LA AGRICULTURA SEGÚN RUDOLF STEINER

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Por Mirtha Susana Rodriguez y Estela Casado
Comenzamos un nuevo año tratando de transmitir, no sé si lo logramos, pero al menos es un intento, el cuidado y consideración que deberíamos tener por la Tierra, como dijimos muchas veces, nuestra casa.
En el 2024 terminamos nuestro ciclo con un reportaje que le hiciéramos a un médico de Santa Rosa, La Pampa, el Dr. Claudio Acosta que nos advertía sobre las consecuencias de agrotóxicos en la salud. Somos conscientes y está probado que el uso de estos agroquímicos son altamente perjudiciales para el ser humano y los reinos vegetal y animal, por eso reivindicamos a los grupos de agroecología que con mucho esfuerzo y palos en la rueda se dedican desde hace años a esta forma de trabajar y sentir la Tierra.
Hoy les traemos la visión de Rudolf Steiner del libro "Curso sobre agricultura biológica dinámica" que es una recopilación de sus enseñanzas impartidas ya en el año 1924. A principios del siglo XX ya había agricultores que notaban la degeneración de la fertilidad de la tierra y de la calidad nutritiva de los alimentos. Cuando le preguntaron qué podían hacer para remediarlo, éste organizó unas conferencias de trabajo -de allí surgen sus libros- y puntualmente al que hacemos referencia, que fuera prologado y traducido en la edición 2012, impresa en los talleres de Editorial Antroposófica Argentina por Juan Martin Richter – Ing. Agrónomo- especialista en cultivos orgánicos y biodinámicos.
Steiner, pensador, filósofo y maestro austríaco fundador de la teoría antroposófica, una filosofía espiritual que integra ciencia-arte y espiritualidad; sostiene que el cuerpo físico está acompañado por un cuerpo espiritual esencial para la vida y la salud.
Como señaláramos en junio de 1924 recorrió Europa dictando el curso, para agricultores que pertenecían a la sociedad antroposófica; y ya en ese entonces -según el comentario del prólogo realizado por Richter-
"Llamó la atención sobre las últimas reminiscencias de la sabiduría campesina y sobre las actitudes que posibilitaron al hombre de campo durante más de un milenio acceder a los estratos sutiles y esenciales de la naturaleza"
"La degradación de las sanas tradiciones ha sido incontenible, e incontenible fue también el correspondiente avance de la ciencia natural que llevó al campo su trasfondo materialista", sin embargo surgieron tres aspectos nuevos:
En primer lugar la experiencia por tres generaciones de agricultores biológicos dinámicos de considerable solidez en la actualidad, en segundo lugar una transformación de la ciencia natural misma que abre el camino para un conocimiento de lo viviente, de lo anímico y de lo espiritual en la naturaleza y con ello la posibilidad de conducir el trabajo con la tierra y sus criaturas hacia un nuevo ordenamiento, en el cual lo natural aparece sobreelevado e integrado en lo humano. Y en tercer lugar el aspecto más reciente: la complementación del trabajo agropecuario propiamente dicho con iniciativas en el ámbito socio-cultural: clínicas, residencias de ancianos, centros pedagógicos y sobre todo centro de pedagogía curativa para niños y adultos incapacitados, se puede insertar en el ámbito rural en una simbiosis con los dos grandes fines del trabajo en el campo: nutrir al hombre y embellecer la tierra"
Según Steiner aspectos claves de la metodología biológica-dinámica son el compostaje, residuos orgánicos, asociación de cultivos, la complementación entre producción vegetal y animal y el uso de los preparados biológicos dinámicos.
Además en esta producción racional el ecosistema se halla menos forzado que en producciones intensivas, lo cual facilita la búsqueda de equilibrios saludables a largo plazo en el que se observa cómo los intereses de la agricultura se entrelazan en todas direcciones con las más amplias esferas de la vida humana y como en realidad apenas hay ámbito alguno de la vida que no pertenezca a la actividad agrícola.
En otra de sus ponencias este filósofo resalta que a pesar de toda la ciencia ligada a este aspecto subsiste cierto instinto que poseían los trabajadores de la tierra en otras épocas. Es así como la intuición proporcionaba en realidad la base de todo lo que tenía que hacer el hombre antes de que existiese una ciencia en el campo correspondiente. Y estos instintos ejercían en ocasiones su influencia de un modo más seguro; incluso hoy día puede uno sorprenderse extraordinariamente leyendo los refranes campesinos en los viejos almanaques agrícolas por lo profundamente sabios y comprensible de sus expresiones.
