LA CIENCIA DEL CORAZON

Por Estela Casado y Mirtha Susana Rodríguez

Puede ser que hoy la ciencia esté comenzando a reconocer esto y a entender lo que significa el potencial que puede existir. Podemos hablar que el corazón posee inteligencia emocional muy rápida de alta velocidad y de naturaleza muy intuitiva que nos da una guía de orientación necesaria para tomar decisiones y cuando la mente coopera, el corazón responde.

Un Instituto de investigación ligado a la Universidad de Standford en California ha descubierto que cuando una mujer queda embarazada y concibe un bebe, el corazón humano empieza a latir antes de que se forme el cerebro y mucho antes que se forme el ser completo….La pregunta aquí es….¿de dónde vienen estos latidos? ¿Qué los provoca? ¿Quién? ¿de dónde proviene la inteligencia para iniciar y regular los latidos de este órgano en el ser que apenas comienza a formarse?. Bien…. descubrieron que el corazón tiene su propio cerebro, con células y todo lo que forma un cerebro, más pequeño, son 40.000 células, pero es todo lo que él corazón necesita. Hoy se sabe que es inteligente y además que produce un campo de energía electromagnética (alrededor de 3 mts. de diámetro) mucho más poderoso que cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, incluyendo nuestro propio cerebro dentro del cráneo.

Tiene su eje en el centro del mismo, de forma elíptica. Las matemáticas del corazón son una ciencia real como las de la mente, son exactas, no cometen errores. En el corazón 1+1 también es 2, pero en el corazón todos somos uno y uno somos todos, cada uno de nosotros existimos en todo lo demás que forma parte de este mundo y todo ello existe en nosotros, la separación no es parte de las matemáticas del corazón.

Tanto es así que el mal que vemos en los demás es solamente parte del mal que llevamos, porque la vida en nuestro entorno es solamente un reflejo de nuestro interior, si estamos ciegos y sordos, insensibles y dormidos es solamente porque nos dejamos llevar por la lógica de la mente que es una paradoja en la justicia del mundo, pues no somos capaces de comprender el todo al vivir enfocados sólo en las pequeñas partes.

En las matemáticas del corazón, no hay lugar para las ecuaciones del divisionismo, pues al hablar el mismo lenguaje, vemos a todos los seres humanos como nuestros hermanos y al planeta tierra como nuestra única casa; los idiomas, territorios, fronteras, las costumbres, el mar, los ríos, las ciudades no nos dividen porque somos parte de una sola humanidad y hermanos en un mismo hogar.

Seguir estos reglas es la respuesta a la vida, ignorarlas es el camino a la muerte, ellas nos permiten comunicarnos desde este espacio sagrado, mientras la ciencia de la mente es comunicarnos con el lenguaje del cerebro y con miles de idiomas, lenguas en el que hemos vivido por milenios, cuando caímos presos del divisionismo, de fronteras inexistentes e inventadas por nosotros para formar países como premio de los conquistadores y que nos han mantenido en el letargo de indiferencia, olvido e hipnotismo, y fundamentalmente alejados de nuestro ser, es hora de despertar y comenzar el viaje de este estado inerte al amor de la unidad.

"Es hora de comenzar a sentir con la cabeza y a pensar con el corazón. Despertar a un estado de conciencia en el que podemos seguir existiendo, creando pero respetando al mundo entero."

El lenguaje que habla el Universo no es el del pensamiento, es el del corazón, del sentimiento.

Esto no viene a invalidar el pensamiento que tiene su lugar sagrado en el proceso de la creación, es el arquitecto que dibuja los planos, el diseñador que concibe la visión, pero la revelación es que sólo crea el mapa, no construye el territorio. El corazón que late incansablemente en nuestro pecho es el Ingeniero que toma esos planos mentales y les da vida en el campo cuántico de posibilidades infinitas. Un campo de energía viviente que conecta todas las cosas.

Los antiguos místicos le han recordado a nuestro corazón y los modernos experimentos le han demostrado a nuestra mente que la fuerza más poderosa del Universo vive dentro de nosotros y ÉSTE ES EL GRAN SECRETO DE LA CREACIÓN.