SUTILEZAS DE LA CURACION NATURAL DE SANTA HILDEGARDA

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¿Sabías qué Santa Hildegarda de Bingen recibía visiones místicas desde muy pequeña?
Por Estela Casado y Mirtha Susana Rodríguez
Hoy vamos a referirles los consejos de una abadesa del monasterio benedictino Disigodo de Alemania, que vivió en el siglo XII, – en plena oscuridad de la Edad Media- nos referimos a Santa Hildegarda de Bingen. Recibía visiones místicas desde muy pequeña. Por ello en el 1147 el Papa Eugenio III la autorizó a escribirlas y hablar en público.
Era conocida como la sibila del Rin
Declarada por el Papa Benedicto XVI el 7/10/2012 como Cuarta Dra. de la Iglesia. Fue mucho más que una simple abadesa, sus conocimientos sobre naturaleza, medicina, poesía, música y arte hicieron que fuera respetada por hombres muy poderosos que reconocían su autoridad espiritual. Ella decía que no era mérito propio porque Dios le expresaba lo que quería manifestar.
Su obra insiste en el equilibrio, la moderación y la templanza para la vida y la felicidad y a finales del siglo XX y principios del actual se ha multiplicado el interés por su persona y legado, después de tantos siglos de olvido invita a sospechar causas profundas y trascendentes.
Con relación a la salud sus libros son:
"Causas y remedios de las enfermedades"(Causae et curae)
"Libro de los remedios naturales" (Physica).
Una obra inmensa, no escribía para mostrar erudición lo hacía porque quería tocar corazones, curar cuerpos, alegrar almas y lo logró. Hoy más de 800 años después sigue inspirando a personas en todo el mundo. médicos, religiosos, terapeutas, artistas y no es casualidad, en tiempos de tanto ruido, excesos y enfermedades modernas el mensaje de Hildegarda brilla como un faro:
"Vuelve a la naturaleza, escucha a tu cuerpo, alimenta tu alma, reconéctate con el Creador"
Manifestaba que en una planta que ha de nacer no sólo influye la calidad de la semilla y la naturaleza del suelo, sino la fase de la luna, la humedad relativa del aire, la temperatura y el rocío. Lo mismo pasa con la naturaleza humana cuyas características quedarán condicionadas en el instante de la concepción. Para ella menta, romero, lavanda, manzana, castaña, salvia y diente de león no son solo plantas ni ingredientes para tés o condimentos, son pequeñas criaturas con alma, misiones curativas, con una sabiduría que puede tocar nuestro cuerpo y espíritu.
Grandes aliados del ser humano
En el segundo libro que mencionamos describe más de 200 plantas, frutas, cereales, piedras, metales y animales. Revelaba lo que sentía al observar cada elemento de la naturaleza, la energía, la fuerza vital y los efectos en el cuerpo y el alma.
El cereal preferido era la espelta que actualmente está recuperándose, decía que era el mejor para la salud humana, ligero, nutritivo, mejoraba el ánimo, rico en fibras y vitaminas; hoy la ciencia reconoce sus cualidades. Otro alimento muy querido era el hinojo que traía alegría, buen humor, belleza en el cuerpo y la piel, mejoraba la digestión y el aroma corporal; recomendaba la castaña que ayudaba a recuperar fuerza a los débiles, amaba la lavanda que decía purificaba el espíritu, aclaraba la mente y calmaba dolores de hígado y pulmones; también sabemos que sus tés son calmantes y antidepresivos.
Observando los ríos sabía que aguas eran mejores al igual que conocía el temperamento de las plantas, unas calientes, otras frías, unas secas y otras húmedas. Para momentos de cólera indicaba un polvo de rosa y salvia que producían alegría y calma. Para ella la naturaleza era un gran libro escrito por Dios que enseña, cura y consuela pero no puede leerse con prisa….. hay que observar, tocar, oler y probar, solo así se rebela la sabiduría se conquista de a poco en convivencia con ella, en silencio, en la escucha interior.
Una de sus enseñanzas fue la VIRIDITAS, una palabra que designa la fuerza o principio activo, que da vida y energía a los animales y plantas y obviamente al ser humano. Decía que
"cuando el hombre se salta el temor y amor a Dios con su desobediencia, todos los elementos y estaciones se saltan sus propias normas, cuando las malas acciones transgreden la justicia, el sol y la luna se agravan y obnubilan y por ese comportamiento producen tempestades, lluvias y sequías."
Del mismo modo sucede con el ser humano, cuando se excede en comida y bebida, se producen en él tempestades de malos humores. Por eso insistía en que necesitamos alimentarnos bien, rodearnos de la belleza de la creación, respirar aire puro, ver el verde de las plantas, sentir los aromas de las flores, la oración, escuchar música sagrada.
Hoy en un mundo tan acelerado, lleno de remedios listos, de soluciones inmediatas, redescubrir la mirada de Hildegarda es como volver a casa, es recordar que la cura comienza en la alimentación, en los olores y sabores que nos rodean, es darnos cuenta que no necesitamos fórmulas complicadas sino una relación más amorosa con la creación.
Esta perspectiva integradora que une ciencia, espiritualidad y ecología, es lo que hace que su obra sea tan actual y fascinante.
OBRAS MAS FAMOSAS
SCIVIAS: SIGNIFICA CONOCER LOS CAMINOS
LIVER VITAE MERITORUM: LIBRO DE LOS MERITOS DE LA VIDA
LIVER DIVINORUM O PERUM: LIBRO DE LAS OBRAS DIVINAS