Hablando desde la antroposofía, no se trata de volver a las antiguas intuiciones, ciertamente, sino en base a un conocimiento más profundo, hallar aquello que los instintos puedan dar cada vez menos porque se han tornado inseguros en la actualidad. Para ello es necesario que nos avengamos a una gran ampliación de miras al considerar la vida vegetal, animal, también la vida de la tierra misma, una ampliación hacia el ámbito cósmico.
En otro párrafo nos refiere que si contemplamos la vida humana y en cierta medida también la animal, hallamos una marcada emancipación de ambas ésta ha tenido lugar en forma casi total para la vida humana en el cosmos; para la vida animal algo menos, pero lo vegetal ciertamente se halla sumido en alto grado en la vida natural toda, incluida la terráquea exterior. Y por ello no habrá comprensión alguna de la vida vegetal, a menos que se considere en qué forma todo lo que está sobre la tierra es en realidad sólo un reflejo de lo que ocurre en la creación.
En el caso del hombre esto no se manifiesta porque se ha emancipado. Ahora porta el ritmo interior dentro de sí; pero en lo vegetal aún se da del modo más eminente. La tierra está rodeada en el espacio celestial por la luna y luego por los otros planetas de nuestro sistema.
Si enfocamos la vida terrestre globalmente, en primer lugar tenemos que considerar que en la misma tiene un papel de lo más importante aquello que Steiner llama la sustancia silícea del mundo. Que se halla por ej. en el cuarzo, comprendido en la forma del prisma y la pirámide, combinada con el oxígeno. Si eliminamos el oxígeno que se halla en él queda el silicio. Pero no debemos olvidar que el silicio se halla distribuido en nuestra corteza terrestre en una proporción del 27 al 28%. Todas las restantes sustancias se hallan en concentraciones menores, salvo el oxígeno que está presente en un 47a 48%. Hallamos entonces cantidades extraordinarias de silicio. Visto así parecería no tener importancia pero en el reino vegetal sí la tiene por ej. la llamada "cola de caballo", científicamente denominada Equisetum arvense, -planta que hemos desarrollado hace unos años en este micro, milenaria y muy importante- tiene un 90% de sílice y saben qué no llama mucho la atención, de que la sílice está casi totalmente excluida en situaciones en las que podría obrar en forma extraordinariamente benéfica. En la medicina surgida de la antroposofía la sílice es un constituyente esencial de gran número de medicamentos.
Pero este mineral tiene una función muy importante en el contexto de toda la naturaleza porque no sólo se halla en la Tierra sino también en la atmósfera en una dosis extraordinariamente sutil.
Si en el planeta tuviéramos sólo la mitad de la sílice actual todas las plantas tendrían formas más o menos piramidales, sus formas serían similares a las cactáceas, los cereales serían de lo más raros, las cañas se engrosarían, se tornarían carnosas en la parte inferior, las espigas estarían atrofiadas y quedarían vacías. Y continúa explicándonos este maestro que todo lo que vive en lo silíceo tiene fuerzas que no vienen de la Tierra sino de los llamados planetas lejanos: Marte, Júpiter, Saturno y que obran sobre la vida vegetal.
Por otro lado hallamos sobre la Tierra la sustancia calcárea y emparentadas con ella el potasio y el sodio, si como en el caso del anterior mineral también estuvieran en proporciones menores que las actuales obtendríamos plantas muy diferentes con tallos helicoidales en su mayoría, trepadoras las flores se desarrollarían pero serían estériles y no suministrarían sustancias nutritivas y en este caso la fuerza de los planetas cercanos como la Luna, Venus y Mercurio obran sobre la vida vegetal y animal por la vía de lo calcáreo.
Obviamente sólo en el equilibrio y en la conjugación de ambas fuerzas en el caso de estas sustancias y sus semejantes se desarrolla la vida vegetal como la vemos.
En el juego de las fuerzas de la naturaleza, las cosas obran de modo tal, que todo aquello que está relacionado con la fuerza interior de reproducción, con el crecimiento, todo aquello que contribuye a que la vida vegetal se suceda generación tras generación, obra en lo que la Luna, Venus y Mercurio proyectan sobre la Tierra por la vía de lo calcáreo.
Hasta aquí sólo un inicio de todo el conocimiento impartido por este pensador en lo que hace específicamente a este tema que realmente impacta y sugerimos investigar, en el próximo audio nos vamos a centrar en algún otro concepto y referirnos a quien realizara la traducción del libro –Richter- porque resultan muy interesantes también las charlas que imparte este especialista en el País y el mundo.
FUENTE:
Libro CURSO SOBRE AGRICULTURA BIOLOGICA DINAMICA – RUDOLF STEINER Principios basados en la ciencia espiritual para el desarrollo de la agricultura. Editorial Antroposófica.
