Litio - Segunda Parte

30.04.2024
Foto: Alexander Schimmeck
Foto: Alexander Schimmeck

Continuando con este tema, el problema con el litio es que no lo ves. Y sin embargo está ahí movilizando millones de dólares, euros y yenes. Y mientras hace eso va poniendo a pueblos ancestrales en pie de guerra en pleno siglo XXI. Al mismo tiempo, ratonea a gobernantes de Sudamérica con la posibilidad de explotar un recurso que podría vigorizar sus economías nacionales o los negocios de sus socios, y quizás, cambiar el lugar de nuestros países en el mapa de poder.

Hay científicos y organizaciones sociales que ya advierten que esta transformación nos puede llevar a un desastre ambiental y social.

Igual que el oro y la plata, el litio agita sueños de riqueza y prosperidad. Como es el más liviano de los metales hace más de medio siglo que se lo extrae y procesa para la construcción de aviones, naves espaciales y submarinas. El verdadero potencial de este mineral que hasta hace poco se extraía del desierto sin mucha pompa se destapó en el siglo XXI, hoy llevas litio en tu celular, notebook y es un elemento clave para la transformación de la matriz energética que ya está en marcha en el mundo porque se usa en las baterías que almacenan la energía de paneles solares y molinos eólicos.

Pero la principal apuesta está en otro mercado; uno gigante: con el litio que se extrae de los salares sudamericanos se están haciendo las baterías de los autos eléctricos, que se espera que a mediados de siglo reemplacen a los vehículos movilizados con combustibles fósiles.

Y si al litio no lo ves, no es solo porque no haya lingotes o monedas. No lo ves porque, a diferencia del oro, la plata o el cobre que se extraen fundamentalmente en las montañas, el litio se extrae en extrañas plantas futuristas perdidas en el desierto, muy lejos del ojo público. La principal fuente de litio del mundo está en la salmuera depositada bajo la superficie de los grandes salares sudamericanos.

En medio de paisajes abrumadoramente planos y lejanos por donde nadie pasa o donde están siendo desplazadas o asimiladas las comunidades indígenas que viven allí en silencio hace incontables generaciones. Allí las empresas no pican piedras ni dinamitan. No, el litio se extrae absorbiendo miles de millones de litros de agua subterránea que luego se evapora al sol en gigantescos piletones, dejando a disposición los minerales que venían en la corriente, de ahí se separa a partir de otros procesos industriales.

Las pocas plantas que existen en los desiertos de Argentina, Chile y Bolivia (el famoso triángulo, -tres países que concentran entre el 70 y el 80%- de las reservas mundiales), ya han empezado a provocar cambios drásticos en los ecosistemas y las comunidades.

Y gracias a la lucha precisamente de las comunidades aborígenes y el colectivo de ambientalistas es que de vez en cuando ocurren buenas noticias, como esta que les relatamos.

El 7 de marzo por la mañana hubo una noticia que ocupó la tapa de los principales diarios locales catamarqueños y en pocas horas llegó a la tapa de los portales nacionales. El título, amarillista, como suelen hacer los medios hegemónicos, generó un impacto enorme: 

"La Corte de Justicia suspende la minería de litio"

Para un gobierno como el catamarqueño, que se promociona y proyecta con eje, centro y esencia, en torno al boom de la minería de litio (más correctamente llamada ("megaminería de agua"), el shock fue total.

Rápidamente las radios, medios televisivos, y redes sociales, se poblaron de abogados, especialistas y políticos intentando explicar algo a primeras luces inexplicable. Hubo sorpresa, desconcierto, dudas, desinformación a granel. ¿Se frena la actividad en la provincia minera? ¿Se cae el multimillonario negocio del litio? ¿La Corte le da un durísimo golpe al gobernador Raúl Jalil por una interna de poder? ¿Cómo pasa esto de un día para otro?

Como suele suceder con los booms mediáticos, pasado el frenesí y el delirio, hay que hacer un poco de historia para comprender lo sucedido. El amparo ambiental de este fallo de la Corte de Justicia de Catamarca (expediente Nº054/2022, caratulado "Guitián, Román c/ Poder Ejecutivo Nacional y Otros), comienza en el 2019 y tiene centralmente dos protagonistas: la Comunidad Indígena Atacameños del Altiplano y el vital y majestuoso río Los Patos.

Guitián, Román – Cacique de la comunidad Atacameña de Antofagasta-

Fue en agosto de 2019, cuando vecinos de Antofagasta de la Sierra se pusieron en alerta en una confusa reunión vecinal convocada por la Intendencia, donde se les comunicó la intención de la empresa minera Livent que en 2023 se fusionó con la multinacional Allkem, creando la tercera letífera más grande del mundo, que ahora opera en Catamarca bajo el nombre de Arcadium).

Estamos resumiendo esta noticia porque el recorrido para llegar al fallo del 13 de marzo pasado fue arduo, se obtiene la resolución de la Corte y se hace parcialmente lugar a las medidas cautelares. Como explica el abogado Santiago Kosicki, acompañado por el equipo legal de la Asamblea Pucara: "La Corte de Justicia de Catamarca dicta sentencia contra el gobierno provincial y le exige corregir las autorizaciones otorgadas a las empresas mineras por extracción de litio en el Salar del Hombre Muerto en Antofagasta de la Sierra".

La Corte ordena la realización de un informe de impacto ambiental que tenga dos características fundamentales (que los anteriores no tuvieron): que sea acumulativo e integral sobre todo el Salar y, en particular, sobre el río Los Patos. Y, segundo, que contemple la afectación total de las compañías que han solicitado autorización para el uso y extracción de agua, y su potencialidad de transformar el medio ambiente en una misma área geográfica.

Se debe saber cuánto afectarán todas las extracciones de agua de todas las compañías al mismo tiempo. Esta será una diferencia enorme en los balances y el resultado podrá darle, por primera vez al pueblo de Antofagasta y a la Comunidad Indígena, una idea del tamaño y las consecuencias socio-ambientales de la actividad minera en sus territorios.

Lo que el fallo pone sobre la mesa es la verdad que vienen pregonando desde hace cinco años las comunidades indígenas y las asambleas. Lo mismo que vienen señalando, comunicando, difundiendo, investigando y denunciando miles de afectados a lo largo de todo el país por el modelo de megaminería. Un modelo impune, que viola toda norma, procedimiento o ley que protege a los ciudadanos.

FUENTE: Libro "Crónicas del Litio" de Ernesto Picco y Noticia de Agencia Tierra Viva (Portal de Noticias)