NO SOMOS POBRES, NOS HACEN POBRES

Por Juan ALberto Rambaldo
Javier Luciano Orellano, es un importante referente desde el punto de vista de la conciencia nacional que, recientemente ha sacado un nuevo libro que se llama "CRONICAS SOBERANAS DE LA PATRIA HERIDA".
En la entrevista que le realicé, nos cuenta su objetivo, siendo lo que más me conmueve, el hecho de formular propuestas, porque no es simplemente cuestión de hablar y de criticar, cosa que hacemos todos, sino también, señalar la solución desde lo nacional, desde la soberanía, pero no solo desde la soberanía en términos económicos, sociales y políticos, sino que creo, que lo que hacen las propuestas, si realmente se profundizan, es generar una soberanía en la conciencia individual de cada persona, porque los hombres, desgraciadamente hemos perdido el concepto de nuestra propia soberanía infiltrándose entonces, "conductas externas", culturales, políticas, educacionales que nos condicionan y nos hacen dependientes.
Creo que retomar el tema de la soberanía, -tema que Luciano ya abordó en el primer libro- es super importante para formar algún tipo de armado, de conjunción de propuestas, no solamente las de Luciano, sino, las de todos aquellos que tengan como eje el desarrollo de un país soberano. Este objetivo debería ser el de todos aquellos que sienten adentro suyo el fervor de cambiar desde la raíz, desde lo más profundo situaciones que vivimos, como la de administrar, adecuar y acomodar para el beneficio de los intereses de aquellos que tienen el control económico, político y social. Debemos adoptar una nueva conducta, generar una nueva conciencia, hacer que nuestros actos sean el principio de acción de una realidad diferente.
Nos han sacado de nuestra conciencia y de nuestra sabiduría, todas aquellas cuestiones históricas como por ejemplo [1] "El camino de Sirga", que la mayoría de la gente no sabe ni lo que es, ni para qué sirve. Es por eso que los grupos dominantes se lo apropian como si fueran territorios propios; esto pasa en las grandes instalaciones de las cerealeras y de los puertos por los cuales se van todas las riquezas de nuestro país ¿Por qué? Porque lo toman para sí, porque nadie sabe "que eso", no es así.
Entrevista a Javier Luciano Orellano

Este es un esfuerzo de miles y miles de horas, es la continuidad del libro "LA ARGENTINA SANGRA POR LAS BARRANCAS DEL RIO PARANA", un material que ha puesto en movimiento o confluido, con este movimiento que se ocupa de la defensa de la pesca, el petróleo, el litio, el comercio, el dragado, la industria naval, de nuestro querido Paraná, entre otros temas.
Es una construcción colectiva, por un lado, está lo que hemos escrito y por el otro, los aportes del Capitán Feliciano Ramos, Julieta Igripino, Enzo Balbuena, el periodista Néstor Picone, y mucha gente más que ha aportado muchísimo a este libro.
El libro además de denunciar, busca formular un programa de "salida", es un libro de propuestas de cómo sería la soberanía integral de la Argentina. También hay un recorrido sobre la historia de YPF y de Vaca Muerta, cabe destacar, que esta es una propuesta manteniendo nuestra soberanía, siempre entendiendo como condición necesaria, conservar nuestras riquezas ya que como siempre decimos: "NO SOMOS POBRES, NOS HACEN POBRES".
Estos pequeños aportes tienen que ver con la revolución cultural que procura que la soberanía vuelva al pueblo descartando que la patria les pertenece a grupos de negocios económicos monopólicos y extranjeros.
Aquí se presentan propuestas de cómo gestionar y administrar, de cómo profundizar y re orientarse para tomar otro camino que es el de la emancipación. En esto seguimos trabajando.
Una cosa que no mencioné de este libro, es que la Patria está herida, está cautiva, la tenemos que recuperar porque el mundo que teníamos antes no existe más, este nuevo mundo está en guerra y ensalza otra guerra por un nuevo reparto que tiene que ver con la integridad territorial. Entonces, frente a este nuevo mundo tenemos un desafío muy grande como es el de mantener nuestra integridad territorial y recuperar todo nuestro patrimonio en todos los sentidos de la palabra.
[1] La sirga es una soga que se utiliza para arrastrar las embarcaciones corrientes arriba, por eso se denomina Camino de Sirga a la zona que tiene que quedar libre para que ese amarre se produzca. Históricamente se llamó "Camino de Sirga" al camino o calle que debían dejar los propietarios ribereños para uso público, con el fin de permitir que un vehículo de tierra, bueyes o tiradores pudiesen acercar un barco o barcaza hasta la orilla del río.
Estos remotos precedentes del derecho nacional fijaban en cuarenta varas la extensión del camino de sirga, apelando al sistema de medidas legado por la España colonial. Cuando Dalmacio Vélez Sársfield redactó el Código Civil determinó la equivalencia de treinta y cinco metros
Programa N° 119, emitido el 24/2
