, que para que existan deben existir muchos idiotencers para dejarse influenciar.

La comunicación está en crisis porque decididamente nos falta el cuerpo y la palabra. Todo se comunica en forma digital, escrita a través de redes. Volvamos a la palabra y hagámosla circular ya que es lo que nos emancipa, nos transforma y lo que verdaderamente nos hace humanos, el resto, nos transforma en verdaderos autómatas que hacen que nos alejemos decididamente de la esencia humana que nos trasciende y que alteran decididamente las facultades para poder relacionarnos en comunidad.

Se busca el impacto en la noticia metiendo el videíto que se viralizó y al que le dieron 300 me gusta, pero  si a la nota de una vecina, que cuenta que una empresa en Gualeguay, "Soluciones Ambientales" quema residuos peligrosos generando un sinfín de casos de cáncer en la zona no le ponemos un título rutilante para que atraiga, es posible que pase desapercibida. Por eso digo que estamos en una coyuntura difícil desde lo comunicacional y donde nosotros seguimos plantados en esta idea que tiene que ver con conservar la pasta necesaria como periodistas.


JAR

Alejandro, me parece que vos estarías reivindicando a las redes sociales como instrumento válido para la difusión de todo aquello que no sale en medios clásicos de comunicación, evidentemente, las redes sociales parecería ser que están siendo un fenómeno internacional, ahora este uso significa también, que allí adentro hay que luchar por los espacios porque aquellos que queremos llevar una palabra diferente estamos metidos ahí adentro, pero también, los que están incursionando y que están tratando de instalar las estructuras de poder dentro de la mentalidad de la gente.


AM

Totalmente de acuerdo, hoy contamos con un gobierno nacional construido desde las redes sociales con un presidente que consiguió durante más de dos años o tres que lo convocaran en todos los medios por su histrionismo, por su forma de ser, insultando, descalificando y que hoy destina muchísimo dinero a aquellos que se denominan trolls. La plata invertida ahí, los cráneos puestos a disposición de la disputa de sentido en las redes hace que tengamos un combate feroz que se construye con muchas personas que lo único que hacen es replicar o decir, sosteniendo lo mismo que escuchan y hasta haciendo las mismas pausas de algún video que fue viral y que apunta a cierta clase social o a cierto sector.

Claramente las redes sociales son una herramienta también para difundir lo nuestro, una herramienta vital en esta disputa. Por eso no nos quedamos solo con lo que veníamos haciendo, sino que decidimos hace tres años a esta parte salir a comunicar cuerpo a cuerpo, por eso los barrios, por eso las cárceles.

Vamos a debatir con las herramientas que tenemos, que son las del cuerpo a cuerpo, con aquello que uno puede investigar, con las que se puede escudriñar en el dolor que emerge de las barriadas, la matriz es la misma. Después quedará en la conciencia de cada uno que rol seguir ocupando.

Ese espacio vacío que nos deja la profesión lo llenamos con este laburo social que entendemos que es vital y que consideramos que no tiene que ser visto como una cuestión altruista, sino que debe ser un camino que debería ser de todas y todos.

A veces, cuando tenes un posicionamiento político, claramente acorde al pensamiento que uno tiene, algunos te quieren correr con el tema religioso, a esos, los invitamos a participar de estos espacios. Consideramos que es el laburo más cristiano que se puede llegar a hacer. Ese camino crístico hay que hacerlo con el otro, compartiendo con el otro las alegrías, las angustias y no desde la oración rasgándose las vestiduras.

Cuando vemos a los costados en muchas oportunidades nos vemos solos, necesitamos ser cada día más, sobre todo en este contexto en donde se necesita el cobijo, el abrazo, la escucha. Si supiesen lo rápido que los pibes captan el mensaje, se vinculan y se abren para contarte que es lo que los aqueja, que les ha hecho mal y que es lo que necesitan. A veces, no podemos entender cómo el estado no llega con esas herramientas. De esto se sale con más estado, no con un estado inútil, sino con uno al servicio de la mayoría desposeída.

Programa N° 198, emitido el 30/8