ALGUNAS RECETAS RECOMENDADAS
Panecillos de la alegría
"Es más que un alimento es una oración que se mastica con dulzura, ya que ciertas especias tienen el poder de tocar el corazón, purificar la sangre de emociones tóxicas y restaurar el buen humor interior, destacándose tres: nuez moscada, canela y clavo de olor, aromas que hablan al alma"
Ingredientes:
-100 gr. de harina de espelta o harina integral
-1 cucharada de miel pura
-1 pizca generosa de canela en polvo
-1 pizca de nuez moscada recién rallada
-2 clavos de olor molidos o machacados con mortero
-1 cucharada de aceite de coco o manteca
-agua o leche vegetal, cantidad necesaria para unir la masa
Preparación:
Unir los ingredientes secos en un bol, sentir aromas, rezar mientras los incorporamos, luego añadir miel y aceite de coco mezclar hasta formar masa suave, si queda seca añadir agua a leche de almendras por ej.. Formar bolitas pequeñas, aplastar suavemente y colocar en una bandeja enmantecada, hornear a temperatura baja (160°) durante 12 a 15 minutos, que queden apenas doradas y suaves por dentro.
Consumir preferentemente tibias

Manzana de la alegría
Si era bien madura mejor, aquella que pensamos en descartar, recomendaba para cansancio, desánimo o estómago débil, ya que hay días en que el cuerpo pesa y el alma repliega, parece que algo nos falta por dentro.
El simbolismo es claro lo que parece haber perdido su brillo aún puede ser fuente de vida. Hildegarda entendía los alimentos como instrumentos espirituales y sabía que al igual que la fruta el ser humano puede renacer con el toque del calor de la dulzura y de la oración.
Ingredientes:
1 manzana
1cucharadita de miel
1 pizca de canela
2 pizcas de nuez moscada rallada
2 clavos de olor
1 taza de agua
Preparación:
Colocar el agua en una cacerola, la manzana cortada a la mitad o en cuartos con o sin piel, las especias y la miel, hervir a fuego lento por 15 minutos hasta que la manzana esté tierna y el aroma invada, retirar del fuego, tomar la infusión y comer la manzana tibia. Es como encender la vela en el altar propio del cuerpo.

FUENTES:
LIBRO DE LAS CAUSAS Y REMEDIOS DE LAS ENFERMEDADES – SANTA HILDEGARDA DE BINGEN – de José María Puyol y Pablo Kurt Rettschlag contra los excesos de la vida moderna, contra la prisa, el estrés y el alejamiento de lo natural.
LAS SUTILEZAS DE LA CURACION INTEGRAL CON SANTA HILDEGARDA
https://www.youtube.com/watch?v=R7D_fEGPlAU
En este video a partir del minuto 28:40" podrán apreciar el texo que hemos destacado aquí:
Ella propone una vida en la que la simplicidad, la moderación y el respeto por la creación sean principios básicos. Para ella, solo así es posible preservar la salud, la alegría y la fuerza para vivir. Esta perspectiva integradora que une ciencia, espiritualidad y ecología, es lo que hace que la obra de Ildegarda sea tan actual y fascinante.
En tiempos en que buscamos respuestas para enfermedades que parecen crecer cada día y en que la crisis ambiental nos amenaza, su enseñanza nos invita a volver a lo esencial. Mirar hacia adentro, reconocer la importancia del equilibrio entre el cuerpo y el alma y respetar la sabiduría que viene de la tierra y del cosmos.
Para cerrar este tema, podemos reflexionar sobre la invitación que Santa Hegarda nos hace, que abramos los ojos a las sutilezas de la naturaleza, a las señales de nuestro cuerpo, a los mensajes de nuestro espíritu, que encontremos en la simplicidad de los alimentos, en el silencio de la contemplación y en la fuerza de la oración, los caminos para una vida más plena y saludable. El camino de la curación es continuo y comienza cuando elegimos vivir en armonía con Dios.