ROMPECABEZAS

Primera pieza
La serpiente
Ahí estoy rompiéndome la cabeza tratando de esquivar los agujeros negros del silencio. Ensayo algunas palabras, me canso, debo hacer una pausa. Siento que el oxígeno me falta.
Logro zafarme de la serpiente que se enrolla en mi cuello para asfixiarme, la miro a los ojos, la reconozco, es la vieja serpiente del odio encaramada en la cima del poder.
Hace un tiempo atrás la vi circular con exceso de velocidad por las redes, no pudimos detenerla y desparramó sus huevos. Sus crías crecieron, andan sueltas por las calles, ocupan cargos, hablan por la tele, por los grupos de WhatsApp, tuitean.
Segunda pieza
Las dos cabezas
Hace unas semanas atrás vi todo con claridad, es una serpiente con dos cabezas, una nacional y otra provincial. En cada zigzagueo pretende imponernos una nueva normalidad, un cambio de paradigmas en el que los despidos se festejan, se reprime a mansalva a quien protesta, se apalea a los jubilados y hasta a los niños se los gasea. En su versión provincial detiene a docentes que se movilizan en defensa de sus derechos, patean las puertas de sus casas, se los lleva encapuchados y esposados. Encarcela a algunos para disciplinar a muchos y a todos les coloca un grillete en el bolsillo para que no protesten ni vayan a trabajar.
La crueldad avanza, cada día un insulto, un golpe, una patada. Cada noche, una pesadilla, un desvelo, un insomnio.
Tercera Pieza
El estupor
El estupor se mete en mi sangre. Preocupadas en el sobrevivir diario las personas parecen anestesiadas ¿Cómo estarán viviendo estos días aciagos en las escuelas los chicos, las chicas, las familias, las compañeras?
Recordaba nuestros pactos, esos acuerdos mínimos que discutíamos año a año para mejorar la convivencia. Respetar al compañero, escucharnos, argumentar ideas, trabajar en equipo, compartir, ser solidario, cumplir con la palabra empeñada. Colgábamos los afiches a la vista de todos, cuando alguno infringía alguno de estos puntos eran los mismos chicos los encargados de recordárselo.
Era una práctica chiquita pero cotidiana y potente ¿Cómo se construirán esos acuerdos hoy? ¿Con qué autoridad pedir a los chicos que se respeten en momentos en que el insulto es política de estado?
Qué efecto producirán estas políticas del maltrato en la subjetividad de nuestras infancias, cómo explicarles que los compromisos se cumplen, cuando quien nos gobierna desconoce los acuerdos paritarios, las leyes y decretos que amparan los derechos conquistados.
A medida que empeoran las condiciones de trabajo de la docencia, las escuelas se transforman en grandes ollas a presión. ¿Cómo defender en ese marco un resquicio de salud mental desde el que resistir, y a la vez, diseñar intervenciones para que el estupor no nos paralice?
Últimas Piezas
¿Cómo será la imagen que quedará plasmada al terminar de armar el rompecabezas? Difícil saberlo.
Pero lo cierto es que no lo
resolveremos de a uno, ni tampoco pieza por pieza, no podemos perder la visión
del conjunto. Necesitamos detenernos a proyectar qué queremos construir,
reacomodar las piezas, buscar nuevas combinaciones para que la imagen del
modelo terminado no sea la de un tren fantasma que se dirige a lo peor del
pasado.
Betty Jouve, Docente
Fuente: Programa de radio "La Voz del Grillo"
