Incendios en Chile: monocultivos forestales e industria inmobiliaria

Por los incendios en Chile más de 130 personas murieron, cientos desaparecieron, 15.000 casas resultaron dañadas y más de 26.000 hectáreas quedaron destruidas. Esas son algunas de las cifras de la tragedia en la región de Valparaíso. Entre las razones: el monocultivo forestal, que ha sido política gubernamental durante décadas, negocios inmobiliarios y complicidad política y judicial.
"Los forestales están quemando Chile" es el título de un comunicado de varias organizaciones sociales y ecologistas, que señala la causa de la grave situación que vive este país: 130 muertos, cientos de desaparecidos y 26.000 hectáreas de territorio destruido. Firmada por la Red por la Superación del Modelo Forestal, Chile Sin Ecocidio, ONG We Kimün, Entramas por el Bio-Bio, Fundación Tanti y el Colectivo Viento Sur, entre otras, han señalado intereses económicos detrás de los incendios en Chile y complicidades políticas y judiciales.
Transcripción de parte del comunicado de la organización
A un año de las tormentas de fuego que devastaron amplias zonas entre las regiones de Maule y Araucanía, volvemos a vivir el drama de ver a miles de familias perderlo todo, a personas perecer entre las llamas, y a ecosistemas completos ser destruidos por el fuego.
Cada vez más frecuentes, las tormentas de fuego o incendios forestales extremos han arrasado más de un millón de hectáreas de territorio chileno rural y urbano. La evidencia disponible y la experiencia de las comunidades afectadas indican que estos incendios en Chile no son accidentales sino producto del modelo forestal imperante desde el nefasto Decreto 701, facilitados además por el aumento de la superficie de monocultivo forestal, el cambio climático, la negligencia y complicidad del Estado, y las conductas criminales de individuos y de intereses empresariales.
Hace un año una oleada de solidaridad social se movilizó en apoyo de las víctimas de los incendios en Chile, y durante todo el año articulaciones como la Red por la Superación del Modelo Forestal impulsaron iniciativas para analizar las causas e impactos de los incendios y elaborar propuestas para superar el extractivismo como el Decreto de Restauración Forestal Ecológica. Hoy junto a miles de personas y organizaciones de cordillera a mar nos ponemos una vez más a disposición para solidarizarnos con los territorios y comunidades afectadas por la catástrofe.
Y, con todo, la solidaridad no basta.
Al recorrer los territorios donde impera el estado forestal de los grandes grupos económicos, observamos cómo las nuevas plantas de pino y eucalipto (especies que se benefician del fuego) han sido plantadas en los mismos lugares que antes, sin cambios sustantivos en la forma de monocultivo, sin respeto alguno por quienes ya han sufrido el fuego.
Mientras las grandes empresas forestales lavan su imagen de industria peligrosa con certificaciones verdes, publicidad, regalos a comunidades necesitadas y lobby político, la zona Centro-Sur de Chile, punto crítico mundial de biodiversidad, es incendiada. Es el fracaso del Estado.
Solo gracias a la denuncia social y la visibilización de la catástrofe causada por los incendios en Chile, la clase política le ha asignado algo más de atención a la prevención y combate de este flagelo. Luego de años de espera se está discutiendo una ley que considere una mínima regulación para la interfaz urbano-rural. Valoramos ese paso, pero llega tarde, y es insuficiente para prevenir la repetición de las catástrofes y reparar los daños causados.
No se puede tapar el sol con un dedo. Hace dos semanas el Tribunal Local por los Derechos de la Naturaleza sesionando en la Región del Biobío reconoció que el Estado y las grandes empresas forestales eran corresponsables de los incendios forestales recientes, y que estos constituían un verdadero ecocidio que afectaba las bases de la existencia de comunidades humanas y ecosistemas.
No basta con gastar millones de dólares en aviones, maquinaria y personal de combate de incendios, si no se toman medidas para poner fin al extractivismo forestal y al abuso empresarial que genera estos incendios en Chile. Ahora quieren que normalicemos el riesgo y asumamos los costos de prevenir y mitigar. El pueblo pone los muertos, ¿pero quién se beneficia de los incendios, quien cobra los seguros y aprovecha el cambio de uso de suelo?
Invitamos a la sociedad civil y las organizaciones sociales a impulsar con más fuerza la solidaridad inmediata y la resolución de las causas de fondo de los incendios en Chile que resultan en verdaderas catástrofes. Llamamos a buscar de forma proactiva la justicia ambiental, a educar a la sociedad en las causas y consecuencias de los incendios, y a ejercer su poder soberano en el gobierno del territorio y la elaboración de políticas públicas y normativas que superen el modelo forestal extractivista.
En muchas zonas ya se organizan grupos de vecinos y vecinas por lograr justicia ambiental y reparación de los daños causados por los incendios en Chile. Agrupaciones ambientalistas y familias promueven con más fuerza la recuperación con especies nativas y técnicas tradicionales y ecológicas. Comunidades mapuche luchan por recuperar su territorio y habitarlo en base a su cultura ancestral. Campesinas y campesinos fomentan cultivos agroecológicos y comercio justo. Vecinos y vecinas de zonas urbanas rodeadas por las forestales toman conciencia del riesgo en que viven.
Por nuestra parte, demandamos que de forma inmediata para frenar estos incendios en Chile:
- Que las grandes forestales aporten sus utilidades para cubrir los daños de los incendios forestales donde estén involucradas;
- Imponer una moratoria suspendiendo todo nuevo monocultivo forestal;
- Decreto de restauración forestal ecológica con incentivos a la restauración y rehabilitación de ecosistemas nativos;
- Hacer cumplir las restricciones existentes y actualizar los planes reguladores incluyendo zonas urbanas y rurales de recuperación ambiental libres de monocultivo;
- Someter la actividad forestal a estudios de impacto ambiental, impedir el saqueo del agua subterránea y condicionar su existencia al parecer de las comunidades aledañas;
- Eliminar totalmente el DL 701 y que las grandes forestales hagan devolución de los subsidios públicos entregadas a ellas durante décadas;
- Participación social vinculante en la elaboración de políticas de regeneración ambiental y la planificación territorial.
Para su parte, el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), el espacio de referencia en la lucha contra el extractivismo, publicó una declaración, que también indicaba las causas de los incendios en Chile: "Entre las causas de fondo está el desenfreno inmobiliario, incentivado por la desidia del Congreso respecto de una legislación que ponga fin a los incendios en Chile y las insuficiencias conocidas en los instrumentos de planificación territorial, que desconocen criterios ecosistémicos. También las faenas de construcción de Torres de Alta tensión en función de una transición energética empresarial, están provocando serios daños a la biodiversidad y afectando la flora nativa".
El MAT destacó que las empresas madereras continúan expandiendo las plantaciones de pinos y eucaliptos en todo el país y recordó que el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza (que se reunió en Chile después de la reunión de BioBio) falló que el modelo forestal había provocado un "un ecocidio y ha vulnerado los derechos de la Naturaleza".
Y apuntó a un actor, a menudo invisible en el mecanismo subyacente del extractivismo y responsable de los incendios en Chile: "La Justicia no avanza al ritmo que se requiere para identificar la relación entre la falta de tareas preventivas de estas empresas y su incumplimiento de normas, que favorecen la extensión y propagación de nuevos incendios. La Justicia en cambio ha sido rápida para condenar sin pruebas a luchadores sociales mapuche a extensas penas de prisión, situación respondida con una huelga de hambre que mantiene en riesgo vital a los presos políticos mapuche a más de 80 días de iniciada esa protesta".
Fuente:
Ecoportal.net