POLINIZACION

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NUEVAS INVESTIGACIONES
Por Mirtha Susana Rodríguez y Estela Casado
Abordamos en esta instancia el tema polinización y nuevas investigaciones al respecto, comenzamos con un estudio reciente que sugiere que las plantas aumentan la producción de néctar al detectar el zumbido de las abejas polinizadoras. Durante décadas, la investigación en polinización se ha centrado en el color y el aroma de las flores como herramientas clave para atraer insectos, sin embargo, una nueva línea de estudio sugiere que existe un tercer canal de comunicación: el sonido.
Un equipo internacional de expertos ha descubierto que algunas flores son capaces de detectar el zumbido de ciertos polinizadores y reaccionar aumentando tanto la cantidad como la concentración de azúcar en su néctar.
La investigación, liderada por la profesora Francesca Barbero de la Universidad de Turín, involucra una colaboración entre entomólogos, fisiólogos vegetales e ingenieros acústicos de España y Australia. Su enfoque se basa en grabar los sonidos reales de los polinizadores y reproducirlos cerca de las flores, evitando interferencias físicas directas.
El objetivo: entender cómo estos zumbidos característicos afectan la biología vegetal, incluyendo la expresión genética relacionada con el transporte de azúcares y la producción de néctar.
Uno de los casos más reveladores fue el relacionado con la flor boca de dragón y la llamada abeja roja de los caracoles, al reproducir el zumbido de esta especie cerca de la flor la planta respondió incrementando el volumen y la dulzura del néctar.
Las flores parecen usar el sonido para reconocer y seleccionar polinizadores eficaces. Si una planta puede distinguir a una abeja útil de otro insecto menos beneficioso por su señal acústica, puede adaptar su comportamiento para atraerla más tiempo y asegurar la transferencia de polen.

Este tipo de coevolución
vibroacústica representa un cambio de paradigma en el estudio de las relaciones
entre especies.
La gran incógnita que ahora se plantea es si las plantas pueden, además de escuchar, emitir sonidos intencionados para atraer polinizadores. Aunque esta hipótesis aún está en fase exploratoria.
No todos los visitantes de una flor son bienvenidos. Algunos insectos, conocidos como ladrones de néctar, extraen el néctar sin polinizar. Se trata de establecer ahora si las flores diferencian sólo por el sonido entre los verdaderos polinizadores y los ladrones.
Esto tendría grandes implicaciones para optimizar la energía que invierten las plantas en producir néctar, evitando desperdicio en visitantes que no ofrecen ningún beneficio reproductivo.
En un mundo cada vez más
amenazado por el cambio climático, la pérdida de hábitat y el uso de materiales
tóxicos, tecnologías que imitan los mecanismos naturales —como esta capacidad
de "escuchar" y responder a los sonidos de polinizadores— ofrecen caminos prometedores
para restaurar el equilibrio entre la naturaleza y la actividad humana.

El segundo tema trata de otra investigación que ha descubierto que la magia de la polinización también ocurre por la noche, en el 90% de los casos analizados, los polinizadores nocturnos como por ej. las polillas, son tan importantes como las abejas y otros diurnos .
La transición diaria entre luz y oscuridad, conocida como el ciclo diel, define gran parte de la dinámica ambiental y ecológica de los ecosistemas terrestres. Esta oscilación rítmica afecta funciones clave como la polinización, fundamental para la reproducción de plantas silvestres y cultivos agrícolas. Sin embargo, la investigación ecológica ha mostrado un sesgo diurno persistente, ignorando a menudo los procesos ecológicos nocturnos.
Un Metaanálisis
global revela que 9 de cada 10 plantas reciben igual polinización de día y de
noche. Flores blancas y fragantes se benefician más de la polinización
nocturna. Flores sin olor, color naranja o púrpura, apertura diurna:
obtienen mayor beneficio durante el día. La Presencia de olor es clave
en entornos con baja luminosidad, donde señales visuales son menos efectivas.
Uno de los factores decisivos tiene que ver con la altitud. Se comprobó que cuando es menor entre (500–1500 m s.n.m.), la polinización nocturna resultó más exitosa. En contraste, en elevaciones superiores a los 2750 m, predominó la diurna, posiblemente debido a condiciones nocturnas más severas y escasez de fecundadores activos de noche.
Resulta entonces que los polinizadores nocturnos son un potencial ecológico subestimado. Destacamos que el 87% de los casos estudiados se centró en plantas no cultivadas.
En cuanto a la agricultura resultó sorprendente que algunos cultivos atribuidos a abejas mostraron beneficios similares en polinización nocturna con lo cual revela que estos agentes no han sido reconocidos debidamente.
Este análisis nos muestra también, en la literatura existente, varias limitaciones metodológicas, como por ej. la falta de datos sobre fases lunares.
La polinización nocturna representa una infraestructura ecológica silenciosa pero esencial, cuya integración en planes de sostenibilidad agrícola y conservación de la biodiversidad puede contribuir a una transición más justa y efectiva hacia un modelo de desarrollo respetuoso con los límites del planeta.
Replantearla como un proceso continuo, más allá de la luz solar, exige un cambio de paradigma en la investigación. Incluir a los polinizadores nocturnos es una cuestión no solo de ciencia, sino de justicia ecológica y sostenibilidad real.
Realmente resulta apasionante como las diferentes especies de la naturaleza interactúan con una comunicación sorprendente, los únicos arquetipos fuera de lugar en esta magia evidentemente somos los seres humanos…….para pensar no?
