Mara y José María

30.04.2024

Vamos a referirnos a dos proyectos mineros radicados en las provincias de San Juan y Catamarca. Conocemos de los temblores y terremotos en San Juan, también de las grandes crecidas de ríos en Catamarca.

Las experiencias —antiguas y recientes— con estas catástrofes naturales están ancladas en las memorias colectivas de estas provincias. Pero no se trata sólo de recuerdos: son alertas.

Pese a las experiencias históricas y a las advertencias de especialistas, sordamente y con el aval de los gobiernos, los proyectos megamineros MARA (Catamarca) y Josemaría (San Juan) avanzan en territorios donde los aludes y los terremotos son más que riesgos potenciales.

Así, en la cordillera sanjuanina, la canadiense Lundin Mining Corp proyecta construir un dique de cola sobre una fractura geológica en una zona de peligrosidad sísmica extrema y en el oeste catamarqueño, la corporación suiza Glencore remueve el suelo y planea abrir una mina a cielo abierto en la naciente del río Andalgalá, que desemboca en el pueblo.

Por estos riesgos y la afectación inminente de ríos y glaciares, la Asamblea "El Algarrobo" califica como "inviable" al proyecto MARA y la Asamblea Jáchal No se Toca sentencia como "una locura" a Josemaría. Pese a las denuncias y reclamos constantes, los gobiernos nacional y provinciales fingen sordera, mientras el Poder Judicial mira para otro lado. Con este poder cómplice, las trasnacionales mineras avanzan conscientes de los efectos que implican ambos proyectos para la biodiversidad y las poblaciones.

El proyecto MARA (Minera Agua Rica-Alumbrera) pretende abrir un pozo de grandes dimensiones (open pit) en la cuenca del río Minas, uno de los tres principales afluentes del río Andalgalá.

Por eso, el doctor en Ciencias Geológicas y montañista Aldo Banchig explica que uno de los factores de mayor incidencia y peligrosidad del proyecto minero es que, en este caso, el desarrollo urbano de la ciudad de Andalgalá se inicia en la misma desembocadura del río. "Es una zona potencialmente receptora de todos los eventos de deslizamientos y flujos gravitacionales masivos que se pudieran producir", advierte.

Estas condiciones naturales pueden, a su vez, incrementarse debido a la acción humana. Así, lo advierte señalando que la utilización de explosivos para voladuras podría determinar el aumento sustancial de la sismicidad y su función como disparador de otros procesos como derrumbes o aludes.

Para el geólogo, las condiciones del terreno —intensa fracturación, inestabilidad del material y abruptas pendientes—, sumadas a condiciones climáticas —como las copiosas lluvias de la época estival— o a la actividad sísmica de la región no pueden subestimarse.

"Es necesario plantear las situaciones potenciales de riesgos geológicos y de impactos ambientales que revisten el carácter de irreversibles una vez que se han desencadenado", alerta, mientras el proyecto avanza.

En un escenario de recrudecimiento de la dictadura minera —como nombran las comunidades este entramado de empresas multinacionales, gobiernos y Poder Judicial,— los pueblos saben que no hay otra salida que la resistencia en las calles. Y allí están...