EL REINO: VIDA Y OBRA DE HONGOS

08.11.2025

Familia de las Cyttarias, investigados en su momento por el naturista Charles Darwin 

Hoy les presentamos un género de hongos que tiene tres variedades conocidas. El término reino está siendo discutido desde la biología evolutiva, pero la palabra es bella y útil, de modo que todo el mundo lo llama así.













                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      .

Por Mirtha Susana Rodríguez y Estela Casado

Estos organismos que no son ni plantas ni animales guardan secretos interesantes, una de las primeras curiosidades a diferencia de las plantas, no fabrican su propia comida, no realizan fotosíntesis, tampoco engullen sus presas o alimentos como lo hacen los animales. Los hongos utilizan una estrategia diferente: se sumergen en el sustrato y digieren por fuera lo que encuentran. Según Merlin Sheldrake "La diferencia entre animales y ellos es sencilla los animales meten la comida en sus cuerpos y los hongos meten sus cuerpos en la comida".

Como no hay dos libros de hongos que sean iguales no hay dos redes de micelios iguales, cada uno se sumerge en un sustrato diferente y de ellos brotan fructificaciones únicas y especiales.

Son procesos vivos, en un mundo que se apresura constantemente ellos nos recuerdan el valor de lo invisible, de lo efímero y de las conexiones profundas que tejen sin que las veamos: dentro del suelo del bosque los organismos fúngicos se extienden formando redes y madejas, ligando raíces y suelos mucho antes de llegar a producir sus cuerpos fructíferos.

En el diario de viaje alrededor del mundo a bordo "del Beagle" (1831-1836) en el bosque de hayas según las palabras de Charles Darwin al referirse a Tierra del Fuego, "los árboles se encuentran en estado de enfermedad evidente. En las rugosidades de sus ramas y troncos se despliega un fenómeno fascinante, numerosas bolas amarillas crecen como gemas en un tapiz verde" tienen el color de la yema de un huevo", detallando de esta manera la riqueza cromática que adornaba el bosque. "Estas esferas varían en tamaño, van desde una bala hasta una pequeña manzana". Es la primera vez que Darwin que todavía era joven y estaba en su segundo viaje alrededor del mundo, observa el fenómeno y como buen naturalista documenta el hecho: "indudablemente se trata de un hongo extraño creciendo en las ramas y troncos de algunos árboles con apariencia de pelota de golf o de coral, estas esferas repletas de pequeños opérculos brotan de los árboles y forman callos con el paso del tiempo".

Envía sus notas juntos con muestras recolectadas al Reverendo Miles Berkeley, un destacado botánico y micólogo inglés, hoy en día reconocido como el padre de la botánica británica.

La autora nos comenta en su libro que aprendió en el otoño de 1991 en la isla Victoria que en el mundo existía un hongo que se llamaba LLAO-LLAO. Pasaron muchos años más hasta que supiera algo más que su nombre. Lo que ella había observado era un callo producido por el hongo Cyttaria harioti; conocido como lla-llao uno de los hongos más comunes del género, llao (en lengua mapuche significa sabroso y que se puede comer fresco) aunque tiene una textura un poco gomosa, también se usa para hacer una bebida fermentada parecida a la chicha.

Hoy en día puede afirmar, casi con seguridad que el hongo del que hablaba Darwin y el que ella vio no eran exactamente de la misma especie, sino parientes, los dos especímenes pertenecen al mismo género de hongos parásitos: Cyttaria.

Probablemente lo que él observo en la bahía enfrente a la Isla de Los Estados se tratara de la especie que ahora lleva su nombre: Cyttaria darwinii; detalle que puede ser un poco injusto porque antes de la llegada del naturalista los habitantes de la Patagonia ya conocían muy bien todos los hongos del lugar y de hecho los consumían. No es casual que el nombre coloquial con el que se lo conoce sea "PAN DE INDIO".

El género de estos hongos tiene una forma globular y textura pegajosa y no pueden subsistir de ninguna otra forma que no sea adheridos a un árbol, en realidad el hongo infecta al árbol y se instala en su interior alimentándose de las soluciones azucaradas de la planta y afectando los conductos por donde circula la savia.

Lo que Darwin observó eran simplemente los cuerpos fructíferos, la parte reproductiva del hongo, el resto reside dentro de su hospedador donde se despliega su red de filamentos encargada de absorber los nutrientes del árbol, una suerte de intestino exterior que conquista la madera.

Para evitar que el hongo bloquee los canales por los que circula su alimento, el árbol forma un callo en su tronco. Quizá producto de los millones de años de relación que llevan nunca mata al árbol, lo debilita sí, pero jamás llega a matar a su resignado hospedador y una vez por año emergen las esferas amarillas donde se producen y se liberan las esporas, que viajan, si tienen suerte hasta alcanzar otro árbol.

En otro fragmento de su diario Darwin describe que el hongo pertenece a un género nuevo y curioso. Además del que encontró en Tierra del Fuego, hizo otro hallazgo de un ejemplar con características similares y algunas diferencias creciendo en un haya en Chile y su amigo Joseph Dalton Hooker, que también daba vueltas alrededor del mundo le informó de una tercera especie que crecía en un árbol en la tierra que hoy es la Isla de Tasmania.

Ya son tres especies emparentadas en una singular relación entre los hongos parásitos y los árboles en los que crecen en partes distintas del mundo.

En tiempos geológicos de antaño estas regiones estaban conectadas con el super continente Gondwana, que es un recordatorio tangible de un pasado compartido y como piezas de un rompe cabezas evolutivo la relación que comenzó hace 150.000.000 millones de años tejió una red ancestral entre árboles y hongos y a medida que el antiguo continente se fue fragmentando el flujo de genes se hizo más difícil y cada hongo tomó su propio camino que dio forma a la vida en la tierra.

Unicamente infectan árboles del género Hothofagus como Lengas, coihues y Ñires el género proviene del latín y significa falsa haya o sea que estas tres nombradas son falsas hayas ya que las verdaderas serían las europeas del género Fagus.

Fuente: 

El reino vida y obra de hongos y humanos – Eugenia López – Bióloga